El problema es que sólo tienen cinco máquinas, y les gustaría llegar a la docena para poder asistir a las doce mujeres que están a la espera de que este proyecto salga. Por eso proponen que quienes tengan máquinas que no utilicen pero que funcionen, las lleven a la Cocina Económica (calle Tantín, 27) para poder poner en marcha este proyecto. Allí estará el portero de 9.00 a 15.00 horas, y por las tardes de 18.00 a 20.00.
Sor Herme confiesa que este taller es solo el principio de todo lo que les gustaría ayudar a estas mujeres que cada día van a su economato sin la esperanza de que su vidas cambien. «Cuando aprendan el oficio, nos gustaría hacer salidas culturales, siempre relacionadas con la costura». Pero de momento necesitan máquinas y de la «infinita solidaridad de los cántabros».
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