¿Se atreverán los 'fashionistas' de Cantabria a vestir ropa sin género?
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Surgen nuevas colecciones que no distinguen entre lo masculino y lo femenino, pero cuánta gente está dispuesta a dar este pasoLuis Gómez
Santander
Lunes, 8 de noviembre 2021
«Estas son las prendas 'genderless' (sin género) que no pueden faltar en tu armario». El anuncio informa bien a las claras de por dónde van los tiros de la nueva campaña de COS, la gama alta de H&M. La nota informativa añade que ... la moda binaria es un hecho y despieza las prendas que la división del gigante sueco ha diseñado para ajustarse a estilos femeninos y masculinos sin ninguna distinción.
Vestir iguales a hombres y mujeres es una vieja aspiración de la industria de la moda, cada vez más partidaria de eliminar fronteras y fusionar identidades. De suprimir cualquier distinción de sexo y acondicionar un vestidor con todo para todos. Libre y sin ataduras.
Pero, ¿cuánta gente está dispuesta a dar este paso? Cuestionar el beneficio económico de esta corriente está fuera de toda duda, porque atrae a todo tipo de compañías, transgresoras y tradicionales. Una marca casi centenaria como Escorpion, por ejemplo, arrancó su fashion film en la reciente pasarela digital '080 Barcelona Fashion' con un alegato que cuestiona el género. Su colección 'My way' difumina las barreras estéticas entre lo femenino y lo masculino.
Las líneas andróginas se han colado como alternativa a lo establecido en todos los estratos sociales y países. Porque, ojo, hay que tener en cuenta una cosa: no se trata de que los hombres vistan prendas tradicionalmente femeninas, como promulga Palomo Spain, o a la inversa.
Esta historia va de otro rollo. Los grandes almacenes británicos Selfridge's se han sumado también a la moda sin barreras con un spot en el que un grupo de modelos desdibujan los tradicionales códigos indumentarios binarios. La prueba definitiva de una tendencia que lleva tiempo gestándose en los círculos más minoritarios y vanguardistas de la industria. Los expertos lo tienen cada vez más claro: el armario del futuro estará compuesto por prendas polivalentes.
Sin olvidar que grandes estrellas, principales vehículos de las causas más complicadas y a veces imposibles del universo fashion, como Kristen Stewart, Cara Delevingne e incluso la pequeña Siloh Jolie, reivindican el derecho a vestirse sin prejuicios asociados a los géneros.
La colección de COS incluye una bufanda súper suave al tacto en un llamativo tono azul cobalto. Confeccionada con cachemir de origen sostenible, está certificada por Good Cashmere Standard «para garantizar que sea completamente rastreable», remarcan fuentes de la compañía sueca.
Hay un corto acolchado disponible en azul y negro, fabricado también de forma sostenible a partir de tela reciclada. Su capucha y hebillas ajustables en el lateral con un cierre de media cremallera es un canto al aprovechamiento de todo tipo de desperdicios al elaborarse a partir de «desechos preconsumo» (sic) y redes de pesca usadas.
Pero, sin duda, una de las estrellas de la colección es un bolso unisex que se mostró en la última Semana de la Moda de Londres. Diseñado con un cuero suave, se eleva con una bolsa con cremallera, bordes meticulosamente pintados a mano y forro en contraste. Además, cuenta con bandolera ajustable y cierre de botón magnético. ¿Para qué? ¿Por qué? Para gustar a chicas y chicos.
Sin llegar a los niveles de Gucci, que lanza colecciones masculinas plagadas de encajes y blusas, o Yves Saint Laurent, que reproduce el mítico esmoquin de mujer, COS fomenta la cultura híbrida. Líneas y prendas que no se identifican ni con el hombre ni con la mujer.
Sin embargo, aunque parezca de lo más moderno, la moda tampoco está descubriendo nada nuevo con prendas oversize y patrones desestructurados que rehúyen ceñirse a las características fisiológicas de una silueta concreta.
Desde finales de los 80, creadores belgas y japoneses, preferentemente, ya apostaban por este concepto, que también coquetea con el público infantil. ¿Azul para los niños, rosa para las niñas? Este tipo de disyuntiva se está apagando, pero aún queda mucho camino por recorrer. A Megan Fox, Adele o Charlize Theron les cayeron de todos los colores por dejar que sus hijos se vistan de princesa. Veremos si el público cántabro abandona su tradicional conservadurismo y se enfunda lo de todo para todos.
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