
Recordando las plumas y los tinteros
LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Los materiales de escritura han evolucionado con el paso de los años, aunque se ha perdido el cuidado de la caligrafíaSecciones
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LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·
Los materiales de escritura han evolucionado con el paso de los años, aunque se ha perdido el cuidado de la caligrafíaPara escribir a mano disponemos hoy de sofisticados bolígrafos, rotuladores, etcétera. Antaño, en cambio, muchos empezamos en clase con el 'pizarrín', continuamos con un rústico lápiz y después pasamos a las plumas, coloquialmente denominadas 'plumillas'. Y quienes tenían 'posibles' (o sea, pocos ciudadanos), a las estilográficas, sinónimo de elegancia y alto standing. ¡Qué tiempos los del plumier!
Los populares tinteros de 'Pelikan' formaban parte del paisaje tanto educativo como domiciliario. Y, en consecuencia, los manchones de 'tinta china'. Sabido es al respecto que, como reza una famosa expresión basada en la pringosa realidad, «hasta el mejor escribano echa un borrón». ¡Que nos lo digan a quienes lo comprobamos más de una vez porque el tintero, destapado, se caía!
Si la gota del tintero, la plumilla o la estilográfica era menor, resultaba eficaz un invento de las empresas que vivían del negocio: el 'papel secante', pequeño cartón ilustrado por una de sus caras que, aplicado por las esquinas en la zona del lío, 'chupaba' el líquido. Pero que, de ninguna manera hacía que desapareciera por arte de magia la mancha. Eso no se solía lograr sin destrozar la superficie del texto ni con las gomas ad hoc. Tanto la tinta china como la huella que dejaba en la piel el 'mercurocromo' cada vez que protagonizábamos un descalabro callejero, se tornaban (casi) en imperecederas.
Merced a los populares 'Cuadernos Rubio' aprendimos a escribir en condiciones, con caligrafía digna, vía pluma y lápiz. Actualmente, en cambio, como todo se redacta a través del teclado de ordenador, la caligrafía agoniza. No hay más que ver con qué arte escriben a mano la mayoría de personas… Demuestran que, por falta de práctica, hasta se les ha olvidado escribir en condiciones. Bueno, igual que se les ha olvidado sumar, restar, multiplicar y dividir de cabeza, pues para eso se emplea la calculadora. Pasado y presente. ¿Cuánto hemos avanzado en realidad? Ahí queda la pregunta.
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