Los mercadillos para vaciar las casas de objetos y muebles llegan con fuerza
decoración dmoda ·
Las propuestas de interiorismo y coleccionismo son similares a dar un paseo por mercadillo callejero pero con el añadido, un poco 'voyeur', de entrar a una propiedad privada y descubrir cómo vivían y qué acumulaban sus ocupantes
LAURA PINTOS
Santander
Martes, 10 de enero 2023, 15:00
La pandemia y la preocupación por la sostenibilidad están teniendo impactos en todos los ámbitos de la vida, y dando luz a actividades y hábitos adaptados a las nuevas formas de vida y sobre todo de consumo. En el hogar el cambio es notable en ... cuanto al auge por su decoración y mejoras. El confinamiento nos obligó a redescubrirlo y a ponerlo a tono con nuestra realidad de repente íntima y bajo techo de forma permanente. Sectores como la jardinería o la cocina también notaron su efecto. Pero la onda expansiva fue más allá y trajo consigo otro tipo de aficiones tras la vuelta a la 'normalidad'. Lo vivido apuró la consciencia sobre nuestro impacto en el entorno e instaló la idea de las tres 'R': reciclar, reusar y reducir.
En España, todo esto obró de puntapié definitivo para el mercado de segunda mano, lo vintage, lo artesanal y los rastros y rastrillos, y abrió la puerta a una costumbre que hasta ahora estaba reservada al mundo anglosajón, la de los mercadillos en casa. Las 'estate sales', como se las conoce en Estados Unidos, donde son algo muy habitual y profesionalizado, congregan ya casi cada fin de semana en Madrid a cientos de personas que acuden a estas nuevas ventas o liquidaciones en viviendas deseosas de encontrar en ellas tesoros y oportunidades.
Las 'estate sales' americanas comenzaron en Madrid poco antes de la pandemia y han florecido con ventas casi cada fin de semana
Aquí comenzaron tímidamente, poco antes de la pandemia, y a su término han florecido como una opción aún reducida pero creciente que mezcla interiorismo y coleccionismo con ocio, similar al paseo por un rastro o mercadillo callejero pero con el añadido, un poco 'voyeur', de entrar a una propiedad privada y descubrir cómo vivían y qué acumulaban sus ocupantes.
Cómo funcionan
Aunque es una tendencia joven y aún minoritaria, el procedimiento está ya bastante aceitado. Lo han instrumentado personas o pequeñas sociedades que han encontrado en la organización de este tipo de ventas abiertas una nueva vía profesional. Para ello, primero valoran todo lo que hay en el hogar que se quiere vaciar, deciden qué tiene valor y sentido ofrecer al público, preparan los artículos y establecen su precio, ordenan todo para que esté a la vista de la mejor manera posible, promocionan la convocatoria (sobre todo en redes sociales) y, los días señalados, se ocupan de estar en la vivienda recibiendo a los potenciales compradores y enseñando, cobrando y entregando los objetos.
Es un trabajo que han adoptado en la capital una serie de mujeres aficionadas a la decoración y a los mercadillos y rastros, que han estudiado esta modalidad en otros mercados y la han adaptado al local. Llegaron a esta actividad un poco por casualidad, y hoy son referentes y apasionadas, con más propuestas de 'vaciado de casas' casi que tiempo para montar estos laboriosos mercadillos privados, por lo que deben seleccionar muy bien las propiedades que aceptan como 'clientes'.
Las ventas se realizan de jueves o viernes a domingo, por lo que se plantean también como una alternativa de plan en la ciudad. La entrada siempre es gratuita. Generalmente el primer día es previa inscripción, con aforo limitado, ya que los coleccionistas, anticuarios y verdaderos fanáticos valoran ser los primeros para no perderse lo más valioso, mientras que sábados y domingos es libre y sin reserva anticipada.
Estas casas que abren sus puertas están siempre vacías de ocupantes. Al llegar, los asistentes se comportan como en cualquier otro mercadillo o 'pop up', pero en lugar de pasearse por los puestos lo hacen por las habitaciones y estancias de la vivienda, descubriendo y mirando su contenido. El último día, las organizadoras suelen rebajar el precio, porque la idea es no dejar nada, o lo mínimo, en el inmueble, que es para lo que se las contrata, para un vaciado total que, además, genere ingresos.
Está claro que no se trata de ventas de pequeños trasteros ni todas las casas merecen este tipo de eventos. Las expertas ya saben seleccionar en cuáles tiene sentido esta modalidad de 'vaciado' mediante un mercadillo porque cuentan con suficientes objetos interesantes que ofrecer.
Habitualmente son propiedades de gran tamaño y cuyos ocupantes eran coleccionistas o acumulaban antigüedades o buenos muebles, arte, artículos de una disciplina concreta, o simplemente mucha vajilla, herramientas, libros, ropa de valor y variedad de objetos decorativos y heredados. Suele tratarse de pisos en zonas residenciales de lujo de Madrid o chalés de municipios del norte, pero con el paso del tiempo las organizadoras también han montado algunas ventas puntuales de diversos fondos combinados en otros entornos.
En estos mercadillos en casa hay objetos que cuestan desde un euro, o incluso menos, hasta varios cientos de euros si se trata de obras artísticas o de mobiliario, por ejemplo.
Estas viviendas necesitan ser vaciadas completamente de su contenido por diversos motivos, desde el fallecimiento de sus ocupantes hasta una mudanza internacional o de larga distancia, un cambio radical de estilo decorativo o de vida, una expropiación o el traslado a una vivienda de menor tamaño por la emancipación de los hijos, una quiebra o un divorcio.
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