De pizzero en Cabezón de la Sal a guapo oficial de Cantabria

–¿Cómo decidió presentarse al concurso?

–El fotógrafo de la delegación de Cantabria, Mario Merín, me encontró por redes sociales, me habló de ello y me pareció bien. Nunca me había presentado a ningún concurso de belleza ni modelaje, aunque sí estudié interpretación en las escuelas de teatro de Torrelavega.

–¿Qué cree que tuvo en cuenta el jurado?

–Es un cúmulo de cosas. Tienes que tenerlo todo, o una parte de todo. El cuerpo, socializar, verte con soltura, con futuro... y con conocimientos. Ya sea de tu población, de tu comunidad autónoma… Porque te hacen preguntas.

–¿Qué preparación llevaba?

–Me enteré del concurso hace cosa de tres meses y medio. Nunca he dejado de ir al gimnasio a entrenar, excepto por algunos problemas médicos. En lo que tuve que centrarme mucho es en superar los nervios, porque hablar en público me suponía demasiado. Si me empiezan a traicionar los nervios y no soy capaz ni de decir 'hola'...

–¿Tuvo mucha competencia?

–No tenía ni idea de quién se presentaba. Era un poco intriga y les fui conociendo en las redes sociales. Todos eran muy simpáticos, pero claro, no deja de ser un concurso.

–¿Cómo le va a cambiar la vida?

–Ahora tengo más puertas abiertas. Marcas de ropa me consultan si quiero hacer anuncios, he colaborado ya con el Ayuntamiento de Santillana del Mar, con la tienda Stefano Hombre de Torrelavega. Acabo de empezar y no me puedo quejar. Es toda una oportunidad.

–¿Cuándo va a ser el próximo concurso y qué espera de él?

–Se calcula que a mediados de noviembre, y ahí sí que habrá mucha competencia. En vez de ser 12 ó 13 como aquí, seremos 52, uno por cada provincia. Y claro, no es lo mismo un Regional que un concurso Nacional.

–¿Tiene ganas?

–La verdad que muchas. Lo que más me impone es no estar a la altura que he prometido por cualquier historia, por algún tema médico que pueda influir en mi preparación física o porque me traicionen los nervios.

–¿Qué le dice su familia?

–Unos me apoyan, otros lo ven como algo extravagante pero, al final, todos se alegran. Siempre gusta que alguien de la familia triunfe en cualquier cosa. Ya sea, en belleza, en deporte o en cualquier trabajo.

–¿Cómo ve su futuro?

–No me suelo fijar mucho en el mañana, prefiero centrarme en el presente y disfrutar lo que venga. Está claro que hay que prepararse para un futuro, pero de momento me gusta mantenerme al día y que aparezcan las cosas cuando tengan que aparecer. Porque al final si pienso mucho y no consigo lo que esperaba vienen los agobios. Prefiero vivir el ahora y disfrutarlo.