Balenciaga y la pintura española, o cómo los lienzos de grandes maestros inspiraron al artista
SOBRE LA VIDA Y LA MODA ·
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SOBRE LA VIDA Y LA MODA ·
La visita a la muestra del Museo Thyssen en Madrid es sumergirse en un apasionante viaje de diseño e historia de la costura¡Qué tendrá Madrid que siempre tiene exposiciones que me atrapan y me dejan embobada! ¡Qué tendrá el Thyssen que siempre logra tener los mejores comisarios con las mejores ideas y recopilaciones…!
Por ello en mi último viaje a Madrid no he podido dejar ... de ir a visitar la actual exposición temporal del museo: 'Balenciaga y la pintura española' o lo que es lo mismo, un paseo por los mejores diseños del maestro junto con los cuadros que le inspiraron.
Siempre que voy a una exposición temporal en este museo me sacuden las mariposas en el estómago. Es cruzar la puerta y girar a la derecha hacia las salas que acogen lo que voy a visualizar, y ponerme nerviosa. Pero si encima ya, en un mismo lugar juntan arte y moda y le dan todo el sentido del mundo… ¿Qué más se puede pedir?
Comienza el paseo contándonos como el joven Cristóbal heredó su pasión por la costura y la moda de su madre, que ejercía de costurera, y cómo junto a ella trabajaba para grandes nobles en su amado País Vasco. Más concretamente en Getaria, donde acudía a casa de los Marqueses de Torres y seguramente donde se quedó más de una vez embelesado con las obras de Goya, El Greco o Velázquez. Y donde también, por primera vez, algo fue encendiendo la curiosidad y las ganas que más tarde darían paso a los grandes vestidos y trajes icónicos de Balenciaga. ¿Quién iba a decir a ese niño que le deparaba un futuro tan apasionante?
En la exposición no hay adornos, no hay «parafernalias»; toda nuestra atención se centra en los trajes y en las obras. En parte es gracias a que todo está posicionado sobre paredes sin más adorno que un «Negro Balenciaga» que cambia sutilmente de color según vamos pasando de sala. Uno entra de lleno en la historia, en los momentos y se deja llevar por las telas, los cortes y esos cuadros con retratos tan ilustres. De hecho, vemos varios de los cuadros que compusieron su primer contacto con el arte, pues muchos de ellos pertenecen a la colección que el marqués de Casa Torres poseía.
El artífice de esta maravilla, a quién hay que aplaudir sin parar, es a su comisario: Eloy Martínez de la Pera. Suyo es el mérito de conseguir que muchas de las herederas de clientas de Balenciaga buscaran en sus desvanes y sacaran a la luz alguna de las piezas que hoy podemos admirar. Personas como María Victoria de León, que ha cedido cuatro piezas entre las que está el traje de novia de su abuela. Un traje que nos deja embobados y soñando. (Yo misma me casaría otra vez o 100 más con ese vestido).
Claro que también es mérito suyo que museos como El Museo Nacional del Prado, el Lázaro Galdiano, o los museos de Bellas Artes de Gijón y Bilbao cediesen algunas de las obras necesarias para hacer este sueño realidad. Y de otras personas muy importantes que han desarrollado varios estudios sobre este genio de la moda. Descubriendo, entre otras muchas cosas, como el español deja aflorar su tierra al llegar a París y componer looks que recordaban al mar de su País Vasco natural o el azul cobalto del Greco.
Desde luego un plan fabuloso si uno se acerca a la capital antes del 22 de septiembre. Si la moda te apasiona, y Balenciaga te parece un maestro, descubrirás paso a paso, vestido a vestido y obra a obra cómo este artista y genio de los pies a la cabeza daba cada puntada. Y como se suele decir, «no daba puntada sin hilo» pues toda su inspiración y puesta en escena no dejaba duda: rendía homenaje a los más grandes de la pintura, quienes, desde sus cuadros, calladamente, le hablaban.
Para terminar, os dejaré el que a mí me ha robado el sueño, tanto el cuadro como el vestido. Sus líneas, sus formas, la mirada de la Duquesa en el cuadro. Todo un espectáculo digno de observar y retener en la memoria.
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