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MARÍA CALVO
Martes, 4 de febrero 2020, 18:08
El domingo por la noche pudimos vivir en directo desde España la final de la Super Bowl, que se celebró en el Hard Rock Stadium de Miami. Los Kansas City Chiefs se llevaron el título de la NFL en un partido que les enfrentó ... a los San Francisco 49ers. Sin embargo, esta mediática cita, que cada año consigue audiencias millonarias, transciende de lo meramente deportivo y consigue captar la atención mundial, incluso para aquellos que no están especialmente interesados en el fútbol americano. Y es que el foco de atención internacional se centra, especialmente, en los intermedios, gracias a sus selectos anuncios publicitarios y, sobre todo, a las actuaciones musicales que ofrecen los grandes iconos de la música.
Este año, Shakira y Jennifer López han sido las elegidas para formar parte del show, convirtiéndose en las primeras latinas en actuar en el descanso de esta cita deportiva. En la rueda de prensa que las artistas ofrecieron el pasado jueves, destacaron que su show será un paso más para 'redefinir el concepto de la edad, la fuerza, la disciplina y qué significa ser una mujer latina'.
En tan solo 12 minutos que duró la actuación, las dos divas de la música descubrieron, por fin, los estilismos que han escondido con tanto recelo durante las últimas semanas.
Shakira cumplió su objetivo de 'poner el mundo en llamas' en un día en el que, además, celebraba su 43 cumpleaños. La colombiana abría el espectáculo entonando 'She wolf', uno de sus temas más reconocidos, enfundada un conjunto rojo y brillante, bodado con flecos y cristales de Swarovski. Que el creador de este look fuera Peter Dundas no fue ninguna sorpresa, ya que tanto el diseñador como el estilista Nicolas Bru, llevaban días sembrando las dudas en redes sociales acerca del estilismo que estaban preparando para la Super Bowl.
La cantante de Barranquilla se deshizo de la tela que cubría su abdomen durante la segunda parte de su actuación, en la que interpretó 'Whenever, wherever'. Más tarde, jugó con las asimetrías, añadiendo flecos en la parte trasera de su falda. Además, llevó las botas planas de media caña cuajadas también de pequeños cristales, obra de The Dan Life.
Lo que muchos no saben es que este dos piezas, formado por un 'bralette' y una falda 'mini' con flecos, está a la venta en edición limitada a través de la web de Peter Dundas, el excreativo de Roberto Cavalli que capitanea su propia firma desde hace 3 años. Se trata del modelo 'Josephine Lipstick' y tiene un precio de 890 euros y 2.180 euros respectivamente. Además, el conjunto también está disponible en color 'nude'.
Tras este estilismo, con el que, además, cantó junto a Bad Bunny, la artista latina dio paso a un conjunto dorado de la misma firma, formado por un 'culotte' con flecos, un 'crop top', una bomber y zapatillas de estilo deportivo a tono. Este look metalizado fue el relevo perfecto para dar paso el segundo plato fuerte de la velada.
A continuación, Jennifer López tumbaba el estadio Hard Rock encaramada a una barra de Pole Dance, mientras sonaban los primeros acordes de 'Jenny from the Block'. Era el preludio de un maratón de looks que se sucedieron conforme avanzaba la actuación. El primero apenas se pudo ver escasos 10 segundos. JLo apareció enfundada en lo que parecía ser un chaleco de cuero negro con solapas estilo 'biker', combinado con una larga y vaporosa falda de gasa fucsia que se quitó inmediatamente. Así, dejó paso a un body de piel, cubierto de cristales de Swarovski y unas larguísimas botas 'over-the-knee' a juego. Estas se sujetaban gracias a un cinturón, en cuya hebilla aparecía una medusa, emblema y símbolo inconfundible de la casa Versace.
Parecía imposible que debajo de este ceñido look de estética 'bondage' pudiera esconder otro más por debajo, pero la diva del Bronx volvió a sorprender dejando al descubierto un mono con efecto segunda piel, cuajado de flecos en la cintura y cristales en color plata, estratégicamente colocados a lo largo de su cuerpo. Lo hizo para entonar otra de sus canciones más reconocidas, 'Waiting for tonight' y, más tarde, junto a J.Balvin, para cantar el tema 'Mi gente'.
La locura se desató cuando su hija Emme subió al escenario para interpretar 'Let´s get loud' junto a ella, momento en el que la artista aprovechó para cubrirse con un maxi chaleco de plumas que representaba la bandera de Estados Unidos por fuera y la de Puerto Rico por dentro. Todo un tributo a las raíces latinas de la artista y una clara reivindicación que marcó un hito, al ser la primera vez que se canta en habla hispana en los 54 años de historia de la Super Bowl.
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