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La historia de la peluquería Eduardo y Pilar Pescador empezó en 1975, cuando su fundador, Eduardo Pescador, cumplió el sueño de abrir su propio salón en Santander. Había crecido entre las tijeras, los cardados y los rulos del salón que su padre había abierto en Peña Herbosa. Por ello, no dudó en ponerse al frente del mismo cuando su padre falleció, cuando tan solo tenía 15 años. Pero su sueño era montar una propia desde cero. Hoy son dos de sus hijas las que están al frente de la empresa familiar, Pilar y Mónica, que cuenta con dos centros, uno en el Paseo Pereda, de Santander, y en El Corte Inglés.
Mónica Pescador, responsable del salón de la capital cántabra, recuerda los inicios de su padre y de ella misma, «Soy la tercera generación en este negocio y me llena de orgullo seguir los pasos de mi padre. Fue el primero en abrir una peluquería mixta, con horario continuo, y que también ofrecía servicios de estética y cosmetología. Fue un emprendedor pionero. Viajaba continuamente para conocer las nuevas tendencias, tanto de producto, como de servicio y atención. Esa necesidad de estar al día y de seguir explorando, la he heredado de él».
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Define su trabajo como el de «un artesano de la belleza, en continua formación». El trato personal y un asesoramiento profesional, «pero haciendo que el cliente se sienta muy a gusto y especial», son sus señas de identidad, «junto a la innovación y el mimo por unos productos, como los tintes y despigmentantes orgánicos, de última generación», puntualiza Mónica. Tampoco se olvida de su equipo, «la mayoría llevan trabajando y actualizándose, tras dos décadas en la peluquería. Empezaron con 18 años y siguen con nosotros. Es un orgullo».
Así, ante mi petición de transformar mi melena en melenón, no lo duda: «Hay que poner mechas, pero antes, hay que hidratar». Estos son dos de los tratamientos estrella del salón y Mónica me pone al día sobre cuáles son las últimas tendencias en estos dos terrenos: la hidratación con proteínas, que «reconstruye, fortalece, y da brillo al cabello», y las mechas, «para las que utilizaremos dos técnicas diferentes»
Por un lado, el 'contour' (mechas más más claras, localizadas únicamente alrededor de la cara) y, por otro, el 'babylight', «cuyas mechas, muy finas, aplicadas con mucha precisión, de tal forma que se funden con el resto de la melena, simulando los reflejos naturales, como los del sol) en el resto del cabello», explica.
Resultado: Sensación de melena más espesa, sedosa y muy brillante. El objetivo es llegar al verano con un pelo saneado y fuerte para los baños en el Cantábrico y los largos días de playa.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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