Pablo López: «Silbon es una marca 'preppy' o pija antes que 'british'»

La historia que hoy os cuento en Cantabria DModa es de las que de verdad salen del corazón, de las que de lejos se ve que es transparente y veraz. Pablo López es cordobés y hace unas semanas abrió una de sus tiendas en el centro de Santander. Silbon es una de las marcas nacionales que apuestan por ciudades como la nuestra para crecer. La compañía andaluza, que aspira a llegar a los 46 millones de euros en ventas en 2023, ha pasado de facturar 6 millones en 2017 a 30 millones en 2022, tras abrir más de 50 tiendas. La última es la Juan de Herrera, 2 de la capital cántabra, donde en un local de 36 metros cuadrados a pie de calle venden su línea Man.

El CEO de Silbón nació en la ciudad con los patios más bonitos de toda España y se declara amante de la moda desde mucho antes de dedicarse a ella. Esta pasión le viene en la sangre, en el ADN, ya que tanto su bisabuelo como su abuelo paterno fueron sastres, y su progenitor, que se saltó la tradición, disfrutaba «vistiendo bien». «Cuando eres pequeño siempre tiendes a fijarte en tu padre, y al mío siempre le gustó lucir bien, incluso, diferente. Cuando empecé a echar cuerpo me apetecía parecerme a él y le robaba la ropa del armario, así descubrí marcas como Lacoste, Fred Perry… y la moda empezó a formar parte de mí», cuenta López al preguntarle sobre cuándo empezó a sentir pasión por la moda.

Ahora claro, la vida tiene las cartas echadas y no siempre todo viene directo. Antes de llegar siquiera a imaginar Silbon, Pablo López pasó por diferentes trabajos en importantes empresas. Hasta que «los astros quisieron alinearse» y junto con un gran amigo -que venía de vivir sus propias experiencias más ligadas al mundo de la moda- empezaron a hilvanar la que hoy es su empresa. «Junto a Rafael Díaz, que es mi amigo de toda la vida, comencé esta aventura. Yo siempre he encarnado la parte más clásica y él la más moderna y atrevida», confiesa para afirmar que en el sector no encontraban mucha oferta de lo que ellos querían hacer. «Con lo poco que teníamos, unos 3.000 euros, lanzamos nuestras primeras americanas. Pensábamos que se iba a quedar ahí, que las íbamos a vender entre unos pocos amigos y familiares, y abrimos nuestro primer showroom en el que era el piso de mi abuela, que vivía fuera de Córdoba».

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Todo fue encajando poco a poco. Primero que su bisabuelo y abuelo se dedicaran al mundo de la sastrería; después que su abuela les dejase ese piso donde empezaron forjar sus sueños, y como colofón que crearan y diseñaran una prenda tan clásica y vinculada al mundo de sus antepasados como las americanas. «Sencillamente perfecto», afirma Pablo completando el círculo.

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Cuando le pregunto por el estilo de la marca, que comenzó siendo algo 'british', Pablo aclara su evolución: «Empezamos con tartán y un estilo más formal de americanas y, ahora mismo, sólo tenemos alguna pincelada de aquello y hemos evolucionado y nos hemos adaptado a la demanda. Es una de nuestras virtudes. Al final uno se debe a su público. Somos una marca 'preppy' o pija antes que British». Desde luego creo que no se puede negar su elegancia y gran calidad. Algo que para la que escribe es sumamente importante a la hora de elegir una u otra prenda. «En Silbon nuestra principal misión ha sido la de fabricar de forma responsable todas nuestras prendas desde el nacimiento de la marca. Esto ha sido posible gracias a la creación de colecciones basadas en prendas de calidad superior con diseño atemporal, asegurando así su durabilidad».

Además, han abierto nuevas líneas de negocio, un bar y están en el metaverso. «Tenemos una norma no escrita en Silbon y es que todos los años una parte de la facturación tiene que ser para algo nuevo. Hay veces que son pequeños proyectos que se consolidan y terminan dando fruto a una nueva línea como Silbon mujer que nació en septiembre de 2021».

En el ámbito personal, Pablo López se define como una persona muy familiar. Se nota en su forma de contar como adora a sus hijos, cómo le encanta disfrutar con ellos, «son toda mi vida». «Tengo una armonía familiar estupenda dentro del caos del negocio. Procuro muchísimo pasar tiempo de calidad con mis niños y viajar todo lo que puedo. Si algo he aprendido es que hay que saber disfrutar del camino, de cada momento».

De ahí que lo importante ahora sea disfrutar de la expansión de la marca, que como os decía al principio aterrizó en Santander hace poco más de un mes. Con una distribución diferenciada para las nuevas colecciones alberga ya sus tres líneas de diseño: la «tailoring», caracterizada por la excelencia en tejidos y patrones; el «sport casual», de tipo joven y urbano con aire «preppy»; y el «business casual» para el día a día.