Borrar
Ana Fernández (izquierda) y Ana Martínez, en la sede de Nueva Vida, en Santander. Daniel Pedriza
«La inclusión social en grandes núcleos es más difícil que en los pueblos, como Cabezón»
Voluntarios

«La inclusión social en grandes núcleos es más difícil que en los pueblos, como Cabezón»

Andrea Fernández y Ana Martínez son técnicos de la Asociación Nueva Vida, donde trabajan en un programa de atención y alojamiento para personas y familias en riesgo de exclusión en el ámbito rural

Mariana Cores

Santander

Martes, 31 de octubre 2023, 07:16

Desde la asociación Nueva Vida se detectó el problema de falta de atención y alojamiento a personas o familias en situación de emergencia social, en las zonas rurales. Así, tras un estudio, vieron que el área de Cabezón de la Sal precisaba esta clase de ayuda y pusieron en marcha, con la ayuda de la Fundación 'la Caixa', el programa 'Inclusión: atención y alojamiento a personas y familias en riesgo de exclusión en el ámbito rural', con el que se facilita apoyo residencial a personas en situación de exclusión social. Andrea Fernández y Ana Martínez son las técnicos responsables de esta iniciativa y explican en qué consiste el programa.

–¿En qué consiste este programa?

–El objetivo es facilitar el apoyo residencial a personas en situación de exclusión social. Para ello contamos con un piso en Cabezón de la Sal con ocho plazas, con cuatro habitaciones, y totalmente equipado. También tenemos una oficina en Cabezón de la Sal donde una trabajadora social hace la primera valoración para la acogida, y donde se da apoyo continuado en la gestión de trámites, solicitud de ayudas, derivaciones a otros recursos, etc. Nuestro piso en Cabezón es un piso de autonomía, es decir, no tenemos profesionales 24 horas allí, sino que las personas van generando sus propias dinámicas de convivencia. Hay unas normas básicas de convivencia que deben aceptar al entrar al recurso. Son los propios usuarios los que regulan estas interacciones y la resolución de conflictos que surgen en la propia convivencia con el apoyo o supervisión de la trabajadora social. Además, están acompañados con un seguimiento por una trabajadora social. También cuenta con un equipo multidisciplinar de nuestra asociación con el que se trabaja de manera trasversal: psicóloga, educadora, abogada, traductora y orientadora laboral.

–Se ha elegido Cabezón de la Sal como lugar para dar acogida a las familias en emergencia social. ¿Por qué razón?

–A la hora de determinar el territorio, se hizo una búsqueda exhaustiva por todo Cantabria para saber dónde era más necesario este piso, pero también para garantizar que las personas en exclusión social que iban acudir al mismo, iban a poder estar bien conectadas para acceder a los distintos recursos necesarios para su autonomía. En el caso de Cabezón, cuenta con transporte público hasta la capital (Santander) así como otros municipios. Además, desde Nueva Vida hemos detectado a un número de personas y familias que no logran acceder a soluciones habitaciones de emergencia en la zona, quedando en riesgo de exclusión social o teniendo que ser derivadas a dispositivos de emergencia existentes en otros lugares de la región, lo que agrava su desarraigo. Buscamos también evitar que tengan que ser derivadas a zonas urbanas donde su proceso de inclusión social puede ser más difícil.

–¿Qué características deben de reunir las familias para acceder a este programa?

–El programa está abierto a cualquier colectivo en riesgo de exclusión siempre que puedan vivir de forma autónoma y que no presenten abusos de consumos o problemas de salud mental graves sin tratamiento, ya que vivirán sin supervisión profesional. Estamos en coordinación con entidades y servicios de la zona como Servicios Sociales, ADL, Ruta 66… para que puedan derivar a personas en exclusión social. Cuando nos llega un caso, la trabajadora social realiza una primera entrevista donde determina si estas personas cumplen con los requisitos para convivir en autonomía con otras personas.

–¿Qué se les ofrece?

–Además del alojamiento, del acompañamiento profesional para trámites, les proporcionamos talleres de competencias digitales, gestión emocional, economía financiera; orientación laboral a través de nuestro programa Incorpora, y, en caso de que sea preciso, apoyo al idioma y atención psicológica.

–¿Cómo responden las familias ante el hecho de tener que rehacer su vida en el medio rural?

–Los usuarios y las familias valoran positivamente vivir en el medio rural, ya que se encuentran en una localidad donde tienen todos los servicios y, especialmente, la tranquilidad y el acceso a la naturaleza que tienen cerca. Si bien es cierto que en una primera entrevista algunas personas son reticentes a irse a una zona más alejada, la experiencia nos dice que es todo un acierto.

–¿Las viviendas se les dan de por vida?

–No. Los recursos que tenemos son temporales, pero es el tiempo necesario para cada persona. Algunas han estado 15 días y otras, cuatro meses. Se valora cada situación y se adecuan los objetivos en función de las necesidades y oportunidades.

–¿También se les proporciona un empleo?

–Se les proporciona formación, orientación laboral y acompañamiento, ya que uno de los grandes objetivos es la obtención de un empleo. A veces no es posible por sus circunstancias, pero sí que se realiza una búsqueda exhaustiva y también esto es un aprendizaje.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «La inclusión social en grandes núcleos es más difícil que en los pueblos, como Cabezón»