La moda como terapia

Todos sabemos que las personas 'proponen' y la vida 'dispone', y que no siempre el destino te concede aquello que soñaste en tu infancia o juventud. Cuando el camino por el que transitas se pone cuesta arriba es aconsejable, y hasta obligatorio, aferrarse a aquello que te hace feliz y que se convierte en tu refugio. Ya sean las manualidades, disfrutar de la naturaleza, el cine, la fotografía, la pintura, la música, el baile, el deporte o la moda… Todo lo que te aporte puede convertirse en tu mejor aliado, en tu terapia particular.

Hace algún tiempo, cuando apenas tenía 40 años, me dijeron que mi vida laboral debía terminar por salud, que aquello que venía haciendo desde hacía mucho tiempo ya no lo podría hacer más. Reconozco que se me vino el mundo encima. Me sentía inservible, inútil, triste… pero me aferré a una de las cosas que más me gustan y me provoca felicidad: la moda.

El simple acto de elegir cada día la ropa que mejor me sienta y combinarla con los complementos adecuados, aleja de mi cabeza las nubes grises que, a veces, amenazan con quedarse. Verme bien es sentirme bien, y la moda me ha ayudado a autoconocerme y a aceptarme como soy, perfectamente imperfecta.

A mi familia nos gusta la moda, aunque yo sea la que más pendiente está de las tendencias. Pero mi chico no se queda atrás, ahora que disfruta de una nueva etapa en su vida como prejubilado y dispone de más tiempo libre, también se apunta a eso de 'ponerse guapo' desde bien temprano. La vida laboral de José Ángel le mantenía una gran parte del año lejos de casa y en su maleta abundaban las prendas cómodas pero repetitivas. Ahora cuida mucho más todo lo que entra en su armario, ya sea de vestir o deportivo y le encanta hacer combinaciones que, a veces, parecen imposibles, y es cuando me pregunta «¿qué tal esto combinado con esto otro?». Y mientras se prueba lo que le gusta se mira en el espejo, se ríe y se dice a sí mismo: «¿A que estoy guapo?». Otra vez la moda llega a mi casa como terapia.

Recientemente José Ángel participó en el desfile de moda benéfico junto a 90 hombres más para reivindicar la prevención y detección precoz del cáncer de próstata. Él es paciente de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla y, aunque está todo controlado, debe seguir con sus revisiones. Para él participar en este desfile fue muy gratificante por no hablar de los ensayos por el pasillo de casa y las risas que nos echamos. Además, en el Hotel Real verle rodeado de tantos compañeros solidarios y el público tan entregado fue muy gratificante. La moda como terapia una vez más.

Unos días antes fui yo quien desfiló para apoyar la investigación del cáncer de mama junto a otras 80 mujeres reales y comprometidas. ¡Qué orgullo participar dando visibilidad a una causa que me ha arrebatado a unas cuantas mujeres maravillosas y que necesita de todos nosotros! Aquella pasarela para desfilar fue más que un pasillo. Era compromiso y solidaridad, moda y belleza… Terapia otra vez.

La moda se ha ganado por derecho propio un lugar muy importante entre quienes la seguimos y no solo vemos en ella algo que ponerme. La moda es mucho más. Es expresión, es movimiento, es color, es imagen, es inspiración, es estilo y en mi hogar en estos momentos es terapia de la buena.