«Lo importante es que los alumnos no sean indiferentes ante los problemas de otros»

María Luisa Barquín (Cacicedo de Camargo, 1959) y Beatriz Cuerno (Camargo, 1977) son mediadoras de la Asociación de Mediación de Cantabria (Amecan). La primera es, además, vicepresidenta de la junta directiva de la entidad. Ambas participan en el programa Alumnado Ayudante, financiado por la Fundación 'la Caixa', cuyo objetivo es animar a los escolares a ayudar a resolver sus propios problemas y ayudar a los demás.

–Ustedes están implantando el programa Alumnado Ayudando Alumnado (AYA). ¿En qué consiste?

–Consiste en sensibilizar al alumnado, profesorado y familias en el valor de la ayuda para la mejora de la convivencia. Los sistemas de ayuda expresan valores de respeto, aceptación, aprecio y cooperación de unos con otros. Para ello, formando al alumnado en que sean ellos mismos los implicados en esa mejora, creando equipos. Previamente, se hace una labor de sensibilización con todo el aula en el que se va a intervenir. Después, se elige entre los chicos que se han presentado como voluntarios. Para ello se tiene en cuenta cualidades como la empatía, la escucha, la lealtad a los amigos... También se les guía para que puedan identificar las necesidades de sus compañeros y ofrecerles ayuda.

–Defienden que hay que confiar más en los propios alumnos. ¿Es una manera de hacer madurar y que asuman responsabilidades?

–Efectivamente. Creemos en la capacidad y motivación del propio alumnado. Son el centro del programa. Ayudar refuerza al alumnado en su responsabilidad, además de que mejora su autoestima y aprenden los unos de y con los otros. Lo importante es que no sean indiferentes ante los problemas de alguno de sus compañeros.

–¿Cómo implican a los alumnos?

–Antes de empezar en cada centro, una vez seleccionados los voluntarios, estos realizan una labor de difusión del proyecto, creando señas de identidad del grupo, para ello deben de elaborar un lema y un logo, que más tarde expondrán en lugares visibles del centro, para darse a conocer. Es una labor artística y creativa que resume los valores de la ayuda y las funciones del alumnado ayudante.

–¿Cuáles son estas funciones?

–Acogen al alumnado que llega nuevo al centro, informan y divulgan entre los compañeros la ayuda que ofrecen, ayudan a los compañeros cuando alguien se mete con ellos, prestan atención y escuchan activamente a sus compañeros, entre otras acciones.

–¿Qué herramientas dan a los alumnos y profesorado?

–Se trata de formar en la adquisición de habilidades y herramientas de comunicación, de gestión positiva de las situaciones que afrontan en el día a día en el centro y del proceso de ayuda, como, por ejemplo, en la acogida o llegada de nuevo alumnado al centro, problemas personales, malentendidos, insultos o pequeñas agresiones, además de situaciones de pertenencia al grupo, aislamiento, rechazo o absentismo. Así, adquieren competencias, como solidaridad, empatía y sensibilidad ante las necesidades de sus compañeros.

–Imagino que la familia también es una parte importante de este programa.

–El programa supone un beneficio para toda la comunidad educativa, familias, profesorado y alumnado. Las familias son importantes, por ello son informadas y sensibilizadas, al ser su implicación fundamental, ya que se trata de sus hijos. Su implicación en el programa es a través de reuniones y comunicaciones sobre dicho programa. Además, con los padres de los alumnos ayudantes, se habla se para explicarles sus nuevas responsabilidades, así como de los riesgos que corren. La mayoría de los padres se sienten muy orgullosos de la participación de sus hijos.

–¿Cuáles son los centros diana de esta iniciativa?

–Hemos desarrollado el programa desde hace años en diversos centros y en zonas distintas de Cantabria: Limpias, Camargo, Medio Cudeyo, Santoña, Laredo, Liendo, Latas, Torrelavega o Arenas de Iguña. Tratamos de hacer llegar el valor de la mediación entre iguales a toda la comunidad, en los centros d educación Infantil, Primaria y Secundaria. En estos centro también se da una gran importancia a la formación del profesorado, ya que son ellos quienes acompañarán a los chicos. Los centros, en general, han mostrado satisfacción por las aportaciones de su alumnado y han producido consecuencias positivas en su desarrollo personal y en la convivencia del centro.

–¿Qué requisitos deben de cumplir estos centros?

–Esencialmente deben implicarse, participar, planificar espacios y tiempos. Algo que no siempre es fácil. El compromiso del equipo directivo y del profesorado es esencial. Suelen ser los primeros interesados en la convivencia y la cultura de paz.

–¿Cómo están evolucionando los centros en los que ya se ha aplicado este programa?

–Muy bien. Lo sabemos porque hacemos una labor de seguimiento. Se programan fechas para tener reuniones con los alumnos ayudantes y el profesorado ayudante a fin de valorar cómo está yendo la puesta en marcha del programa.

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