Recordando aquellas Nocheviejas
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Despedir el año es una tradición que en sí no evoluciona, pero el contexto ha cambiado mucho del ayer al hoySecciones
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LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Despedir el año es una tradición que en sí no evoluciona, pero el contexto ha cambiado mucho del ayer al hoyLlegó la hora de decir adiós a 2019. Lo haremos disfrutando, como viene siendo costumbre en las últimas décadas, con una Nochevieja sinónimo de desmadre. Empezando por el apartado económico. Se nota que, en múltiples y afortunados casos, la cartera no agoniza.
Si la ... Nochebuena ya fue, en general, paradigma de abundancia a la hora de acumular alimentos en la mesa, qué decir de Nochevieja. En la última cena del año muchos tiran la casa por la ventana (por cierto, tirar cosas viejas por las ventanas era una antigua costumbre en algunas zonas de ciertos barrios cuando consumía el nuevo calendario sus primeros segundos). A la variada comida que se depositará en los platos habrá que añadir la bebida a la carta y un largo etcétera de lujos. ¡Esto es Hollywood!
Todo lo que hacemos ahora en Nochevieja, que nos parece lo más normal del mundo, nunca lo fue. ¿Razón? Antaño, escaseaban las «perras». Eso significaba que los extras derivaban en acontecimiento planetario. Surgían con cuentagotas. Aunque una fecha fuera muy especial, ni en las mesas había tantas opciones como ahora, ni se podía brindar con cava –entonces se decía champán-, ni nada por el estilo. Por no poder, ni se podían ver en Nochevieja las campanadas del famoso reloj de la Puerta del Sol a través de la pequeña pantalla… debido a que en pocas casas había un televisor (tal electrodoméstico constituía un sueño para la mayoría de la población). Con escuchar las campanadas a través de la radio o las de la iglesia del pueblo, nos sentíamos felices. Qué remedio, claro.
Conste en acta, sí, que el impresionante tinglado de gasto que nos traemos hoy con Nochevieja es muy reciente. Quienes peinamos canas lo sabemos debido a que en nuestra infancia, adolescencia y parte de la juventud jamás vimos en casa algo así de desquiciado. Disfrutémoslo, pues, siendo conscientes de que es un privilegio, que no siempre se pudo hacer. Aunque por el nivel de vida actual cueste creerlo, conviene recordarle a más de uno que existió el ayer incluso en el emocionante The End del año.
¡Feliz entrada en 2020, amigos lectores de Cantabria DModa!
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