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Álvaro Machín
Santander
Martes, 19 de septiembre 2023, 09:38
Isabel Gómez, de Polanco, vio anoche el anuncio. El de la apertura y el del premio de un cheque regalo de 200 euros para el primer cliente que pasara por la puerta. Se cogió el coche desde Polanco y se plantó a las cuatro de ... la mañana en el Alisal. «Pensaba que ya iba a haber gente, pero no». Así que se quedó y esta mañana cortó la cinta. La de la tienda de Ikea en Santander. Fue la primera de una larga fila de clientes que abarrotaron el establecimiento nada más abrir y después de un acto reservado al personal y a las autoridades locales. Los responsables de la firma insistieron en que su local en Cantabria es pionero en su modelo de negocio. ¿Por qué? Pues porque en sus 700 metros cuadrados se mezclan varias cosas. De entrada, es un centro de planificación en el que uno puede sentarse con diseñadores especializados para «pensar» de acuerdo a las características de cada hogar. También es tienda, con cuatrocientos productos a la venta (básicamente, complementos, objetos no demasiado grandes). Además es punto de recogida. Porque tanto lo expuesto en sus pasillos (dormitorios, baños, salones...) como lo que hay en el catálogo se puede recibir allí «en 24 horas y de forma gratuita». Y, por último, tiene cafetería. «El bocado sueco». «Es un formato diferente y el más grande de estas características», explicaron.
La firma sueca ha invertido tres millones de euros en esta tienda, situada en el antiguo local de Toys R' Us, y por ahora ha creado 23 empleos directos (allí se incorporarán otros ocho empleados de sus puntos de trabajo en Heras y Valle Real). El establecimiento tiene 700 metros cuadrados. Por sus pasillos se recorren zonas de dormitorios, salones, cocinas... Hay además un hogar concreto, de 25 metros cuadrados, en el que los diseñadores han recogido los gustos y las peticiones de una clienta de Santander seleccionada entre los habituales de Ikea. De hecho, los responsables de la firma destacan que en el diseño de los espacios, en general, han tenido en cuenta las características concretas de los hogares de Santander y de Cantabria (las 'ventanas' muestran imágenes de la región).
Al acto previo a la apertura asistieron Nurettin Acar (CEO de Ikea en España), el consejero Eduardo Arasti, la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, y el concejal santanderino César Díaz, entre otros. A ellos, tras los discursos, les pusieron a montar una silla. Y así, hasta las diez. Mucha banderita sueca, discursos motivacionales para la plantilla, aplausos para los primeros clientes (les entregaron un obsequio)... Y a trabajar. «Por fin las albóndigas suecas llegan a Cantabria».
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