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Hace una semana Odette Álvarez estaba de los nervios. Haber sido elegida por tercer año para formar parte del programa de consagrados de la Mercedes Benz Fashion Week no es algo a lo que una se acostumbre. La responsabilidad que siente cada vez que ... tiene una cita de este nivel le deja exhausta. «La resaca emocional está siendo muy fuerte», decía esta semana en Santander. «No quiero pensar de aquí a un mes», comentaba al preguntarle por su próximo proyecto aunque al día siguiente de esta entrevista tenía que estar en el 'showroom' que abrió hace ahora un año en el centro de Madrid.
–¿Qué queda de aquella Odette que cosía a mano su ropa?
–Mi esencia sigue siendo la misma y la he reflejado en este desfile en el que he querido volver a mis orígenes.
–Y en sus orígenes apareció Madame de Rosa…
–Sí, hace diez años en Ibiza. Nos hemos hecho muy amigas y preparar esta colección juntas ha sido maravilloso.
–¿Qué recuerdos tiene de aquellos primeros años?
–Me acuerdo de mis primeros viajes a India, Pakistan, Tailandia... Me encantaba buscar tejidos y cuando volvía a casa hacía mis diseños y los convertía en abrigos.
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–¿Cuándo pensó que estaba haciendo algo grande?
–Me vienen a la cabeza tres momentos. Cuando Olivia Palermo habló de mí en su blog, cuando Vogue Italia nos dedicó una página entera y cuando empecé a trabajar con Nati Abascal.
–¿Cómo la conoció?
–Nati estaba en el Palacio de los Hornillos haciendo una sesión de fotos con Laura Ponte. Se hospedaban en la Posada Santa Ana, en Cortiguera, que es de mi amiga Patricia. Un día, Patri le enseñó varias de mis piezas y a Nati le entusiasmaron. Me las pidió para la sesión y salieron en portada de Hola Fashion.
–En el mundo de la moda todo parece fácil, pero imagino que haya días feos…
–Muchos… Como en cualquier proceso en el que dependes de mucha gente siempre hay cosas que tuercen. Hasta última hora siempre hay mucho estrés.
–¿Sabe delegar?
–Muy poco o nada, la verdad. Me gusta tener todo controlado y soy muy perfeccionista. Detrás tengo un gran equipo al que estoy más que agradecida, pero necesito estar pendiente de todo.
–A usted nadie le ha regalado nada…
–Nada. Hasta para desfilar en la Fashion Week hay que hacer un gran desembolso. Hay diseñadores a los que se les ofrece y no pueden permitírselo.
–¿Después de Madrid qué hay?
-Me encantaría hacer algo en Nueva York, pero son palabras mayores y hay que empezar por Europa. Desfilar en París me haría muy feliz, la verdad.
-Tanto el Gobierno regional como el Ayuntamiento le apoyan...
-Y tanto. Me están ayudando a hacer realidad muchos de mis sueños y yo llevo con orgullo el nombre de Cantabria y de Santander allá donde voy.
-¿Se arrepiente de su paso por la política?
-No. Fue una experiencia muy buena pero llegó la pandemia y, lógicamente, todo el presupuesto que teníamos en Comercio se destinó a Sanidad. Me quedó la espinita de que se hubieran visto los proyectos que íbamos a poner en marcha para los comerciantes.
-¿Si se lo volvieran a proponer aceptaría?
-Me fui antes de acabar la legislatura porque no podía asumir todo lo que tenía encima. Con el ritmo de vida que llevo es imposible y, si hago algo, me gusta hacerlo bien.
-Casi todas las celebrities llevan su ropa, ¿se le resiste alguien?
-He vestido a tantas… Nieves Álvarez, Eugenia Silva, Paulina Rubio, Elsa Pataky… Pero la verdad es que me viene al cabeza Sarah Jessica Parker. Me encantaría que conociera la marca.
-¿Cuál es su próximo proyecto?
-Estoy tan agotada por la intesidad de las últimas semanas que no quiero pensar de aquí a un mes…
-¿Se coge vacaciones?
-(Risas) Mañana tengo que volver a Madrid, que tengo que trabajar en el 'showroom'...
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