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Vista de la casa de los Crespo, en Güemes, con la cocina en primer término. Daniel Pedriza

El arte de los Crespo de convertir unas caballerizas en una moderna casa en Güemes

Miguel, hijo del fundador del Grupo El Riojano y parte del Grupo Cañadío, hace de anfitrión presentando la vivienda y la ganadería familiar, con la que espera abastecer a sus hamburgueserías gourmet, 'La Carnaza'

Mariana Cores

Santander

Domingo, 30 de julio 2023

Miguel Crespo creció entre fogones y emprendimiento. Su padre, Carlos, es uno de los empresarios de la restauración más emblemáticos de Cantabria. De su mano se abrieron locales como el Blues o el Zeppelin, y restaurantes como El Riojano (Santander) o Pan de Cuco (Suesa). Así nació el Grupo Riojano y, más tarde, el Grupo Cañadío.

Miguel tomó otro rumbo laboral, fuera de la empresa familiar, orientado hacia la Big Data, en Madrid. Pero la pandemia le hizo replantearse la vida y en su casa familiar de Güemes, junto a la ganadería que crearan sus abuelos, decidió que era el momento de emprender y así nació 'La Carnaza', una hamburguesería gourmet, en la que la carne de alta calidad se funde con el rock, con establecimientos en Santander y, desde abril, en Madrid. Además, no es extraño verle con su food truck por los conciertos más de moda.

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Güemes es su refugio. Allí está la casa donde pasan los veranos, rodeada de prados, donde pastan las vacas de la ganadería familiar, con cabezas de angus y hereford. En las antiguas caballerizas, su padre hizo una profunda reforma, dejando a la vista las vigas del techo. Con una sola habitación, el resto del espacio está abierto y comunicado, con una zona de trabajo, salón, comedor y la cocina, la parte a la que se le da más espacio, con acceso directo al jardín y al comedor exterior. Junto a la cocina de inducción, otra de leña, donde los guisos más tradicionales se hacen lentamente. En las paredes, pinturas y fotografías, en formato tondo (circular), como las que cuelgan en las barricas del restaurante El Riojano.

Cuando se rehabilitaron las caballerizas (con la participación de los arquitectos de Zooco Estudio), lo esencial era mantener su aspecto original lo máximo posible. Sin embargo, dado el mal estado de la fachada principal, se aprovechó para abrirla totalmente a los prados y montes de Güemes. Con un sistema de puertas correderas, se fusiona el interior con el exterior, metiendo la naturaleza dentro de la casa.

Otro lugar muy especial está en un pequeño edificio anexo, junto al porche. Allí se esconde la joya de la corona de las barbacoas. Todo en este lugar está pensado para compartir y disfrutar de la naturaleza y la gastronomía. También acoge un cuarto de invitados y una sauna. Los dos módulos (casa principal y de invitados) se comunican por un pasadizo cubierto con frentes de cristal, que permiten disfrutar del porche todo el año, al quedar así protegido del viento y lluvia.

Los sueños de Miguel van creciendo a medida que lo hace él también como empresario. Su reto es afianzar 'La Carnaza', un modelo de negocio al que añadió la música rock y los grafitis como un valor y distinción. A ello, le gustaría sumar algún día que la carne de sus hamburguesas saliera de la ganadería familiar.

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