Sandra Garaizar, una 'influencer' de moda enamorada de Cantabria

Desde pequeña Sandra Garaizar vivía con su familia cómo la moda era un medio de vida. Hasta que un día esta burgalesa entendió que ella era el mejor 'escaparate' que podía encontrar. Coincidió con el fenómeno de las 'influencers' y así, «por azar», según ella misma cuenta, hizo de Instagram su trabajo. «La gente cree que nos hacemos unas fotos, ganamos dinero y ya está, pero no es así. Supone muchísima dedicación, eres una creadora constante de contenido y 'community manager'. No te vienen las cosas dadas, es algo constante», asegura. Y parece que no lo hace nada mal, pues supera los 70.000 seguidores en la red social.

La joven no puede borrar la sonrisa del rostro, esa que aparece sincera, sin filtros y que demuestra que en Santander se siente como en casa. «Veraneo aquí desde pequeña, conocí a mis mejores amigas, a mi pareja… Me parece un rincón único que vinculo al descanso, las vacaciones y lo alegre», cuenta. Algo que muestra en sus publicaciones, con habituales fondos con Cantabria como protagonista junto a sus looks. «Me encanta la bahía de Santander y para las fotos es perfecta, pero también todo el paseo que va del Hotel Chiqui al Faro, Puertochico, el Gran Casino Sardinero o el Hotel Real». Y para la región no encuentra mejor adjetivo que el de «infinita», aunque no oculta su cariño por Liébana, «especialmente por Potes. Mi chico es de allí, apenas lo conocía y es espectacular».

Por trabajo viaja mucho, pero la capital cántabra está ganando peso en su agenda y, cómo no, nuestra gastronomía entre sus preferencias. «Me encantan las rabas y si tuviera que decir algo dulce, los sobaos pasiegos», reconoce. Hablando de moda se declara fan del estilo en el norte, «creo que hay un rollo elegante-casual, más desenfado, pero sin perder ese glamour. En el sur se visten más». Y es que ella misma se identifica con esa imagen, pero buscando siempre que «mis looks sean súper femeninos». Para cada uno dedica el tiempo necesario, nada de improvisar, «los pienso mucho, ubico todas las prendas sobre la cama y hasta que no estoy convencida…».

Está feliz porque en breve podrá compartir una colección cápsula de vestidos de fiesta con su identidad de moda. Mientras, adelanta que esta nueva temporada de otoño «se imponen las diademas, las camisas de organza con mangas muy voluminosas, los pantalones 'slouchy', mientras se mantiene el 'animal print' y el 'tie-dye' sigue dando guerra». Entre sus básicos, «todo lo vaquero, a diario siempre me verás con un pantalón o cazadora». No se marca límites 'fashion', «porque un día dices que no te pondrías algo y luego se vuelve tendencia y te encaja», aunque ahora no está muy con la tendencia de los cinturones tipo correa de mochila. Lo que tiene claro es que hay una rutina de belleza que no perdona, «puedo no ir maquillada, pero no salgo de casa sin la cara hidratada».

Sandra se define como «emprendedora, trabajadora y nerviosa», un cóctel que ha hecho de esta 'influencer' una mezcla de éxito. Puede pasar «entre seis u ocho horas con el móvil, pero es que es mi trabajo» y explica que «retoco mis fotografías con un 'preset' propio, pero no uso el Photoshop para cambiar mi cuerpo o mi cara». Por último, por si alguien se plantea o sueña con el universo de 'followers', para el que se llegaron a ofertar estudios específicos, ella tiene un opinión clara. «Eso fue más Marketing que otra cosa, estudiando otras carreras puedes ser 'influencer', pero nadie te va a regalar una comunidad de seguidores, sí un buen contenido», concluye.

Agradecimientos por la localización: Gran Casino Sardinero.