La 'influencer' de orígenes cántabros, María Pombo, apareció en el programa con chaqueta y falda de tejido denim y flecos; mientras que Dulceida se decantó por un dos piezas de camisa estampada, short y botas; y Laura Escanes por un pantalón, cazadora y top. Las tres explicaron a Motos, entre risas y complicidad, que detrás de lo que vemos en las redes «no hay solo diversión y postureo, sino un amplio equipo de personas que trabaja para ofrecer contenido digital actual y divertido».
El trío aseguró que entre ellas no hay rivalidades. «Somos amigas», garantizaron. Y Laura quiso precisar. «La competencia es buena. Si solo te miras a ti mismo te estancas», aleccionó. Sus compañeras contaron que a veces hasta viajan juntas y comparten actividades profesionales. Las jóvenes llevan ya mucho tiempo viviendo de los contenidos digitales, aunque aún hay quien no se toma en serio su labor. «Vivo de esto desde hace catorce años y todavía hay gente que me ve como una marciana», manifestaba. Pombo quería argumentar su oficio. «Tener más seguidores no supone más dinero. Lo importante es conectar con tu audiencia. Conectan y confían en nosotras». Laura iba más lejos: «Contar nuestras movidas cada mañana es lo que nos hace más cercanas».
Perfiles como los de estas tres jóvenes es la forma que tienen ahora las marcas para generar publicidad rentable, y vaya que si lo es. María Pombo con 2,5 millones de seguidores, Dulceida con 3,1 millones y Laura con 1,7 millones en Instagram son, hoy por hoy, tres de las 'influencers' españolas que más interés suscitan, y no solo entre las marcas que las contratan, sino entre sus millones de seguidores que siguen en redes todo lo que hacen y enseñan de su día a día.
Ser 'influencer' significa que tus palabras repercuten en quienes las escuchan, de ahí que muchas marcas prefieran invertir en campañas publicitarias con ellas. Eso no quiere decir que mientan: «Somos como muy reales. Nunca hemos engañado a nuestros seguidores con las cosas que promocionamos, siempre son cosas que nos gustan y las usamos», certificaban. Escanes ahondaba en la idea. «Si estás haciendo algo que no te gusta y no te convence, al final se nota», argumentaba. Y Dulceida apoyaba su discurso con un ejemplo: «A mí me ha pasado. Acepté una cosa porque creía que me encajaba y luego no me vi cómoda. Todo el mundo se equivoca».
Seguidas por muchos y odiadas por unos pocos, los haters forman tambien parte de su vida pero reconocen sentirse queridas por la mayoría y recibir muchas muestras de cariño allá donde van. Exponerse ante una gran audiencia suscita reproches, algunos exagerados y hasta delictivos. Escanes, que comparte vida con Risto Mejide, sabe de lo que habla. «Las críticas porque soy la pareja de Risto y tenemos edades diferentes me van a perseguir toda la vida, pero como ya lo tengo asimilado para mí es algo normal. No tengo que dejar que ellos dirijan mi vida. Si me equivoco, me equivoco yo».
Dulceida, sin embargo, ha decidido tomar cartas en el asunto. «Lo mío es muy fuerte. Desde hace mucho tiempo tengo un acoso diario. Estoy con demandas y todo. A raíz de mi relación y de mi ruptura, sufro un acoso constante. Yo y mi familia. Me insultan todo el rato. Me han llegado a decir que si me vuelven a ver con una bandera LGTBI me queman viva», desvelaba en directo. María Pombo, Laura Escanes y Dulceida forman parte de la nuevas generaciónes de jóvenes que han sabido hacer de su diversión, su trabajo y su forma de vida.
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