Cocinamos una esponjosa tarta de queso japonesa

En el vídeo podréis disfrutar de toda la receta al detalle, pero antes, me gustaría contaros un poco la historia de este postre. El 'cheesecake' japonés o como se conoce en Japón 'soufflé japonés' o 'soufflé del Japón' (sufure chīzu kēki, aunque no nos atrevemos a pronunciarlo) tiene una consistencia espectacular. No se parece en nada al 'cheesecake' americano y mucho menos al 'käsekuchen' alemán. Resulta muy suave y delicado. De hecho, el resultado final parece una esponjita muy agradable al paladar con un sabor ligeramente dulce con aroma a limón.

Lo fundamental en la preparación de esta tarta es que debe ser horneada en baño de maría, que garantiza que la temperatura de horneado quede constante y no sobrepase los 100ºC / 212ºF. Esta técnica fue desarrollada cuando los hornos se calentaban con madera y carbón y era muy difícil ajustar la temperatura del mismo y mucho menos mantenerla constante.

Otra clave importantísima para que triunfes con la receta, es tener mucha paciencia y dejar que se enfríe, poco a poco, dentro del horno. Porque si la temperatura disminuye de forma repentina y brusca, la superficie se hundirá y posiblemente se agriete y se deforme. Sería una pena, así que lo mejor será elaborarla un día antes de servirla para que al momento esté perfecta y sabrosísima.

-6 Huevos.

-140 gramos de azúcar.

-80 mililitros de leche entera.

-55 gramos de mantequilla.

-200 gramos de queso crema.

-90 gramos harina.

-2 gramos sal.

-10 gramos zumo limón.

-Ralladura de un limón.

-¡Vamos a por nuestro postre! Separamos yemas y claras, las claras can al frigorífico hasta el momento de utilizarlas.

-En un cazo, añadimos la mantequilla, leche, queso y azúcar, a fuego medio. Mezclamos hasta tener una masa homogénea. Retiramos del fuego y le añadimos la ralladura de limón y las yemas, más la sal y la harina tamizada.

-Seguimos mezclando para conseguir una masa lisa y sin grumos.

-Batimos las claras a punto de nieve, hasta formar picos blandos.

-Añadimos el zumo de limón. Cuando comiencen las claras a esponjar, añadimos el azúcar, los 70 gramos restantes, en tres veces.

-Una vez montadas las claras, un tercio de ellas las ponemos en el cazo y con una espátula y con movimientos envolventes vamos mezclando. Este paso muy importante, sin prisa mezclando lentamente.

-Ya mezclado, añadimos el contenido de el cazo al resto de las claras y repetimos operación con la espátula, mezclando con movimientos envolventes. Ha de quedar la masa con un color homogéneo.

-Horno precalentado a 160°C. Con calor arriba y abajo.

-En un molde de 20 centímetros de diámetro y unos 8 de alto, ponemos papel de horno en el fondo y vertemos la masa.

-Lo ponemos al baño maría, que el agua cubra 1/3 del molde y horneamos durante 40 minutos a 160°C y otros 40 a 130°C. Dejamos enfriar en el horno otros 15/20 minutos, sacamos y una vez frío desmoldamos.

Importante, hay que aclarar que la receta lleva 140 gramos de azúcar. Utilizamos 70 gramos cuando añadimos ingredientes al cazo y los otros restantes para montar las claras.

¡Y así estará lista! Recordand que es importante que enfríe para servir y sorprender a los comensales.

Estoy seguro que puede ser uno de los postres más originales de esta próxima Navidad. Y si queréis seguir cocinando, ya sabéis que podéis descubrir nuevas recetas y mi trabajo en redes sociales: Facebook e Instagram.

Recordad mi lema, no podía ser otro... ¡Sé dulce, vive dulce!