Zé García, el cántabro que enamora a las 'celebrities'

Lleva unos años frenéticos de trabajo pero está feliz de ver cómo sus bocetos terminan hechos realidad en las alfombras rojas más glamurosas gracias a las 'celebrities' que ven en sus diseños auténticas obras de arte. Sin ir más lejos, el vestido que Pataky lució hace unos días junto a su marido, Chris Hemsworth, en el Teatro Dolby de Los Ángeles, llevaba más de mil cristales cosidos a mano.

La pasada Nochevieja, Zé García también fue uno de los protagonistas de las Campanadas, ya que tres presentadoras confiaron en él para entrar en 2024: Ana Mena en La 1 junto a Ramón García; Laura Escanes en TV3 con Miki Núñez, y Eva González en la gala de Antena 3 con Roberto Leal. Las tres deslumbraron y recibieron muy buenas críticas, algo que para el cántabro fue muy emocionante: «Lo petamos, pero no fue una casualidad. Trabajamos muchísimo».

Basta repasar el perfil de Instagram del diseñador (tiene 181.000 seguidores) para comprobar la cantidad de famosas que se decantan por sus vestidos para momentos especiales. Pero, ¿quién es José María de Aurora, Zé García? «Siempre fui un artista del Renacimiento», comenta recordando que con 14 años pidió a su madre que le apuntara a un curso de costura. No sabe de dónde le viene esa pasión porque no tenía ningún referente, pero cuando empezó a hacer maillots de gimnasia rítmica para las actuaciones su hermana descubrió que aquello le hacía realmente feliz. «Tuve que buscar una modista que me ayudara porque terminamos haciendo el vestuario de todo el gimnasio», comenta para explicar que un día, en plena labor, pensó «ostras, si a este body le coso una falda, tengo un vestido…». Así empezó a cavilar aquel joven que en vez de estudiar un Bachiller de Artes se decantó por el Grado Superior de Asesoría de Imagen Corporativa y Empresarial de Moda y Lujo en la Universidad Ramón Llull. Allí estudió la historia de la moda, del marketing, la colorimetría… Todo a nivel teórico porque la práctica la llevaba él de casa. Sacó Matrícula de Honor y le ofrecieron acceder a Diseño de Moda, pero en segundo curso le fichó el Grupo Armani y se fue a trabajar a Milán. Allí se empapó bien de lo que significaba la elegancia y a sus 22 años trabajaba para la marca entre Barcelona, Madrid y Puerto Banús.

Mientras crecía profesionalmente siempre que tenía días libres volaba a Santander, donde tiene recuerdos preciosos, sobre todo de El Puntal con su familia. «Me encanta ir paseando desde el Paseo Pereda hasta El Sardinero, subir a La Magdalena, caminar por la Virgen del Mar…», relata como una tradición. Y aunque cruzar la bahía en Los Reginas siempre es un buen plan, su playa favorita es La Arnía: «Soy un poco más salvaje y me gusta el mar bravo». Comer en el Asador de Aranda, al principio de Tetuán, es otro de los momentos que siempre agenda. «Antes no fallaba nunca una pizza de Calín, y tomar unas bravas en la Rana Verde es otro de los planes que hago nada más llegar». También se deleita por las tiendas de moda de la ciudad: «Percha tiene una selección bestial y una ubicación buenísima».

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Aquel niño que disfrutaba como un enano cada vez que la familia volvía a Santander, es hoy uno de los diseñadores más cotizados del panorama nacional, y señala que la llegada de Instagram le facilitó mucho la vida. «Desde pequeño siempre supe que quería tener mi marca pero al crecer vi que era algo muy aspiracional, que costaba mucho». Así que cuando fue el 'boom' de las 'influencers' lo vio claro. «A las primeras nadie las quería vestir, que si era intrusismo laboral, que si las firmas potentes no las querían… y ahí estaba yo…». María Pombo, Dulceida, Jessica Goicochea, Laura Escanes... Todas se sumaron al desfile 'Millennial Couture' con el que el cántabro inauguró en 2018 la 080 Barcelona Fashion, y a partir de ese momento la vida de José María dio un salto. «Aunque todo fue muy orgánico, el mundo del lujo es una carrera de fondo». Con su propio atelier en una de las zonas más exclusivas de la ciudad condal, Zé García tiene una agenda llena de fechas señaladas entre las que destaca los días de Semana Santa que volverá a Santander. «Cuento las horas para aterrizar».