«Todos podemos echar una mano para mejorar nuestra sociedad»

Pilar Bezanilla (Santander, 1965) siempre ha entendido que ayudar a quien más lo necesita es un compromiso que requiere de organización y algo de esfuerzo. Se dedica al tercer sector desde hace años. Hace seis años fundó su propia ONG 14 kilómetros, a la que dedica todo su tiempo. Una de sus filosofías es que no es preciso depender de subvenciones públicas. Se nutren de las cuotas de sus socios y de las entidades privadas. Acaba de recibir parte de los alimentos de la última campaña organizada por la Fundación 'la Caixa' y CaixaBank, con el Banco de Alimentos. En Cantabria, 364 personas se beneficiarán de los 18.042 kilos de alimentos conseguidos con los 17.021 euros recogidos.

-¿Cómo surge 14 Kilómetros?

-Tras varios años trabajando en la acogida de personas inmigrantes, decidí dejar mi trabajo en 2016 para crear una ONG. El objetivo era atender a las personas más vulnerables dentro de este colectivo. Desde el principio tuve claro que el trabajo lo realizaríamos de manera voluntaria, con personas que quisieran echar una mano en la integración y mejora de vida de estas personas. La otra característica sería no depender de subvenciones ni dinero público. De alguna manera quería demostrar que todos podemos echar una mano para mejorar nuestra sociedad, y bien organizados y coordinados, no hace falta invertir grandes cantidades de dinero, sino aprovechar los recursos que ya existen. Creo que una buena orientación y un seguimiento individualizado es lo más eficiente cuando se trata de personas.

-¿Qué les proporcionan?

-En este tiempo, 30 jóvenes inmigrantes han conseguido su permiso de residencia y trabajo, además de un empleo, gracias a nuestro apoyo. Les ofrecemos alojamiento y manutención durante todo el tiempo de espera, hasta su regularización. Este periodo puede ser entre meses y tres años, según el caso. A cambio, les exigimos que realicen estudios de formación profesional, ya que pueden hacerlo en igualdad de condiciones que un español. Así tenemos jóvenes estudiando panadería, electricidad, construcción, soldadura, fontanería... Y los que aún no cumplen los requisitos de acceso, les derivamos a la Escuela de Adultos, donde realizan estos estudios para la posterior escolarización en Formación Profesional. Esta formación es la que en un futuro les abrirá las puertas al mercado laboral. Además de esta atención personalizada, atendemos a muchas otras personas en nuestras clases de español. Más de 300 han pasado por nuestras clases, cursos de cocina, talleres y asesoramiento.

-¿Cómo se sustenta 14 Kilómetros?

-Somos una asociación compuesta en la actualidad por 170 socios y 37 voluntarios, abierta a todas las personas que quieran formar parte de ella. Nuestra cuota mínima de socio es de 10 euros mensuales. Con estos ingresos, conseguimos sacar adelante nuestro proyecto. Desde el primer año la Fundación de 'la Caixa' ha colaborado con nosotros, tanto en la instalación de la cocina en el local, como en la reforma de dos pisos, donde viven nuestros usuarios. Además, tenemos un mercadillo solidario permanente, en el local.

-¿Qué otras acciones desarrollan?

-Tenemos toda una batería. Más de 300 personas han pasado por nuestras clases de español, 40 por los cursos de cocina y 200 por los talleres y asesoramiento. Les acompañamos en trámites de extranjería, municipales, centros de salud, institutos... Durante el curso, damos clases de refuerzo y también recibimos visitas de otros colectivos interesados en el trabajo que realizamos. El mes pasado, por ejemplo, vinieron alumnos del colegio Cisneros, muy interesados por conocer los lugares de procedencia y los motivos que hacen que estas personas abandonen sus familias, para buscar una vida mejor. En unos días tendremos una cita con un grupo de estudiantes norteamericanos que quieren conocer a nuestros jóvenes y escuchar sus vivencias. Seguramente les recibiremos con una marmita, como ya hicimos hace tres años, gracias a nuestros buenos amigos pescadores senegaleses.

-Campañas como la de La Fundación 'la Caixa', en colaboración con el Banco de Alimentos de Cantabria, deben de ser un chute de energía y esperanza.

-Por supuesto que lo son. Para nosotros cualquier ayuda, ya sea económica o material, es fundamental para poder ayudar al mayor número de personas. Y como ya he dicho, la Fundación 'la Caixa' nos ha ayudado en varias ocasiones desde el inicio.

-¿Cómo utilizan estos alimentos?

-De dos maneras. Por un lado, tres días por semana contamos con tres voluntarios que vienen al local a cocinar con y para los chicos. En este momento damos alojamiento a 16 personas. Las clases son muy importantes para que conozcan, no solo nuestra cocina básica, sino también la conservación y utilización de muchos alimentos desconocidos para ellos. Además, todos los meses entregamos alimentos a otras 40 personas, derivadas directamente por el Banco de alimentos. De esta manera, funcionamos un poco como intermediarios entre el Banco y los usuarios.

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