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Hace diez años, tres amigos convirtieron su afición y amor por el surf en una profesión y crearon la escuela Langre Beach Surf, en Galizano. Unos años después, dos de ellos, la pareja formada por Carlos Sousa y Darya Parkhomenko, se quedó con la escuela y construyeron un hostel, con vistas a los prados donde se cultivan panojonales y donde la armonía y el buen gusto son los protagonistas. Situado a escasos kilómetros de la playa de Langre, dirigen el negocio, que cuenta con un pequeño establecimiento con siete habitaciones, todas con su terracita y con vistas al jardín.
La especial forma de ser de esta pareja conquista nada más conocerles. Reciben a DLujo en su hostel, donde la recepción, zona de estar y el pequeño comedor son todo uno. El estilo nórdico, muy cálido, domina el ambiente, todo en tonos neutros y maderas claras. El espacio (incluidas las habitaciones) se distribuye en una planta, donde el interior se funde con el exterior gracias a grandes puertas de cristal corredizas. También hay una barra y un horno de leña, donde hacen pizzas napolitanas, que sirven para cenar en la terraza, alumbrada con bombillas, como si de una verbena se tratara.
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Todo fluye en este lugar. Los huéspedes y alumnos de la escuela vienen de toda Europa, «buscando un lugar más natural y menos masificado que la zona de Somo», explica Carlos. Van a su aire. Están como en su casa. Por algo llaman a esta zona la reserva natural del surf y una de las mejores de toda Europa. Hace ya muchos años que el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar se puso las pilas y entendió que el surf podía situar a este municipio en el mapa del mundo de los amantes de cabalgar las olas.
Hace unos años, Carlos encontró una furgoneta y decidió repararla y rehabilitar para dar cabida al material de surf y transportar a los alumnos hasta la playa de Langre, que es donde cogen las olas. Un toque más de distinción a este lugar.
DLujo surfea su primera ola de la mano de uno de los monitores, Félix Güell. No faltaron los revolcones, pero la seguridad con la que Félix me guió, consiguió que mantuviera el equilibrio, consiguiendo así, coger mi primera ola.
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