La generación 'Silver' se impone con fuerza a los 'millennials'

Rompen moldes y conquistan un espacio reservado hasta hace bien poco a profesionales insultantemente jóvenes, muchos adolescentes. No quedan lejos los tiempos en que las marcas más exclusivas se comprometieron a no subir a las pasarelas a menores de 16 años, tras ponerles en el punto de mira una sociedad harta de la explotación de la imagen sexual de menores.

Corren nuevos tiempos. L'Oréal Paris, patrocinador oficial de la reciente Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, manifestó su compromiso con la «diversidad, la inclusión y el empoderamiento femenino» en el desfile 'Mi edad perfecta'. Echó mano de veteranos diseñadores y maniquíes españolas que se comían el mundo en los años 80 y 90, y en algunos casos incluso mucho antes. La firma asegura que cumplió su objetivo de dar «visibilidad» a la 'generación Silver' –los renacidos cincuentañer@s– y «desafiar la percepción del concepto de edad».

Paquita Torres, Pino Montesdeoca, Remedios Cervantes, Cristina Piaget, Francine Gálvez, Elsa Anka… 33 modelos, mujeres y hombres procedentes del mundo de la moda, la interpretación y la comunicación, desfilaron en el Palacio de Cibeles de Madrid con los diseños de 11 reconocidos creadores entre los figuraban Ángel Schlesser, Devota&Lomba, Duyos, Hannibal Laguna, Roberto Diz o Roberto Torretta. Paola Dominguín, Paloma Lago e Isabel Prinz se sumaron también a una fiesta para reivindicar que «la edad está ligada más que nunca a una actitud» y que la belleza tampoco responde a «unos cánones externos de género o raza. Experiencia, talento, inspiración y, por supuesto, belleza no están ni estarán nunca ligados a la edad», recalcaron.

Eventos como el de L'Oréal Paris son cada vez más frecuentes en tiempos de extrema corrección política. Falta saber si esta actitud es realmente sincera y tiene visos de consolidarse, más allá de gestos esporádicos, o, si por el contrario, maquilla una demagogia en el que sigue valiendo todo y a la hora de la verdad la moda sólo admite a chavales imberbes y rostros femeninos aniñados que juegan a parecer mayores.

Sea lo que fuere, las grandes marcas internacionales parecen haber encontrado un filón en artistas y caras famosas que transitan por la etapa otoñal de sus vidas. A sus 74 años, por ejemplo, la actriz británica Charlotte Rampling protagoniza junto al diseñador Marc Jacobs (Nueva York, 1964) la campaña primavera verano de Givenchy. La legendaria maison francesa sigue sucumbiendo al magnetismo de jóvenes estrellas, como Ariana Grande, pero, a la hora de vender su mercancía más lujosa, apuesta por las arrugas de la inolvidable protagonista de 'Portero de noche'.

¿Casualidad este repentino interés por rostros maduros? Givenchy dice haber recurrido a «iconos atemporales» con los que evocar recuerdos del París y Nueva York de los años noventa. Nada que ver con el ostracismo que acompaña a los modelos transgénero y de tallas grandes, que siguen infrarrepresentados en los desfiles más importantes. Aunque tampoco conviene echar las campanas al vuelo con los cincuentañeros que se ponen bajo los focos. Un informe del portal 'The Fashion Spot', que analizó 221 desfiles y a 7.300 modelos participantes el año pasado en los shows de otoño-invierno en Nueva York, Londres, Milán y París, reveló que las profesionales menos representadas en las pasarelas son las mujeres de a partir de 50 años, pese al aumento de su popularidad.

Aunque solo sea por motivos económicos, la industria de la belleza sigue pescando en los caladeros 'Silver'. Pone números Estefanía Yagüez, directora de Consumer Insights de L'Oréal España: «El 32% de la población tiene más de 50 años y España es el segundo país más longevo del mundo, después de Japón». Yagüez destaca el peso de las consumidoras senior en el mercado de la belleza y afirma que el 47% del gasto lo realizan mujeres de más de 55 años. También asegura que estas consumidoras compran artículos de cosmética dos veces al mes, mientras sus incursiones en el mercado 'online' crecen a ritmos espectaculares.

Prueba de su creciente influencia es que productos como el Perfect Golden Age se realizan con una tipografía de mayor tamaño, los textos son más claros y sencillos y el 'packaging' es fácilmente manipulable para mejorar la experiencia de uso. Si ya lo dice Elsa Anka, abanderada, a sus 54 años, de la mujer madura y también modelo ocasional: «La juventud es maravillosa, pero está sobrevalorada porque eclipsa a todas las demás edades».