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Yolanda Jiménez en su puesto de trabajo. Samira Hidalgo

El legado de tres generaciones de moda en Castro Urdiales

VIVIR LA MODA ·

Yolanda Jiménez está vinculada al comercio textil desde los 13 años y confiesa ser una apasionada de su trabajo

Samira Hidalgo

Castro Urdiales

Miércoles, 18 de diciembre 2019, 13:36

Desde sus primeros años ha estado ligada al mundo de la moda. Es la tercera generación en su familia que se dedica a vender ropa, de hecho, cuenta que su madre también se dedicó al negocio familiar desde los 13 años. Además, Yolanda Jiménez cuenta que comenzó trabajando en el negocio familiar con 18 años y que después se animó a ser propietaria ella misma de su propia tienda. Hoy, además de ser dueña de la tienda de moda femenina Frida, en Castro Urdiales, cuenta con otra serie de establecimientos dedicados a la moda.

Jiménez abrió su tienda en Castro en la primavera de 2016 y dice que, desde entonces, el negocio le va «bien», ya que «poco a poco» la gente va cogiendo confianza y van haciendo clientela habitual. Otro de los secretos de su éxito es que la tienda va rotando su género cada dos semanas, lo que hace que siempre pueda mostrar a sus clientes ropa diferente, sin olvidar el hecho de que se trata de una tienda que vende moda juvenil y actual con un tallaje especial, desde la talla 36 hasta la 52. Jiménez señala que las clientas están «muy agradecidas» de que haya una tienda que ofrezca ropa diferente, con tallas grandes, pero que siga una línea joven.

Precisamente del oficio de esta empresaria cabe destacar que cada 15 días viaja a otros lugares para renovar el género «muy a menudo», por eso, cada dos semanas, viaja, compra y trae moda a «precios asequibles». Una vez que trae el género, tras su viaje, etiqueta las prendas y las distribuye en sus tiendas, trae y lleva género, se encarga de los escaparates y de «llevar el control de todo». Otra de las labores de esta empresaria consiste en abrir la tienda los domingos, coincidiendo con la hora en la que los ciudadanos y visitantes están tomando los vinos por el casco viejo, ya que «hay gente que viene de fuera y lo agradece», de hecho, reconoce que tienen un público asiduo los domingos.

«Viajo cada dos semanas para renovar el género de la tienda constantemente».

Recordando sus inicios en la moda, esta empresaria cuenta que a sus 17 años ya comenzó a ayudar a su madre con los muestrarios y a estar de cara al público en la tienda. Por todo esto, sin dudarlo, lo que más le agrada de su trabajo es la moda en sí, algo que le gusta «muchísimo» y a lo que le está dedicando toda su vida laboral. Jiménez también estuvo trabajando de comercial de moda durante «muchos años». Destaca que la relación con los clientes es otra de las cosas que más le gusta, ya que «suelen ser muy agradecidos y valoran mucho el buen trato». Así, también atiende a los clientes, porque es una de las labores que más le gusta de su trabajo, a pesar de que tiene contratadas a dos dependientas, y es que, asegura, la cara al público siempre le ha gustado y le sale de una manera natural atender a los clientes.

En relación con la moda, la propietaria reconoce que ha cosido su propia ropa durante años, porque siempre le ha gustado el diseño, aunque ahora no tiene tiempo para coser, porque emplea «demasiado tiempo en los negocios», y esa es la parte que menos le agrada de su oficio, el papeleo y las gestiones, algo que tiene que hacer a la perfección porque se considera «muy meticulosa».

Con todo esto, en su tienda se preparan ahora para hacer frente a la época navideña, llenando las perchas y estanterías de complementos, ropa y calzado de invierno, todo seleccionado con un exquisito gusto.

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