«Tenemos muy en cuenta lo que marca el mercado»

Los negocios familiares pueden marcar el trabajo de los hijos ya que se trata de un camino que ya conocen o que ya se encuentra desarrollado restando el trabajo que supone echar a andar un negocio. La madre de Ruth y Rocío ha hecho de su idea el modo de ganarse la vida que tiene ahora sus hijas. Y es que ellas han decidido que continuar con el negocio familiar para que siga existiendo.

El Bazar Cien de Ajo abrió sus puertas por primera vez en el año 1995. «Era un momento en el que se llevaba abrir este tipo de comercios y nuestra madre pensó que era una buena idea para volver al mundo laboral ya que en ese momento no trabajaba». A esto se suma que en Ajo aún no había una tienda de estas características, «lo que hacía que abriera un negocio sin competencia cercana, aunque también significara lanzarse a la aventura».

Ruth y Rocío se hicieron cargo de la tienda en el año 2015 poniéndose, veinte años después, al mando del negocio familiar que su madre había echado a andar. «Para trabajar nos dividimos el trabajo a partes iguales», explican. Y es que se implican ambas de la misma manera. Aun así, en verano y en vacaciones son las dos las que trabajan a la vez dado el volumen de trabajo, dividiéndose entre la mañana y la tarde cuando este no es tan grande.

Entre los productos que tienen a la venta hay menaje, herramientas, jardinería, juguetes, papelería, decoración... «De todos modos, tenemos muy en cuenta lo que va marcando el mercado y lo que nuestros clientes nos van demandados para estar bien surtidas». También tienen en cuenta la época del año, ya que eso también influye para vender unas cosas u otras. «Hay épocas muy destacadas como verano con las cosas de playa o Navidad con toda la decoración de las fiestas», comentan casi a dúo.

Si tuvieran que definirse por algún tipo de producto concreto, lo harían con los elementos decorativos, «siempre teniendo en cuenta las novedades y estando al corriente de las nuevas modas para ofrecer lo mejor».

Ajo es una localidad cuya población aumenta de manera notable con la llegada del buen tiempo. Por ello, es en verano cuando mayor afluencia de clientes recibe este comercio. «Lo bueno es que nuestra variedad de productor permite que podamos atender a cualquier tipo de cliente, ya que hay productos para todos los tipos». Además, piensan que lo que más les gusta a las personas que van a su establecimiento es que «intentamos atender sus demandas y no perdemos la esencia de bazar».

El paso del tiempo ha influido en el Bazar Cien de Ajo, sobre todo, en su tamaño. «Cuando se abrió lo hizo en un local de alquiler», recuerdan. Después se trasladó al lugar en el que se encuentra actualmente, pero con unas dimensiones inferiores a las que tiene actualmente, ya que ha ido creciendo con los años.

«Lo único que no ha cambiado es el trato con los clientes que sin duda es lo que más nos gusta». Es por esto que sus planes de futuro no incluyen otra idea que seguir como hasta ahora.

Permanecen abiertas al público de lunes a viernes, por la mañana entre las 10.00 y las 14.00 horas. Por la tarde también abren entre las 17.00 y las 20.00 horas. Los sábados y los domingos se puede ir a comprar al Bazar Cien de Ajo entre las 10.00 y las 14.00. En verano y vacaciones este horario cambia sumándole una hora más cada día por la tarde.