Un billete del ferry de Santander con 'La Verdad' como destino

Ya lo dice el eslogan 'Cantabria es infinita', tanto que a veces hasta se puede visitar desde el sofá. El plan se postula, cada miércoles, a lo más parecido a viajar cómodamente en bussiness solo que a precio 'low cost' y con un itinerario nocturno, de esos que anuncian la hora de embarque a las 22.40 horas pero que te acaban dando las 23.00 horas, pese a no facturar, para un vuelo que dura hasta las 00.30 horas.

Cada semana Telecinco regala a la audiencia un auténtico paseo por la tierruca cántabra. El trabajo de la productora Plano a Plano para la cadena ofrece a través de la serie 'La Verdad' un viaje en el espacio y en el tiempo, puesto que traslada a la audiencia la imagen de la ciudad de Santander del año 2016,- que fue cuando se grabó como se aprecia con el Centro Botín aún en obras al igual que los Jardines de Pereda reconocidos por su característico carrusel italiano-. Los seguidores se debaten entre seguir la trama y reconocer cada localización, al tiempo que descubren con sorpresa rostros conocidos entre la figuración de cada secuencia.

En la entrega de ayer se pudo disfrutar de panorámicas nocturnas de la ciudad de Santander; de la belleza del entorno de La Maruca en las ya clásicas sesiones de running de Marcos Eguía en las que su flequillo se le rebela; de flashes visuales de Mataleñas; la playa del Camello con la Península de la Magdalena de fondo; perspectivas en las que también se aprecia Somo; el Paseo Pereda; Castelar; Puertochico y el Palacio de Festivales.

La excursión cántabra incluía hasta una ruta interior en moto de la mano de Lalo Ruiz (José Luis García Pérez) teniendo por únicos compañeros un mapa y el buen tiempo que hace mucho más acto de presencia en Cantabria, que la fama meteorológica que se le presupone.

El viaje para algunos es europeo ya que la serie también se emite en Italia. El escaparate resulta de lo más internacional tanto que en este undécimo capítulo el protagonismo lo ha tenido el ferry con la compra de un pasaje con destino a Plymouth (sudoeste de Inglaterra), que ha servido como hilo conductor de una intriga que promete continuación en el siguiente episodio con la entrada en acción de la mafia rusa, recién aterrizada en Santander tras la pista de Paula García.

El entorno de la Estación Marítima de Santander va a dar mucho juego, aunque haya que intentar tirar de apuntes para seguir la trama como el tweet de La Vecina Rubia.

Parece que la trama ha conseguido despegar ya que en su emisión de ayer con el capítulo «Adiós, Irina» alcanzó un 12,6% de share. Fiel a la marca de la casa, el suspense se cobró una nueva baja como bien anunciaba el título. La amiga de Paula García emprendió un viaje sin retorno y no precisamente a su añorada Kiev.

La trama se enreda y ya lo de menos es conocer que la verdadera identidad de Paula García sea la de Sara López Pascual. El público quiere saber qué pasado le persigue a esta chica, envuelta en un ambiente de prostitución y supervivencia desde los 14 años. Su pasado ahora está más cerca que nunca.

El adiós de ayer presentaba su versión más extendida: adiós a Paula, a Sara, a Eguía, a Laguna, a Fernando, y a Ana. Muchas despedidas en común pero con demasiados motivos que separan a sus protagonistas: Jon Kortajarena (Marcos Eguía) y Elena Rivera (Paula García), a la cabeza del enorme plantel de actores como Lydia Bosch (Lidia McMahón); Ginés García Millán (Fernando García); Oriol Puig (Toni García McMahón); Juan Meseguer (Enrique McMahón); José Luis García Pérez (Lalo Ruiz); Irene Montalà (Alicia Costa) y Ana Álvarez (Ana Llanos), entre otros muchos.

El último plano era en sí un 'spoiler' que dará mucho juego... O no.