El torrelaveguense Pablo Mallavia triunfa como estilista entre las famosas

Sus recalcables talentos le llevaron a formar parte del universo Mediaset, siendo estilista de algunas de las caras más reconocibles del panorama español tales como Belén Esteban o la fallecida Mila Ximénez, su «ángel de la guarda» y de la que era mano derecha.

-¿Cómo se inició en el mundo del estilismo?

-El mundo del estilismo, moda, ropa, alta costura y 'prêt-à-porter' siempre me ha llamado la atención desde bien pequeño y mi abuela siempre me ha inculcado la sensibilidad del arte que, obviamente, incluye la moda.

-¿Qué le hizo aterrizar en el universo Mediaset?

-Yo empecé haciendo las prácticas de la mano de Roberto Verino en su «showroom» y seguido terminé en Telemadrid. Yo nunca he trabajado para Mediaset, soy autónomo desde hace años, pero, respecto a los personajes mediáticos de Mediaset, comenzó cuando empecé a trabajar en un «showroom» de prensa donde iban muchas personas reconocidas de televisión, cantantes, políticos, actores… Ahí inicié mi red de contactos, no sólo en Mediaset sino en varios ámbitos.

-¿Cómo maneja la presión de vestir a un elenco tan reconocido a nivel nacional?

-La verdad que no tengo demasiada presión ya que me sale innato. No pienso en el hecho de que son personas reconocidas sino en que está en mi mano que todo salga bien y que sea un look diez para el cliente.

-¿Cuál es el look del que está más orgulloso?

-Estoy orgulloso de mi trabajo en general, pero uno de los «looks» más importantes para mí, tanto en lo personal como en lo profesional, es el de la apertura del desfile de mi querida amiga Ágatha Ruiz de la Prada de la Fashion Week con mi ángel de la guarda Mila Ximénez. Yo era su estilista y representante, su mano derecha. Hicimos una colección de ropa con Agatha que se presentó en Cibeles Fashion Week.

-¿Tiene una relación directa con sus clientas?

-Tengo relación súper directa con la mayoría de mis clientes. Aunque sí que es verdad que con otros muchos tengo una relación profesional y ya está.

-¿Qué pasos sigue para elegir un estilismo?

-No sigo una escala ni un listado. Me fijo directamente en cómo anda, cómo se maneja, sus movimientos, cómo habla, sus formas, sus gustos… Considero que eso hace el estilo de la persona y sobre ello elegimos un «look». Jamás obligo a nadie a ponerse algo que no quiera o que vea que no va a poder defender.

-¿Una prenda fetiche?

-Cualquier prenda de esencia diferente.

-¿Hay algo que nunca le pondría a una de sus musas en la 'tele'?

-¡Las estrellas de Mediaset son muy normales! Se pueden poner de todo.

-Sobre su propio estilo, ¿cómo lo definiría?

-Diría que atrevido y casi siempre voy de negro. Me resulta muy práctico ya que puedo estar en mi tienda y que me llame una clienta para comer tanto como para ir a un evento. El negro no falla nunca.

-¿Algo que nunca se pondría?

-¡Ya no digo nunca que luego me cae en la boca!

-¿Qué consejo le daría a alguien que quisiera seguir sus pasos?

-No soy nadie para dar consejos porque cada persona es un mundo, pero sí me gustaría decir a todas esas personas que tienen ese sueño por trabajar en moda que luchen por ello, que se consigue y siempre desde abajo, poquito a poco.

-¿Cuál es el objetivo detrás de sus estilismos?

-El objetivo es que se sientan cómodas con el «look» y vayan acorde al protocolo de cada momento.

-¿Cómo es un día a día en Mediaset?

-En general, mi día a día es un hombre pegado a un teléfono.

-¿Por qué se animó a abrir su propia tienda?

-Era un proyecto que tenía desde hace muchos años. Quería hacer algo diferente, pero no me venía la idea de nada ya que todo está inventado y necesitaba que rompiera los moldes. En uno de mis viajes de trabajo a Paris aprecié un concepto distinto de ropa, muy impactante, sofisticado, rompedor. Aun así, no terminaba de encajarlo con mi idea hasta que se me ocurrió hacer un concepto sin género. Hoy en día, por fin se toma conciencia de la libertad del género. Pienso que la ropa no lo tiene, igual que ciertos colores no son de chicos o de chicas. Así, creé una tienda en la que cambié las cabezas de los maniquís por cabezas de unicornios de colores, ardillas, loros, peces, burros… A parte de sorprender con el impacto, se visualiza sólo la ropa, sin una imagen predeterminada de chico o chica.

-Y hablando del negocio, ¿cómo surgió el nombre Engogó?

-Lo elegí pensando en mis abuelos. Hace años, cuando yo era pequeño, en casa oía a mis abuelos decir «nos vamos a Gogó a tomar una copa». Siempre se ponían «guapetes» y me quedé con aquello. Era un pub puntero en Torrelavega donde se reunía mucha gente de toda la vida y a última hora yo también lo conocí, pero el negoció terminó hace años y no pude disfrutar mucho de ello.

-¿Por qué eligió Gran Vía para su localización?

-Desde el verano de 2021 estuve buscando locales, pero ninguno me gustaba ya fuera por ubicación o por precio. Encontré uno en Gran Vía, 8, pegado a Loewe, que no me encajaba mucho por el precio, pero necesitaba que fuera un sitio de mucho paso, una zona puntera y que no pasará de moda nunca. Negocié y ahora es mío. La Gran Vía de Madrid está volviéndose la nueva milla de oro ya que han abierto una de las cadenas más caras del mundo a nivel hostelero, 'Four Season', y todas las tiendas de firma se están implantando a su alrededor. Yo entre ellas, estoy a doscientos metros del 'Four Season' y a cuarenta del mítico restaurante 'Chicote'.

-¿Cómo ha sido la respuesta por parte del público?

-La verdad que estoy tremendamente sorprendido con la aceptación que ha tenido. La gente hace fotografías al escaparate para sus redes sociales o de recuerdo, ya que es algo nuevo y muy impactante. Tiene tres plantas, la fachada es entera de cristal, por tanto es muy atractiva, y la tercera la utilizo de almacén. En cada una de ellas hay una zona de probadores y un baño para clientes, muy importante ya que en muchas tiendas sólo tienen para empleados.