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Ángel Díez posa en la Delegación de Gobierno, en la Plaza Porticada. MARIANA CORES
Ángel Díez: «Nuestras capacidades son enormes»

Ángel Díez: «Nuestras capacidades son enormes»

COMPROMETIDOS ·

El haber nacido con síndrome de Down no le ha supuesto ningún impedimento para obtener su plaza tras una oposición como ordenanza de la Delegación de Defensa

Mariana Cores

Santander

Martes, 23 de marzo 2021

Transmite de inmediato una sensación de serenidad y orden. Y de confianza. Porque Ángel Díez (Santander, 1986) es un hombre de buenos principios. Nació con síndrome de Down, pero tuvo la suerte de contar con unos padres que siempre lo animaron a esforzarse e ir un poco más allá. A derribar barreras. Así, cuando terminó sus estudios en el instituto, y tras graduarse en Garantía Social a través de la Fundación Síndrome de Down, trabajó en el colegio Cisneros, el club de fútbol Rayo Cantabria y el centro de acogida Princesa Letizia. Después llegaron las oposiciones en la Generalitat Valenciana y al Gobierno de Cantabria. Pero aunque aprobó, no consiguió plaza. Aún así, y de nuevo gracias a la Fundación (a través del programa 'Empleo con apoyo'), estuvo trabajando durante cinco años como ordenanza en el Ejecutivo regional. Ello le dio ánimos para continuar y se volvió a presentar a unas oposiciones, a las de ordenanza del Ministerio de Defensa. Esta vez sí consiguió su deseada plaza. Le faltan palabras para agradecer lo que la Fundación -que cuenta con la ayuda de CaixaBank a través de la aportación económica de la Fundación 'la Caixa'- le ha ayudado para seguir adelante con su labor. Hoy en día, Ángel Díez está opositando de nuevo, en este caso para obtener una plaza en el Gobierno de Cantabria.

-¿Cómo decidió que quería opositar a ordenanza del Gobierno de Cantabria?

-Me enteré a través de una tía mía, que trabaja en la Generalitat Valenciana, de que se habían convocado allí unas oposiciones de ordenanza para personas con discapacidad. Fue a las primeras que me presenté, pero no obtuve plaza. Después me informaron que en Cantabria también se convocaban. Hice buen examen, pero tampoco conseguí el puesto. Finalmente, me presenté a las del Ministerio de Defensa, en Madrid, donde, por fin, logré la plaza de ordenanza que actualmente ocupo en la Delegación de Cantabria.

«Me siento muy integrado y útil en mi trabajo; todo el mundo me ayuda y me trata con respeto»

-¿Cómo se organizó?

-Me prepararon mi tía y mi tío, poniéndome un horario, haciendo muchos test. Tenía cuatro turnos de estudio de una hora, cada día. Así no se hacía tan pesado. No las tenía todas conmigo, después de las dos anteriores experiencias, pero el día que vi mi nombre publicado en el Boletín Oficial del Estado fue uno de los mejores días de mi vida. ¡Lo había conseguido!

-¿Ha sentido algún rechazo o le han tratado de manera distinta por tener síndrome de Down?

-Todo lo contrario. Todo el mundo me ayuda y me siento muy integrado y muy útil en mi trabajo. La verdad es que nunca he tenido ese tipo de problemas. La gente me trata con respeto.

-Sin el apoyo de la Fundación Síndrome de Down, ¿cree que hubiera sido más difícil llegar hasta aquí?

-Me he sentido muy apoyado en todas las actividades que he querido realizar, a la vez que muy agradecido. También me sirve para poder compartir e intercambiar experiencias con mis compañeros de la Fundación. Desde la institución me han dado unas oportunidades que no hubiera conseguido por mi mismo.

-¿Piensa que hay que creer más en las capacidades de las personas con síndrome de Down y no tenerlas tan protegidas, en favor de su independencia?

-Desde luego. Tengo amigos que si se lo propusieran, podrían opositar también, y conseguir un trabajo como el mío. Aunque tengamos síndrome de Down, nuestras capacidades son enormes. Sólo hay que buscarlas.

-¿Cree que compartir su experiencia puede servir a otras personas para animarlas a perseguir sus sueños?

-Sí, porque desde que tengo este trabajo me siento mucho más integrado en la sociedad, veo la posibilidad de tener un futuro y poder llegar a formar una familia.

-¿Qué le dicen sus amigos de la Fundación Síndrome de Down cuando se enteran de que acumula este destacado currículo laboral? ¿Alguno ha seguido su ejemplo?

-Pues yo creo que sí, porque varios se van a presentar a las oposiciones que ha vuelto a convocar el Gobierno de Cantabria para ordenanza, entre ellos, mi novia, que ahora trabaja en el centro de acogida Princesa Letizia. Yo también lo voy a hacer.

-¿Cuáles son sus aficiones?

-Me gusta mucho el fútbol: soy un gran seguidor del Racing y del Real Madrid. También me interesa mucho el medio ambiente. Me gusta tanto, que me gustaría crear una ONG, 'Happy Earth', en la que los voluntarios que se unan nos dedicaríamos a limpiar playas, montes, a proteger a los animales y a algo muy importante, a concienciar a los demás, para que cada vez seamos más lo que luchemos por tener un lugar mejor donde vivir.

-Cuando terminó la ESO, ¿ya tenía claro que entre sus prioridades estaba el encontrar un trabajo?

-Sí, como todos los demás compañeros, imagino. Cuando terminé el instituto, me fui a la Fundación Síndrome de Down de Cantabria, donde se preocupan mucho por mí y me ayudan en todo lo que pueden. Me encantaba ir (como ahora). Participaba en obras de teatro, creo que soy buen actor. Allí también fue donde me saqué el grado en Garantía Social. Y ahí empezó a cambiar todo.

-¿Siguientes retos, además de la ONG?

-Me estoy preparando para las oposiciones a ordenanza del Gobierno de Cantabria.

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