![Lorenzo Caprile: «Cada vez cuesta más identificar a la gente por la ropa que lleva puesta»](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/09/04/86917383-kG1G--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Descuelga el teléfono y lo primero que dice es «vete al grano, que aquí tenemos mucho trabajo». Lorenzo Caprile es directo y claro. El modista hace lo que le gusta, sin ceder a los requerimientos del mercado. Puede hacerlo porque es la estrella en un ... cielo cubierto de nubes.
-¿Cuál es su vinculación con Cantabria?
-Mi familia paterna veranea en Laredo desde los años cuarenta. Mi abuelo instaló en Treto una de sus fábricas de magnetos (FEMSA) -más tarde vendida a Bosch-, fundó el Club Náutico de Laredo y tiene una avenida con su nombre, Emilio Caprile Poloni. Además, mi familia está enterrada allí.
-¿Siempre han veraneado en el palacio de Los Hornillos?
-Sí, siempre, pero no es un palacio, sino una casa grande de arquitectura inglesa. La gente le ha puesto el nombre de palacio, pero no es correcto.
-Comenzó a interesarse por la moda yendo con su padre a visitar el Museo del Prado.
-Mi padre me llevaba a visitar muchos museos, no solamente el Prado. Era un gran lector, de Historia sobre todo. A mi hermano -fotógrafo- y a mí nos dijo que en estas profesiones raras, «o sois primeras espadas o tendréis una vida triste y con frustraciones». Tenía mucha razón, porque fíjate cuántas 'muñequitas' rotas hay en el mundo del cine, de la música, de la moda... Nosotros seguimos su consejo.
-¿Por qué decidió especializarse en moda nupcial y de ceremonia?
-A mí lo que me gusta es la vida de taller: cortar, probar, controlar a mi equipo. Si hoy en día quieres vivir de un taller a la antigua usanza no puedes hacer otra cosa que no sean bodas, porque una mujer te encarga un traje a medida si tiene una ceremonia. El resto lo cubre con creces el prêt-à-porter (prendas producidas en serie).
-¿Quién crea las tendencias?
-Odio esa palabra, porque yo no hago prendas de temporada, ni desfiles. Todo lo relacionado con las tendencias me parece artificial y creo que está desfasado. Con la capacidad de viajar que hay ahora, la gente está en un lugar que es verano, coge un avión y se va a otro país donde es invierno. Ya no hay temporadas.
-¿Hasta qué punto la moda define al ser humano?
-Más que el término moda, prefiero emplear la palabra indumentaria. Hasta hace relativamente poco, la indumentaria definía mucho a las personas, pero ahora eso se está perdiendo. Antes, con un golpe de vista ya sabías el nivel económico o social de la gente, si era del sur, francesa o incluso si se trataba de un hombre o una mujer. Todos estos significados semióticos se están diluyendo y perdiendo. No digo que sea mejor o peor, pero es un reto para las nuevas generaciones y diseñadores de moda, ya que tendrán que lidiar con ello. La ropa de una persona cada vez te aporta menos información, más allá de si forma parte de determinadas tribus urbanas. Cada vez cuesta más identificar a la gente por la ropa que lleva.
-Pero con determinadas prendas uno se siente más rico, más poderoso... ¿Qué me dice de este poder de la moda para elevar la percepción de uno mismo?
-Existe, pero se está diluyendo. Las nuevas generaciones buscan sentirse seguras de otra manera. Cuidan su cuerpo, van al gimnasio, realizan viajes impresionantes, que yo a esa edad no me planteaba ni en mis mejores sueños. También a través de los tatuajes, con una casa bonita... Todos estos códigos están siendo redefinidos.
-A veces parece que es el traje el que lleva a la persona y no al revés. ¿Aunque la mona se vista de seda mona se queda?
-Hasta cierto punto. Hay otro refrán que dice que el hábito hace al monje. Si uno se viste así todos los días y empieza a cultivarse en el sentido de la palabra, de que algo crezca dentro de sí mismo...
-Entonces, ¿si vamos bien vestidos tenemos que llevar a juego la forma de comportarnos?
-Te respondo con el título de un libro de aforismos de Giorgio Armani que se llama 'Los tontos no son nunca elegantes'.
-¿Qué opina del fenómeno influencer?
-No tengo una opinión formada, porque afortunadamente mi modelo de negocio no necesita este tipo de promoción. Otra cosa es que una influencer acuda a mi taller de forma voluntaria porque le gusta nuestro trabajo, y digo nuestro porque sin mi equipo no soy nada.
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