Irene Sánchez: «Nuestro reto es romper el círculo de la pobreza»
Comprometidos ·
Coordina el refuerzo educativo de niños y adolescentes de familias vulnerables para que concluyan sus estudios y tengan la oportunidad de salir adelante que no tuvieron sus padres
Irene Sánchez (Santander, 1985) tiene una misión digna del Olimpo: la de romper el círculo de la pobreza de las familias y así lograr que niños y adolescentes tengan la oportunidad que no tuvieron sus padres de salir adelante, concluir sus estudios y mantener unas normas básicas de higiene y orden vital. Ella lleva dieciocho años ya trabajando por el bien de los pequeños. Desde 2004 coordina el programa de Infancia y Familias de Cantabria Acoge y desde 2019 es referente social del programa CaixaProinfancia.
-Esta campaña de vuelta al cole del programa de CaixaProinfancia, que coordina Cantabria Acoge en la región, es siempre muy especial, ya que carga las mochilas de los niños que menos tienen. ¿Cómo lo hacen?
-Tras un verano repleto de actividades al aire libre, naturaleza y deporte, toca volver a abrir los libros y qué mejor bienvenida que con una mochila llena de colores y material a estrenar: el olor a la goma de borrar nueva, el lápiz con esa punta perfectamente afilada, un estuche de reglas de todo tipo... La entrega de estos kits la hacemos en la primera reunión que tenemos con cada una de las familias. En los inicios de curso, los técnicos referentes de Cantabria Acoge diseñamos un plan de trabajo, personalizado y flexible, para cada familia que participa en el programa CaixaProinfancia. Este plan de trabajo lo elaboramos teniendo en cuenta las aportaciones de todos los profesionales que nos movemos alrededor de los menores: los de las entidades que prestan servicios dentro del programa, tutores de los colegios, pediatras de los centros médicos y asistentas de los servicios sociales. Esta visión multidisciplinar permite identificar las fortalezas y las debilidades de cada familia, y es a partir de ahí cuando arrancamos.
-¿Qué niños reciben estos kits? ¿Cuántos se han beneficiado en Cantabria en esta ocasión?
-Estos kits los reciben todos los niños de las familias que participan del programa. Algunos hermanos no disfrutan de ningún servicio porque, o bien son muy pequeñitos o no lo necesitan porque sus necesidades ya están cubiertas a través de otras propuestas fuera de CaixaProinfancia, pero los kits escolares son para todos. Además, hay tres modelos: Infantil, Primaria y Secundaria. Cada uno de ellos, con un diseño y un material adaptado a las necesidades de cada etapa. En lo que llevamos de curso, hemos repartido 50 kits escolares (17 de Secundaria, 25 de Primaria y 8 de Infantil), pero aún nos quedan, ya que esperamos nuevos fichajes.
-El programa también incluye otros servicios para menguar esta brecha de desigualdad con otros compañeros, agudizada por la pobreza.
-Romper el círculo de la pobreza, que en entornos vulnerables se transmite frecuentemente de generación en generación, es la finalidad del programa. Para ello, el principal pilar es la educación. La cartera de servicios de CaixaProinfancia, dentro del área de refuerzo educativo ofrece, además de equipamiento escolar, atención logopédica y atención psicomotriz. También, hay tres tipos de grupos de estudio, dependiendo de las necesidades del menor: refuerzo individual, grupo de estudio asistido (de tres a cinco menores por educador) y aula abierta (de diez a quince menores por educador). El perfil de las familias es muy diverso: algunos menores necesitan estos servicios porque en sus hogares no tienen un espacio apropiado para realizar las tareas (ruido, desorden, poca luz, falta de internet...); otros, en cambio, no alcanzan el ritmo de la clase y sus familias no pueden ayudarles por diferentes razones, entre otras, debido a su bajo nivel académico. Llevar la tarea hecha a clase día a día tiene un gran poder transformador. Entender los contenidos te hace sentir uno más, levantas la mano porque sabes la respuesta, participas, disfrutas... ¡ahí comienza el éxito!
«Para estos niños, llevar la tarea hecha a clase día a día tiene un gran poder transformador, se sienten uno más»
-También se encargan de cubrir su atención sanitaria y alimentaria.
-La cartera de servicios del programa también hace un guiño a la promoción de la salud, a través de tarjetas para la compra de gafas, audífonos y productos de alimentación e higiene infantil.
-¿Cómo ha visto a estos niños y a sus familias después de estos meses de pandemia?
-El curso pasado fue difícil. Algunas familias, temerosas del virus, no quisieron que sus hijos participaran de nada fuera del colegio. También fue complicado por la falta de continuidad. A menudo algún menor tuvo que confinarse en casa y se perdía el ritmo de trabajo. La coincidencia de que había síntomas en fechas cercanas a un examen o a una entrega también fue relevante entre el grupo de adolescentes. Las restricciones de aforo tampoco fueron fáciles, porque tuvimos que hilar fino para dar prioridad a las familias que más necesidades tenían, pero en este sentido fue muy gratificante sentir el apoyo de las familias y cómo conjuntamente llegamos a soluciones cooperativas y justas.
-¿Cuáles son sus principales necesidades en estos momentos?
-Continuar trabajando con las familias la importancia que tiene poner en práctica día a día hábitos de sueño, higiene y alimentación saludables, dejando de lado los productos procesados. También controlar el tiempo y el contenido tras las pantallas, porque el uso de las redes sociales me preocupa mucho. Y hacer entender a las familias que tienen que pasar tiempo de calidad con sus hijos, que los tienen que escuchar, pero escuchar de verdad.
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