Los vestidos fluidos, la apuesta más estilosa para las abuelas en verano

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Maribel Cabo

Es durante el verano cuando los vestidos se apoderan de nuestro armario y se convierten en nuestra elección principal, ya que con una sola pieza, generalmente fluida y sin complicaciones, conseguiremos el look ideal. Es evidente que los gustos son variados y que las combinaciones de dos piezas, como una falda o pantalón con una camisa o camiseta, son opciones recurrentes. Sin embargo, en esta época del año, los vestidos se llevan la victoria indiscutible.

Lo dicho: ligereza, comodidad y sin complicaciones. Fáciles de combinar con accesorios y con una amplia oferta para elegir. Cortos, midi, largos; con tirantes, mangas o sin ellas. En colores lisos, desde neutros hasta vibrantes, y estampados que van desde rayas hasta lunares o flores. La elección es sencilla si tienes claro lo que te favorece.

Siempre he pensado que hay un vestido para cada mujer, basta con observar las calles para darse cuenta de la inagotable oferta que encontramos diariamente cuando suben las temperaturas.

¿Mi estrategia para conseguir vestidos a buen precio? Las rebajas son una opción interesante; en las de invierno he encontrado vestidos no muy abrigados, incluso de manga corta, que puedo utilizar en primavera y más allá. Algunas tiendas ofrecen promociones durante gran parte del año, donde se pueden encontrar prendas que en ese momento no podemos usar debido al clima, pero que en apenas unos meses podremos aprovechar al máximo. Además, en las rebajas de verano he adquirido prendas de abrigo que luego saco del armario al comenzar el otoño y utilizo hasta la siguiente primavera.

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¿Cuáles son mis favoritos para este verano, o cualquier otro? A pesar de que podría parecer lo contrario, ya que soy una fanática de los colores intensos y llamativos, un vestido negro junto con uno blanco son mis indispensables año tras año y por tanto una parte esencial de mi fondo de armario. Siempre me ha gustado jugar con los complementos y accesorios, en invierno con boinas o bufandas y en verano con calzado, sombreros, bolsos y/o pendientes que aportan a mi atuendo la vivacidad que solo los colores más potentes pueden dar. Sin olvidar el resto de los vestidos de temporadas anteriores que me encantan y con los que me siento cómoda y favorecida.

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Por lo general, elijo colores clásicos que han resistido el paso del tiempo y que forman parte de mí: blanco, negro, azul, rojo o rosa, y estampados que no sean demasiado 'pasajeros', así me aseguro de que no me cansaré de ellos y seguirán siendo actuales durante varias temporadas. A muchas de nosotras nos encanta estar al tanto de las últimas novedades en moda, pero no considero necesario ni imprescindible gastar una fortuna cada vez que comienza una nueva temporada. Se trata de comprar de forma inteligente y, como siempre recomiendo, adaptar las últimas tendencias a nuestro propio estilo personal.

¿Y tú, ya tienes en mente algo especial para este inminente verano? Yo sí, pero sin olvidar mi mejor propósito. Como bien decía Oscar de la Renta: «La mejor manera de vestir es cuando primero se nota a la persona y luego el vestido».