Los 'manolitos' de los famosos aterrizan en la calle Juan de Herrera de Santander

El nuevo espacio de Santander cuenta con una superficie de 146 metros cuadrados, repartidos en dos plantas, y un aforo de 24 personas en el interior y 40 en la terraza. Además dispone de obrador propio para hornear todos sus productos a diario.

Este nuevo punto de venta ofrece ya un amplio surtido de productos dulces y salados, entre los que destacan sus famosos 'manolitos' y 'palmitas' (con y sin gluten), además de su café arábica procedente de un blend exclusivo de la marca. Además, los productos de Manolo Bakes pueden pedirse a través de Glovo, Just Eat y Uber Eats.

En los últimos años, Manolo Bakes ha logrado posicionarse como la 'coffee & pastry shop' (cafetería y pastelería) predilecta por los famosos e influencers, cuyas icónicas cajas no pueden faltar en cualquier celebración o reunión social. «Estamos muy ilusionados de abrir nuestra primera tienda en Cantabria, un paso más en nuestro plan de expansión a nivel nacional», afirma el director general de Manolo Bakes, José Antonio del Castillo. Por su parte, la directora de marketing y comunicación de la compañía, María Dorado, asegura que «para nosotros es un orgullo aterrizar en Santander. Es una ciudad que lleva tiempo esperándonos y donde el reclamo por los 'manolitos' ha sido casi constante por parte de los santanderinos. Es una ciudad 'manolover' incluso antes de haber llegado, nos hace mucha ilusión», ha indicado.

La empresa que dirige Pablo Nuño nació en 2017 y abrió su primera tienda en Madrid en 2018. Es en la Comunidad madrileña donde ha centrado en los primeros años sus ambiciosos planes de expansión. Para diciembre de 2022 ya tenía 40 puntos de venta y facturaba 24 millones de euros. Y si bien una gran parte de sus establecimientos se ubica Madrid, también se ha asentado ya en otras grandes ciudades como Barcelona, Valencia, Coruña, Valladolid, Sevilla y Zaragoza. Por el momento, Manolo Bakes no tiene tienda ni en Bilbao ni en San Sebastián (hacia el Este), ni en Gijón ni en Oviedo (hacia el Oeste).

La cafetería-croissantería nació a partir de un obrador artesanal de Colmenar Viejo donde una familia de pasteleros (los Manzano) comercializaba de toda la vida unos pequeños croissants con el nombre de 'manolitos'. Pablo Nuño ha contado en más de una ocasión que su primer intento por comprar aquel negocio a sus propietarios no fructificó, por lo que fundó una compañía similar bajo el nombre de Crosantino -que ya no existe-.

Su segunda intentona con los inventores de los mini croissants, ya de la mano del futbolista Morata, llegó a mejor puerto: ambos se asociaron con la familia que tenía la receta original, crearon una sociedad a la que denominaron 'De boca en boca' y empezaron la conquista del mercado.

Todo el marketing que rodea a estos pequeños dulces es otro de los culpables del éxito: el Día del Croissant, que se celebra el 30 de enero, la empresa repartió 10.000 unidades gratis, lo que la llevó a los titulares de la prensa alrededor de toda España. Y su producto estrella (y todos los demás) se venden en cajas de cuidado diseño, con empaquetados que recuerdan a las cajas de bombones de más nombre. Se pueden pedir por medio de todas las empresas de reparto rápido de comida y se han hecho muy populares en los círculos de 'influencers' de las redes sociales.