Así era Edwin Arrieta, el médico de éxito que deseaba ser padre y al que descuartizó Daniel Sancho

¿Quién era este doctor al que Sancho descuartizó? Arrieta tenía 44 años y nació en Lorica, en Córdoba, aunque residía en otra localidad, en Montería, donde tenía una de sus clínicas de cirugía estética. De acuerdo a sus redes sociales, llevaba una carrera de éxito dedicada a operar mujeres en Colombia y en Santiago de Chile y era un profesional reputado. En su página web se lee que su labor estaba dirigida a pacientes «generalmente sanos que no se sienten a gusto con su cuerpo físico y deciden hacer cambios en su cuerpo para obtener una mayor armonía facial y corporal».

Según informa el diario local El Colombiano, el doctor era miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP). Se licenció en la Universidad Metropolitana de Barranquilla y tenía el título de cirujano plástico, estético y reconstructivo de la Universidad de Buenos Aires. Le apasionaba su profesión a la que se dedicaba en cuerpo y alma y se inició en ella por su «anhelo de ayudar a personas con quemaduras que necesitan cirugía reconstructiva», tal y como él mismo relató en una entrevista publicada en una revista especializada en febrero de 2020. «Ayudar es mi pasión», aseguraba el doctor, quien también dirigió la unidad de quemados de una clínica. De hecho, la decisión de especializarse en cirugía plástica la tomó en sus prácticas a raíz del caso de un niño con secuelas en el rostro por una gran quemadura sufrida por un incendio. «No sabía qué hacer para quitarle la tristeza que reflejaba su cara», afirmó entonces.

Hace una década que ejercía como cirujano plástico y reconstructivo entre los países de Colombia y Chile en distintos centros. En esta entrevista se definía así mismo como «un excelente cirujano plástico porque tengo una buena formación académica y práctica y estudié en una de las diez mejores universidades de Latinoamérica. Mi profesión no es para competir, sino para trabajar con pasión», apuntaba.

Tras su espeluznante muerte, sus amigos le han definido como un profesional «intachable» y muy amigo de sus amigos. «Paz en la tumba de Edwin Miguel Arrieta Arteaga. Su partida inesperada y sin oportunidad de despedirse deja un vacío imposible de llenar en su familia, a quienes tanto amaba y por quienes trabajaba incansablemente. Su intachable profesionalismo y marca personal dejaron un legado de prestigio y respeto», ha afirmado Deiby Palomino, amigo de la víctima.

Para completar sus estudios, Edwin realizó la residencia en Cirugía Plástica en el Hospital Interzonal General Agudos Mariano Castex en Buenos Aires. Además, ha participado desde sus comienzos en diferentes congresos nacionales e internacionales referentes a su especialidad y realizó un trabajo de investigación en la patología de Ptosis palpebral -coloquialmente conocida como 'párpados caídos'- junto a sus maestros Héctor Lanza y Ernesto Cavaliere. Asimismo, realizó rotaciones en los diferentes hospitales reconocidos en su país.

En sus ratos libres, le gustaba practicar el polo de manera amateur – «amo los caballos», aseguraba en una entrevista- y disfrutar de la gastronomía, así como estar con sus padres, su hermana y su sobrina María Fátima. En esta misma publicación preguntaban a Edwin por cómo se veía en el futuro, y en el plano personal, aseguraba verse «como un esposo amoroso y un papá feliz y con un club de ocio para los fines de semana». Su hermana Darlin rompió este lunes su silencio y definió a Edwin como una persona a la que le gustaba «hacer amigos y viajar», por lo que desmentía acusaciones que el hijo de Rodolfo Sancho ha vertido contra él -ha asegurado haberse sentido acosado y amenazado por el doctor colombiano, a pesar de tener novia-. Asimismo, aseguró que era un hombre «generoso y un excelente hijo, hermano, tío, amigo y profesional».

Desde hace tiempo, Edwin vivía en el barrio El Recreo en Montería, Córdoba, en Colombia. No obstante, iba con mucha frecuencia por Lorica a visitar a sus padres. Allí era muy querido. «Lorica está estremecida por el doloroso episodio que rodea la muerte del cirujano Edwin Arrieta Arteaga, a su familia un inmenso y considerado abrazo; que Dios provea la fortaleza por tan irreparable pérdida. Paz en su tumba», escribió la alcaldía de Lorica en su cuenta de Facebook. También el alcalde de Montería lamentó su asesinato: «Gran ser humano, amigo y excelente profesional. Nuestras más sinceras condolencias y un fuerte abrazo para todos sus familiares», señaló el alcalde de esta ciudad, Carlos Ordosgoitia.

Este mismo medio colombiano recoge los testimonios de numerosos amigos y conocidos de Arrieta, que le han recordado con buenas palabras, asegurando que era «un hombre excelente que luchó por materializar sus sueños y lo logró siendo un excelente profesional», apuntó su amiga Emilia María Jattin.

Arrieta y Sancho llegaron juntos a Tailandia el pasado 31 de julio. Ambos compartieron momentos por diferentes zonas de esta isla. El medio local Bangkok Post News afirmó que el crimen ha sido por celos, tras un año de relación secreta, y que también compartían algún proyecto empresarial.