Nueve playas cántabras para ir con tu perro sin miedo a que te multen

Es la preferida de los amos para sus perros, aunque solo esté disponible un tramo de este largo arenal que ejerce de límite a la bahía de Santander por la parte sur. La extensión total de la playa cuenta con 4,5 kilómetros y un sistema de dunas en el centro. Utilizarás únicamente la zona sur, junto al Muelle de Somo, en el Estuario del Miera.

Enclavada al este de la localidad, camino al puerto de la Granja, espera en un valle entre Cerredo y Peña Helguera. El paisaje es deslumbrante y la playa natural. Canto rodado sobre todo y poca arena se mezclan en este rincón cuyo oleaje varía de intensidad moderada a alta. Así que vigila a tu perro si le gusta chapotear en el agua.

El siguiente destino aguarda en la Playa de los Vagos, como se conoce popularmente a la Playa de la Maza. Podrás acudir a ella durante todo el año sin restricción horaria. Está situada en el interior de la bahía de San Vicente, junto al puente de La Maza y la arena fina cubre como un velo de oro la superficie. Sus aguas son tranquilas y el viento no suele soplar excesivamente fuerte.

Más que de un arenal hablamos en este caso de una cala. Hasta ella se acercan los pescadores para amarrar sus barcas. Está abierta a los canes durante todo el año y pueden pasear sin correa y sin bozal o zambullirse en el agua sin temor a reclamaciones. Disfrutar felices de su día playero.

La playa es pequeña y de roca. Que forme parte de Costa Quebrada da una pista de lo que te puedes encontrar, así que acércate solo si a ti y a tu perro os gusta la aventura. Tú el y animal tendréis que trotar sobre cantos rodados y arena, en un lugar inhóspito que parece sacado de una película de ciencia ficción.

Advertencia al visitante, se trata sólo de unos cien metros de cala entre pequeños acantilados y rocas. Con oleaje moderado. En la misma localidad, los arenales de San Juan de la Canal y Covachos están prohibidos para canes entre mayo y septiembre, por si se te ocurre pasarte.

Esta playa es una de las últimas reconocidas para disfrutar con perros en la región, en concreto en su tramo final. Es un arenal pequeño, ubicado en la desembocadura del río Saja, en Suances. Suele tener poca ocupación y oleaje bajo. Eso sí, cuando hay marea baja la playa canina se queda sin agua y pasa a ser un auténtico barrizal.

En esta cala castreña permite pasear con perros libremente durante todo el año. Se trata de una pequeña calita formada por arena y cantos rodados con poco oleaje.

Fue una gran noticia que el Ayuntamiento de Noja decidió cambiar la normativa en 2018 y dotar un tramo de la playa de Helgueras para bañistas con perro. En concreto, el tramo perruno ocupa los últimos 400 metros de esta playa, desde la última torreta de salvamento hasta su final, hasta su encuentro con Monte Brusco. Está formada por fina arena, y grandes y puntiagudas rocas que le dan un aspecto misterioso. Para acceder a ella debes caminar un pequeño tramo desde el aparcamiento.