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Nunca le dio, más allá del cariño que también se coge por las cosas, demasiada importancia al reloj que llevaba desde hace años en la muñeca. Con toda tranquilidad fue su compañero de rutina. Hasta que por curiosidad –y con cierta timidez– se lo enseñó ... a un experto. Sorpresa. Porque ese acompañante cotidiano (tal vez heredado o aparecido en su día en el fondo de un cajón) está valorado en una cantidad que incluye varios ceros. Esta historia típica de película o programa de televisión (o una muy parecida, porque la confidencialidad habita en los detalles) es una entre las doscientas que los expertos de la famosa casa de subastas Christie's ha encontrado hace unos días en Santander. Convocaron en la capital cántabra en busca de tesoros (es una frase hecha) y recibieron ese número, doscientos, de solicitudes. Valoran aquello que es susceptible de ser vendido (sin que eso suponga que sea obligatorio que lo que les enseñan sea para vender). Lo que está en su mercado. Libros, relojes, joyas, obras de arte, fotografías con historia, antigüedades... Para hacerse una idea, con coches, por ejemplo, no trabajan. Así que, de ese total, se centraron finalmente en un 30% de lo presentado. La mayoría, joyas. Y seguro que el lector está pensando en cifras. Ahí van: lo que han visto en Santander se ha movido entre los 10.000-15.000 euros de una joya a los alrededor de 300.000 de una obra de arte. Que esos 'tesoros' acaben o no en una de sus famosas subastas internacionales ya se verá.
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D. Chiappe | Á. Sánchez (gráficos)
«Hacemos las valoraciones de acuerdo a los mercados internacionales actuales. Es importante decir esto, porque hay objetos que tienen un valor objetivo, pero por los que ahora no hay demanda o no están activos». La explicación es de María García Yelo (Madrid, 1977). Es consejera delegada de Christie's en España y antes fue, entre otras cosas, subdirectora del Museo Reina Sofía y directora de Photoespaña. Ella encabezó el grupo de seis personas que se desplazó a Santander esta semana y que citó a los interesados en el Deluz durante dos días. Un equipo multidisciplinar de la casa formado por expertos españoles junto a otros llegados de París. No compran. Hacen «valoraciones adecuadas y justas» y, si el propietario está conforme y lo desea, le acompañan hasta una subasta (que en España no se hacen) o una venta privada. Son intermediarios entre los que desean vender y los interesados en comprar. Y a veces organizan «proyectos especiales» como el de estos días en Santander. Invitan a acudir y se ofrecen, de forma gratuita, para la valoración. Al que quiere vender o al que, por lo que sea (por una herencia, porque no sabe lo que tiene en casa...), desea tener información.
En Christie's entienden que el norte de España es un territorio menos explorado, más 'virgen'. En el que explorar y recopilar hallazgos. Y no tienen prisa. «Hay que pensar que hablamos de cosas que están en casas, que fueron de unos abuelos... Todo necesita su tiempo». Entre sus puntos fuertes está, de hecho, la paciencia. Ese 'si algún día quiere, ya sabe dónde estamos'.
«Ha sido un éxito abrumador», apunta García Yelo. Se publicó un artículo en este periódico, pusieron anuncios, movieron el boca a boca... Resume las dos jornadas en Santander con cautela. La confidencialidad es marca de la casa. Muchos de los que se presentaron son cántabros, aunque también han llegado personas de Castilla yLeón, de Cataluña... Y, de lo que han visto –algunas cosas no las han tenido delante directamente porque no se podían trasladar hasta el punto de encuentro–, «un 60%» fueron joyas.
Libros, pinturas o dibujos pequeños, objetos de arte decorativos... Un poco de todo en dos jornadas por aquí. Uno de los casos más llamativos ha sido el de una persona que ha heredado recientemente una gran casa con todo su contenido. Con todo lo que había dentro. Un legado grande que dejaría bastante desorientado a cualquiera. Necesitaba información. Tanto, que este individuo ha buscado ayuda en los expertos de la firma. Trasladó hasta Deluz bargueños (muebles de madera antiguos con muchos cajones pequeños y gavetas, con importante decoración), algunas pinturas, joyas... Y también fotos de las cosas que no pudo llevar.
Se busca el cuento de hadas, claro. «Por ejemplo –contaban recientemente desde esta firma–, una vez un equipo de especialistas acudió a una casa, en un día muy lluvioso, y el dueño señaló un jarrón chino que usaba como paragüero. Seis meses después, el objeto se ofreció en una de nuestras subastas de porcelana asiática en Hong Kong y se remató en varios millones». Pero no todo es de color de rosa ni tiene un final feliz como la historia del tipo del reloj de las primeras líneas. «Ayudamos a la gente a entender lo que tiene», apunta la experta. Mucho o nada. Y a veces les toca ser «francos».
«Hacemos las valoraciones de los objetos de acuerdo a los mercados internacionales actuales»
«Hemos encontrado objetos que van de los 10.000-15.000 euros de una joya a los 300.000 de una obra de arte»
Hay casos en los que personas creen poseer algo de gran valor. Y no lo tiene. O no es para tanto. Sin entrar en muchos detalles, sí que ha habido ejemplos de decepción en Santander. Una joya familiar de varias generaciones, una supuesta piedra preciosa de alto valor. Y no. Pieza artificial. Un chasco.
Como el de otra familia que aseguraba tener una obra de un artista reconocido y cotizado. Christie's no hace atribuciones. Pero sí puede orientar. Y aquí, como en otras muchas ocasiones (es frecuente), les ha tocado decir que las posibilidades de que el autor fuera el que pensaban eran muy reducidas. Que no es lo mismo una 'obra de' que ejecutada 'a la manera de'.
Ahora están trabajando con toda la información recogida. Ya han dado algunas valoraciones y otras, que requieren más consultas, se facilitarán «en unos días». Lo siguiente, para los interesados en vender, será fijar lugar, fecha y condiciones. Firmar el contrato y ocuparse de la recogida del objeto. «Si todo va bien, entre que vemos un objeto y la fecha de una posible subasta pueden pasar dos o tres meses, aunque este tiempo puede prolongarse por muchos factores».
Para hoy viernes hay una fijada en Ginebra (está en su página web). En total, 47 lotes. Casi todo relojes. Alguno tan curioso como el 'Origen del talismán', de Richard Mille, sostenido por un collar y no en pulsera. Entre 600.00 y 800.000 francos suizos. Por si ustedes quieren pujar.
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