Moda de aquí, de allá y con conciencia

Desde que el lunes arrancara la Santander Slow Fashion ha quedado de manifiesto que la moda artesanal se cose con conciencia, pero no porque se haga despacio sino porque su diseño está pensado para que dure en el tiempo más allá de las tendencias. Este miércoles volvió a verse este espíritu en los desfiles en el Hotel Real de Henry Arroway, Ramón Ezkerra, Moda re- de Cáritas y Atelier Colombia, que pusieron el broche a tres días intensos en los que la capital cántabra ha reunido a una treintena de creadores de aquí y de allá.

Es miércoles más de 300 asistentes (800 durante los tres días) conocieron las propuestas de prendas de abrigo y peletería de autor llegadas desde el País Vasco; las colecciones de los diseñadores del país invitado realizadas en talleres locales de Cali, Medellín, Quindío, Bogotá y Boyacá; y vieron cómo la ropa que los cántabros dejan en alguno de los 200 contenedores de Cáritas de la región puede tener una vida nueva.

Por partes. La tarde arrancó con el desfile de la Henry Arroway, la firma vasca de segunda generación que recoge el legado del espíritu emprendedor de Enrique Arroyabe y que, este miércoles, mostró su nueva colección de plumíferos, parcas y prendas de abrigo artesanales. Después fue el turno de conocer los últimos trabajos que el creador Ramón Ezkerra confecciona con piel en su atelier y desde donde se ha convertido en un referente del comercio de lujo vizcaíno.

El tercer desfile de la tarde levantó gran expectación, ya que el público iba a ver sobre la pasarela cómo la ropa que ha terminado en los contenedores rojos de Cáritas vuelve a la vida gracias a Moda re-, la iniciativa social enfocada a la reutilización de las materias primas y el consumo responsable desde la economía solidaria. Las responsables de este momento de la pasarela fueron las estilistas cántabras Maribel Cabo, Susana Molinero y Mar Zorrilla, y junto a ellas compareció el director general del proyecto, Albert Alberich.

En la región, la empresa Ecolabora Cantabria recogió más de una tonelada de ropa en 2023, da trabajo a 23 personas (trece de ellas en puestos de inserción) y tiene dos tiendas (una en la calle Cádiz 9 de Santander y otra en José María de Pereda 23, en Torrelavega). Con las ventas en estos establecimientos (en toda España hay 150) se cierra el círculo tras la recogida de la ropa de los contenedores, su preparación para la reutilización o reciclaje y su venta. La totalidad de los beneficios generados vuelven a invertirse en el desarrollo y crecimiento del proyecto, prestando especial atención a la creación de empleo de inserción social. Así lo explicó Alberich y pudieron los asistentes congregados en el Hotel Real pudieron ver sobre la pasarela 'looks' creados en base a prendas que un día alguien desechó y vuelven a ver la luz a precios asequibles.

La tarde terminó con la presentación de 'Atelier Colombia', una plataforma creada por la emprendedora Yolima Sierra, de origen colombiano y afincada en Santander. Durante el show varios diseñadores del país invitado a esta edición de la Santander Slow Fashion lucieron sus creaciones. Diana Gómez llegó con sus diseños sostenibles de la firma caleña 'Windom Bird'; Walter Villlarreal y su hija María José trajeron varias de sus creaciones de la marca quindiana 'Hecho en Café'; las hermanas María, Juliana y Sandra Rodríguez junto a Eduardo Orozco exhibieron sus tocados y complementos artesanales creados en Medellín para 'Misia & Co'; Luisa Alvarado trajo de Bogotá sus creaciones para 'Ducky Black', y Silvino Patiño y Francisco Gómez mostraron con orgullo las prendas de artesanía textil tradicional del altiplano cundiboyacense confeccionadas en el taller 'Tejidos Rebancá'.

Con este desfile se clausuraron tres días de moda que han reunido en Santander a una veintena de firmas que han puesto de manifiesto «la creciente tendencia hacia el ecodiseño, la moda de segunda mano y la preocupación por la sostenibilidad». Así despidió esta edición el director la pasarela, José Luis Callejo, quien añadió que «esta transformación redefine la percepción de la ropa y su impacto en el planeta».

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