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Celia Bezanilla y Ramón Gelabert, en la sede de Unate, en Santander. Roberto Ruiz
«La soledad no deseada es consecuencia del deterioro de la red social de los pueblos»

«La soledad no deseada es consecuencia del deterioro de la red social de los pueblos»

Voluntarios ·

Cristina Bezanilla y Ramón Gelabert | Técnicos de Unate

Mariana Cores

Santander

Miércoles, 19 de abril 2023, 17:19

Cristina Bezanilla es la responsable del proyecto 'Acompañando: fomento de la participación de las personas mayores en contextos rurales y aislados', que Unate está realizando en cuatro municipios de Cantabria (Rasines, Ramales de la Victoria, Campoo de Yuso y Mataporquera) con la colaboración de la Fundación 'la Caixa', mientras que Ramón Gelabert es el responsable de la Red de Apoyo de estas localidades, también en Unate. Ambos ponen en primer lugar la capacidad y derecho de las personas mayores a decidir cómo quieren vivir y les dan las herramientas para hacerlo en el medio rural.

-Ustedes defienden que vivir y ser persona mayor en un pueblo no debería de verse como un acto de resignación, sino como un acto de rebeldía. ¿Me lo explican?

-Las personas mayores que han resistido en los pequeños pueblos de Cantabria no han escuchado el canto de sirenas de la ciudad, han apostado por el apoyo mutuo que supone la vida en esos pequeños núcleos y no se han desanimado a pesar de ser tratadas como ciudadanas de segunda en materia de servicios públicos, etcétera.

-Uno de sus programas, financiado por la Fundación 'la Caixa', va dirigido previamente al fomento de la participación de las personas mayores en contextos rurales y aislados. ¿Cuál es su objetivo?

-El objetivo es reforzar las redes de apoyo mutuo que ya tienen o construir nuevas redes si las antes existentes se han deteriorado. Se trata de que ellas decidan cómo envejecer en sus contextos pero no como sujetos pasivos que reciben talleres, sino como sujetos activos que proponen, deciden y exigen.

-¿Qué acciones desarrollan para conseguir ese objetivo?

-Adaptamos nuestras acciones a cada lugar. Es decir, no hay una receta mágica. Partimos siempre de encuentros participativos en los que son las personas mayores, en su mayoría mujeres, las que van decidiendo su hoja de ruta. Nosotros las acompañamos, conseguimos los recursos o los profesionales que requieran. También servimos de puente con las entidades municipales y regionales.

-La brecha digital y los cada vez más habituales trámites burocráticos o bancarios a través de internet, colisionan frontalmente con los intereses de los mayores. ¿Han conseguido algún avance en este sentido en la región?

-Desde el punto de vista oficial, muy poco. Se planteó un proyecto pionero de cajeros automáticos allá donde se cerraron sucursales bancarias, pero no tuvieron en cuenta las necesidades y las costumbres de las gentes. Nosotros trabajamos mucho en una inclusión digital a medida. Es decir, muy personalizada y acompañando a la persona mayor hasta dónde quiera o necesite llegar. No todas tenemos por qué estar digitalizadas, pero nadie se puede quedar fuera de los servicios esenciales por la brecha digital.

-¿El Gobierno de Cantabria y los ayuntamientos son lo suficientemente conscientes de los problemas de estas personas?

-Sí, creemos que sí. Trabajamos de la mano de los ayuntamientos y en colaboración con la Consejería de Políticas Sociales. Sin embargo, Cantabria no tiene suficiente información cualitativa y diferenciada sobre la población mayor y, ante todo, no hay una política pública de largo plazo y que sea realmente interinstitucional. Seguimos teniendo el problema de que se considera a los mayores como un 'problema' a atender desde los servicios sociales, cuando lo que realmente tenemos es una población inmensa que tiene necesidades y deseos en materia de salud, cultura, ocio, trabajo, urbanismo, deporte… Hay conciencia pública pero no hay articulación pública desde un enfoque de derechos que descarte de una vez la mirada edadista que ve a las personas mayores como un problema a gestionar.

-¿Dirían que la soledad no deseada es una de sus principales preocupaciones?

-Les preocupa más el transporte que la soledad no deseada. La soledad no deseada es una consecuencia del deterioro de la red social y pública de muchos pueblos, no el problema. Si nos fijamos de verdad en las causas, avanzaremos de forma adecuada. Si no hay espacios de sociabilidad, si no hay transporte público para llegar a ellos, si cierran los centros de salud, si no hay una oferta cultural estimulante, si no hay espacios reales de participación municipal para las personas mayores en los que puedan opinar de todo -no de 'cosas de viejos'-, entonces la soledad no deseada es un inmenso problema.

-Enuméreme las principales trabas a las que se enfrentan las personas mayores en pueblos de Cantabria.

-Depende de la comarca, del valle, hasta de la localidad. Uno de los problemas que tenemos es que buscamos patrones para todo. No hay dos personas mayores iguales, como no hay dos personas de cualquier edad iguales. Y, desde luego, no hay dos realidades territoriales y culturales iguales. Nuestras trabas tienen dos dimensiones: las subjetivas y las exógenas. Por eso, pedimos siempre más investigación, más cercanía, más diferenciación.

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