Lucía López-Areal (Santander, 1982), coordinadora de proyecto Dínamo, financiado por la Fundación 'la Caixa', cuenta que en su inicio estaba enfocado a las personas que acudían a la Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida (Accas) con VIH, «pero todo ha evolucionado mucho y ahora está ... abierto a toda persona en riego sociolaboral». Indica que las personas que llegan hasta la asociación «lo hacen con mucho miedo. En ocasiones somos nosotros quienes les damos el diagnóstico, a través de un test rápido, y se les cae el mundo a los pies. Pero les ayudamos a superar esa situación y les damos la información precisa para que sepan que, con el tratamiento adecuado, se puede vivir como una persona normal. La pena es que la sociedad no haya evolucionado igual de rápido que la medicina. Sigue habiendo muchos prejuicios».
-La Fundación 'la Caixa' les apoya a través de la financiación del programa Dínamo. ¿Qué es?
-Se trata de un proyecto de inserción sociolaboral, gestionado por la Accas desde 1997. Consiste en un taller de papel artesano, que nace como recurso de capacitación para las personas con VIH/Sida o en una situación social vulnerable. En muchos casos, requieren de un paso previo antes de acceder a los recursos formativos y laborales del mercado ordinario.
-¿En qué consiste el taller?
-La intervención educativa se divide en tres bloques: formación, capacitación personal y capacitación laboral y orientación al empleo. Su objetivo es una formación integral que dote a estas personas de las herramientas necesarias para afrontar, de forma autónoma, su proceso de inserción social y laboral, de manera personalizada.
Utilizamos como metodología base el reciclado de papel y su elaboración a partir de fibras vegetales, siguiendo técnicas artesanales y respetuosas con el medio ambiente, sin tintes ni blanqueantes. La actividad de elaboración de papel se complementa con la creación de productos que tienen como base esta materia prima.
-También cuentan con unas becas formativas.
-Sí. Consideramos que son indispensables para garantizar la cobertura de las necesidades básicas de las personas que participan en el taller, además de contribuir a aumentar la motivación en el proceso formativo. El objetivo es que estas becas se sostengan gracias a la venta de los productos que realizamos en los talleres, como la Agenda Solidaria 2021, que está a punto de salir a la venta. También vamos a lanzar nuestra tienda por internet solidaria, para poder colaborar con el proyecto, comprando los productos en un solo clic.
-¿El enfermo de VIH sigue discriminado a la hora de insertarse en el mercado laboral?
-Ese es el primer error, considerar a las personas que viven con VIH como enfermas. Reciben un tratamiento que retrasa el avance del virus, el deterioro del sistema inmunitario, evitando infecciones oportunistas y entrar en la 'fase sida'. La discriminación sigue existiendo a día de hoy. El último estudio de Seisida aún refleja que el 26% de las personas encuestadas se sentirían incómodas trabajando con una personas con VIH. Es cierto que existen dificultades de acceso y mantenimiento en el ámbito laboral, que ahora además se ven agravadas por la covid-19. Existe miedo a visibilizarse como persona de riesgo, miedo al despido, a que se desvele su estado serológico, rechazo, etc.
«Nos preocupa que, debido a la situación actual, no se dé la respuesta precisa a las personas con VIH»
-Defienden que una mayor información eliminaría muchos prejuicios.
-Por supuesto. Con información se erradica la discriminación. Saber que una persona que recibe tratamiento no puede transmitir el VIH, deja sin argumentos a quien mantiene estereotipos y prejuicios.
-Consideran imprescindible concienciar sobre los riesgos del VIH entre los más jóvenes. ¿Se habla en los colegios de esta enfermedad?
-Es muy importante la información en las personas jóvenes. Incidimos en la necesidad de generar conciencia de autocuidado de la salud sexual ya que por esta vía se producen las nuevas infecciones. En el último informe de vigilancia epidemiológica la transmisión sexual es la principal vía de contagio, con el 83% de los casos. Un 27,7% (898 casos) tenía menos de 30 años en el momento del diagnóstico de VIH, y el 11,6% tenía entre 15 y 24 años. Nosotros desarrollamos en los institutos de Enseñanza Secundaria el proyecto 'Emociones, relaciones, sexualidades', donde además de hablar del VIH, nos centramos en la prevención y la toma de decisiones de forma consciente. Sólo así podremos detener el avance de las infecciones de transmisión sexual.
-¿A qué síntomas se debe de estar atento?
-La infección por VIH es asintomática en la mayor parte de los casos. Al contrario que, por ejemplo la covid-19, que es infecto-contagiosa, el VIH es infecto-transmisible. Nos centramos precisamente en evitar la transmisión, la exposición en relaciones sexuales no protegidas y diagnosticar de forma temprana.
-¿Cuál es su principal preocupación en este momento?
-En este momento nos preocupa que, ante la excepcionalidad de la situación epidemiológica provocada por la covid-19, no demos respuesta a las necesidades sanitarias y sociales de las personas que viven con VIH y bajemos la guardia en la prevención y el diagnóstico del VIH.
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