El tabú de la 'soledad' de las madres solteras por reproducción asistida en Cantabria

Siempre he querido ser madre y cuando lo he conseguido me he dicho a mí misma que debería haberlo sido antes. No por edad, sino porque he descubierto como persona un mundo nuevo que me ha hecho cambiar internamente más de lo que me esperaba, aunque desde fuera aparente ser la misma.

Por otro lado, respeto mucho a las mujeres que deciden no serlo. Da igual el motivo, son decisiones demasiado personales como para juzgar. Y admiro por encima de todo a las que deciden dar el paso, pese a los obstáculos de la vida. A ellas, las madres que no necesitan nada ni nadie que las acompañe en este camino, en esta nueva vida.

Cada día son más las mujeres a mi alrededor que han decidido dar el paso sin una pareja, someterse al proceso y cumplir con su sueño. Madres en solitario por reproducción asistida. Estoy convencida de que yo hubiese tomado la misma decisión, y no lo digo ahora que soy madre, que eso ayuda, sino porque cuando uno tiene un sueño hay que intentar cumplirlo y este… este es de los más grandes.

«Lo mejor que he hecho en mi vida y lo volvería hacer una y mil veces». Son palabras de Laura Coz, natural de Maliaño, quien decidió ser madre soltera porque no tenía pareja y lo deseaba con todas sus fuerzas, tanto que, una vez fue madre de la pequeña Shaila, decidió someterse a un segundo tratamiento y justo, hace dos meses, acaba de traer al mundo hace unas semanas a Lola. ¡Y no descarta someterse a un tercer tratamiento!

«Lo más difícil fue pensar si sería capaz de hacerlo bien sola. Tenía mucho miedo a saber si sería capaz, y esta segunda vez me preocupaba si podría dedicarles tiempo a las dos estando sola, sin hacer sentir a alguna de menos», explica la joven. Sentimientos que ya te planteas cuando vas a ser madre en pareja, pero que atraen más dudas al enfrentarte sin apoyo sentimental a la maternidad.

-Laura, ¿echas en falta la figura de una pareja en tu maternidad?

-Para nada siento la ausencia de ninguna pareja. Como siempre digo, que sea madre soltera no quiere decir que esté sola: tengo padres, hermana, amigas... Sí, soy madre soltera, pero tengo mucha ayuda.

-¿Crees que les afectará a tus hijas en un futuro?

-No creo que las afecte en nada. Mi hija mayor es consciente de cómo vino al mundo. Se lo expliqué a su manera por su corta edad (3 años). Ella sabe que hay diversas familias: solo con una mamá, solo con un papá, de dos mamas y dos papas o de mamá y papá. Ella es consciente que sólo tiene mamá y es inmensamente feliz. La pequeña también lo sabrá desde siempre, a cada etapa de una manera, pero en todo momento les contaré la verdad. Para ellas siempre será lo normal en su vida tener sólo a mamá.

Cada día se suman más mujeres a la idea de ser madres solas por reproducción, incluso existen grupos en redes sociales que unen a mujeres en esta misma circunstancia. Hay muchas pacientes de reproducción asistida que necesitan, casi tanto como la supervisión de un especialista, sentirte entendidas y ese apoyo lo encuentran entre personas que han pasado o están en la misma situación.

La santanderina Sara Lucas, embrióloga clínica, nos cuenta cómo es el proceso. «Si algo les puede caracterizar a la mayoría de estas mujeres es su valentía», asegura. Pueden existir dos tratamientos diferentes. En primer lugar, hay que valorar la edad de la mujer. En casos de esterilidad, si el problema es la falta de gameto masculino, lo indicado sería hacer una inseminación artificial (IAD, inseminación artificial de donante, en términos clínicos). En esta situación no es necesario entrar en quirófano, únicamente se selecciona un donante y se estimula a la mujer. En el momento perfecto del ciclo, se inseminará a la paciente en busca de la gestación.

Si además de la falta de gameto masculino existen otros factores implicados, como edad materna avanzada (más de 35 años) o ya ha habido varias IAD fallidas, se procederá a un tratamiento de FIV/ICSI, que implica mayor estimulación ovárica y entrada a quirófano de la paciente. Los ovocitos serán fecundados con una muestra seminal de donante. Se seleccionará el mejor embrión en el laboratorio y se transferirá a la paciente en busca de la gestación.

Sara Lucas tiene en marcha un proyecto de asesoramiento e información, cuya finalidad es informar a los pacientes sobre el significado del tratamiento de reproducción antes de someterse a ellos. «Creo que la gente sufre mucho por el desconocimiento y el tabú que hay alrededor de la reproducción», confiesa.

Hablamos también con otra mujer que decidió dar el paso, otra cántabra, pero que prefiere mantenerse en el anonimato porque aunque esté tema se trate cada vez con mejor aceptación, lo considera como tabú. «Ya sólo el pensar que tienes que comunicar esta decisión a alguien importante en tu vida, con costumbres más antiguas o más conservadoras, esto te produce miedo. Miedo al rechazo».

Además, abre otro melón, «entra en juego también el comunicárselo a la empresa donde trabajas. Nunca vas a tener una reacción buena. Aparentemente parece que sí, pero según va pasado el tiempo y vas necesitando tus derechos para poder acudir a Urgencias en referencia a tu hijo pues... Se nota que es un problema grande aún, que no se acepte tan fácilmente esta situación. Y, además, causa revuelo, cotilleo, salseo, como digo yo». En su opinión, «la gente aún no está preparada para aceptar que cada uno hace con su cuerpo y vida lo que le venga en gana. Siempre estamos juzgando, y me incluyó porque... ¿Quién no lo ha hecho alguna vez? Esto debería de cambiar, pero será lento. La verdad que contando esto me siento un poco liberada y contenta de que se le ponga voz».

-¿Cómo reaccionó tu entorno al comentarles tu decisión?

-Primero se lo conté a mis amigos. Les dije que estaba decidida y ellos, aparte de decirme que estuviera segura, lo aceptaron sin ningún problema y me animaron a ello. El apoyo fue y es incondicional. La segunda reacción no fue tan bonita, aunque tuvo final feliz. Fue cuando se lo comunique a mi familia al mes y medio de embarazo. Su actitud no fue de rechazo, pero sí de miedo. Miedo a que estaba sola, a que no tenía apoyo... Ahí ya entramos en la ideología de cada persona y de la educación que durante tanto tiempo nos dieron y que imponía qué es 'lo normal'... Me refiero a tener pareja, apoyo de los padres, hermanos...

No hay duda de que todas estas mujeres tienen una valentía indescriptible. Y queda claro que no están solas. Sus bebés son la mejor compañía que jamás pudieron imaginar. ¿No os parece?

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