Emprender y ser dueños de nuestro tiempo suena genial, pero tiene un riesgo: el de pasar una buena parte del día a día apagando fuegos y no tener ese espacio para las cosas realmente importantes respecto al negocio… ¡y en la vida!
Y en esta fase es probable que se resientan cosas tan sumamente importantes como tu salud, tu sueño o el crecimiento de tu propio negocio.
¿Ir al gimnasio o quedar para echar un partido con unos amigos? Imposible hasta que entregues ese proyecto que te tiene preocupado y con el que vas súper justo de tiempo. Y mientras tanto, el número de horas de sueño está bajo mínimos y tu nivel de energía es tan bajo que lo que necesitas realmente es un cambio de baterías.
Mientras tanto, el hecho de vivir resolviendo Houstons hace que sin darnos cuenta estemos pausando las acciones que nos hacen crecer y vender más y mejor en el futuro.
«Llega un punto de inflexión en el que nos damos cuenta de que seguir emprendiendo así no es sano»
En ese punto de inflexión nos damos cuenta de que seguir emprendiendo así no es sano y que tampoco nos permite crecer, ni escalar ni hacer que nuestro negocio sea más rentable. Es un momento de «semáforo en rojo» que nos avisa de que tenemos que cambiar nuestros hábitos.
En ese momento abrimos los ojos a un mundo nuevo de incontables posibilidades en el que nos gustaría cambiar un montón de cosas al mismo tiempo, pero no es posible…. ni tampoco recomendable.
Unirse al 'Club de las 5 de la mañana', de Robin Sharma, empezar a hacer deporte a diario antes de que amanezca, prepararte un batido verde en cada desayuno, meditar o escribir tus 'Páginas Matutinas', de Julia Cameron, son solamente unos ejemplos de lo que muchos gurús de la productividad recomiendan para conseguir mejores resultados en tu emprendimiento.
Y la teoría suena genial, pero llevar todo eso a la práctica en una vida real es otra cosa diferente. Los estudios científicos sobre el tema demuestran que cuantos más hábitos intentemos adquirir al mismo tiempo, mayor será la probabilidad de que los abandonemos.
«Cuantos más hábitos intentemos adquirir al mismo tiempo, mayor será la probabilidad de que los abandonemos»
Hacerlo sencillo y realista es clave, porque necesitas ser consistente para saborear los beneficios de esos cambios y que ese esfuerzo realmente se refleje en los resultados de tu emprendimiento y también a nivel personal.
Eso sí, el tema de los hábitos también requiere una buena dosis de sentido común que muchas veces no metemos en la ecuación.
Si un hábito no va contigo, si llevas tiempo haciendo algo porque «se supone que le funciona a todo el mundo» o si esas pequeñas rutinas no te motivan ni te compensan, replantéatelo.
Nadie dijo que fuese obligatorio levantarse a las 5 de la mañana si eso significa que tienes que tomarte tres cafés seguidos para espabilarte. O si estás en un momento en el que te sientes mucho más despejado por las noches: escúchate y date el permiso de hacerlo como mejor te funcione a ti.
Emprender es una súper carrera de fondo, y cuanto mejor te cuides y más lo disfrutes por el camino, más fácil será para ti hacer crecer tu Negocio y disfrutar de todas esas cosas con las que soñabas cuando decidiste empezar esta aventura.
Os espero con más contenidos en mi página web y en Instagram. Con o sin capa. ¡Ánimo que emprender merece la pena, de verdad!
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