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El Palacio de Falla es resultado del amor y nostalgia de Laureano Falla Gutiérrez por la montaña. Partió hacia Cuba con 14 años y regresó unos cuantos despuès con una fortuna hecha gracias a las plantaciones de azúcar. Fue en 1920 cuando mandó construir al arquitecto Eugenio Fernández Quintanilla (el mismo que hiciera el edificio de Correos de Santander), esta casona indiana, inspirada en las cubanas. Hoy en día, por su mantenimiento y por la historia que guarda entre sus piedras, es una de las más relevantes de Cantabria.
Actualmente está en manos de uno de sus biznietos, Julio Batista (La Habana, 1960), quien se educó entre España y Suiza (donde pasó su niñez y adolescencia) y EEUU (donde desarrolló sus estudios universitarios).
Según cuenta Batista, su bisabuelo construyó está casa para que su familia pudiera pasar los veranos. Quiso que reflejara el espíritu de Cuba en su arquitectura y en su jardín, el cual obtuvo en 2008 el Premio Nacional del Real Jardín Botánico de Madrid. Su mérito es que conserva aún la esencia de cuando se creó.
Batustia agrega que su antepasado «también hizo todo lo posible por ayudar al pueblo de Anero«. Por ello, »construyendo la escuela, un acueducto, rehabilitó la iglesia y trajo la electricidad«, señala.
En cuanto a la casa, todos los muebles, alfombras y apliques se hicieron a medida, en 1923, que fue cuando se abrió la casa, y tal cual se conserva ahora. «Una vez le compré su parte a mi hermano, he querido que todo se mantuviera igual que entonces», describe Batista.
Pero también tiene claro que «de nada sirve invertir dinero en la casa si no se invierte también tiempo y dedicación. Por otro lado, está mi vinculación personal. Vengo todos los veranos desde que tengo cuatro años. Desde mis abuelos, incluidas mis hijas, todos tenemos amigos aquí. Las amistades continúan generación tras generación».
El mantenimiento de la propiedad es la parte menos romántica de esta historia. Confiesa que «sin ningún tipo de ayuda, que he pedido repetidamente a las distintas instituciones públicas, a pesar de ser parte del patrimonio y cultura de Cantabria, cuesta mucho mantener este tipo de casas, que son carísimas». Por ello, para ayudar a pagar las facturas, quien aprecie un lugar tan mágico como este puede alquilar su jardín para celebrar eventos o una simple cena con amigos, a través del correo palacio.falla@gmail.com.
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Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
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