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A la jóven cántabra Carmen Mantecón le han repetido demasiadas veces «que estaba loca, que a dónde iba». Pero ella quería explorar su propio camino y salir ahí fuera a ver mundo. Esta emprendedora de 32 años descubrió hace tiempo que viajando se siente «más ... viva». Nació en Santander y estudió Magisterio con especialidad en inglés. Pero si hay algo que realmente la define es su «currículum viajero». Con 20 años se marchó dos meses sola a Kenia para trabajar como profesora en un orfanato. «Fue un aprendizaje muy grande, aquella experiencia me abrió la mente para seguir conociendo otros lugares y culturas», recuerda. Carmen ha vivido en la India, en Reino Unido y Brasil. Y ha recorrido muchos rincones de Europa, Asia o América. «He ido cargando mi mochila de lecciones y vivencias que me han hecho ser quien soy. Viajar es la forma de vida más plena que conozco», asegura.
Hija de un médico y una enfermera, en casa siempre encontró el apoyo para lanzarse en busca de nuevas aventuras. «Mi padre de joven viajaba mucho, pero le hubiese gustado hacerlo más. Mientras la gente pensaba que estaba loca por irme sola, él me decía que para adelante, que viviese todo lo que le hubiese gustado vivir a él». Carmen creó hace diez años un blog de viajes, 'Buenos días Mundo', que nació como un diario dirigido a su padre y que con el tiempo derivó en una web con guías y consejos que siguen cientos de miles de personas. «Para mí era un hobby, pero los artículos empezaron a gustar muchísimo y me fueron saliendo oportunidades profesionales», cuenta.
Desde 2018 trabaja como responsable de comunicación digital y marketing en varios restaurantes de Cantabria. Una labor que hasta septiembre compaginaba dando clases de inglés en un colegio de Santander. «La gente me decía que cómo iba a perder la seguridad que da tener una plaza, pero quise apostar por vivir de estas cosas que también me gustan». Se refiere a la decoración y a la gastronomía. De sus viajes a Portugal siempre se traía vajillas de cerámica que triunfaban en su entorno. «En los restaurantes con los que trabajo empezaron a pedírmelas y acabé llenando una furgoneta, así que se me ocurrió hablar con las fábricas para que me trajesen producciones más grandes».
En octubre se lanzó a su nueva aventura profesional y abrió en Maliaño (en el polígono de Cros, calle Gutierrez Solana, 30), el outlet Besos&Co para vender estas vajillas. «El recibimiento fue buenísimo. Empezaron a venir muchos vascos interesados en comprar nuestras piezas». Le pedían que hiciese envíos, pero como no se «atrevía por ser un material delicado», prefirió montar el primer outlet de cerámica del País Vasco. En mayo recaló Besos&Co en Barakaldo, donde también está teniendo una gran acogida. Ofrece vajillas baratas porque son excedentes de fabricación. «Muchas colecciones les suenan a la gente porque las han visto en grandes marcas de decoración», precisa.
Platos, boles, ensaladeras... de colores llamativos, en tonos claros, mates, con brillo, más clásicos o más modernos. «Fuera plato hondo, dentro boles. Triunfan muchísimo». También se lleva darle un giro a la mesa y jugar con las vajillas. «A la gente le encanta mezclar platos para hacer composiciones más vivas y diferentes». Por eso vende cada pieza suelta y todas las colecciones valen lo mismo. El plato de café y el bol pequeño, que cuestan 2,49 euros, son los artículos más económicos. Y el plato alto XL (5,99 euros), la opción más cara. Y sí, todas las vajillas se pueden meter al lavajillas y al microondas. Para vestir aún más la mesa, vende manteles antimanchas con diferentes estampados y cubertería en dorado, cobre y negro.
A Carmen le llueven las propuestas para expandir Besos&Co a otras ciudades, pero de momento quiere asegurarse «de que las tiendas marchan bien y estar más tranquila». «Llevo una temporada bastante larga hasta arriba de trabajo. Me siento muy afortunada, pero creo que la suerte se trabaja cada día». Antes de verano volverá a Portugal para visitar a sus proveedores y fichar novedades. Desde que encontró su fórmula de la felicidad, no hay quien la pare en su afán por seguir «sumando vida, personas y atardecederes». ¿Próximo destino? «Ojalá en septiembre pueda escaparme a México con mi chico. Te lo estoy contando y buf, qué ganas me están entrando ahora mismo de hacer un viaje».
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