Salen a subasta varios objetos del último rey de Portugal, Manuel II 'el Desventurado'

Más de un siglo ha pasado desde que el último rey de Portugal, Manuel II, conocido como 'el Desventurado', tuvo que abandonar su país debido a la revolución republicana de 1910. Desde entonces, nada se había sabido de sus pertenencias hasta ahora, cuando varios objetos que le pertenecieron han salido a subasta. Entre ellos, se encuentran un reloj de bolsillo y una espada de oficial de la Marina Real Portuguesa, que la casa de subastas Hansons ha puesto a la venta esta semana.

El último monarca luso partió al exilio a principios del siglo XX acompañado de algunos de sus servidores. A su muerte en 1932, algunas de sus pertenencias fueron repartidas entre aquellos más fieles. Así, estos preciados objetos históricos han permanecido en manos de familias privadas sin que se supiera nada sobre su paradero hasta ahora, cuando Antonio Pereira, bisnieto de uno de los miembros del séquito de Manuel II, ha decidido subastarlos. Según la casa de subastas londinense, Pereira «ha decidido vender la colección con la esperanza de que los objetos sigan siendo apreciados por las generaciones futuras».

Los artículos están divididos en varios lotes con precios diversos. El más económico incluía varias fotografías familiares junto con una espada de la Marina Real Portuguesa de principios del siglo XX, que terminó vendiéndose por 1.300 libras, superando con creces su valor estimado, que estaba entre 500 y 800 libras.

Otros lotes estaban compuestos por un reloj de bolsillo de plata de finales del siglo XIX y por una colección de medallas y condecoraciones del rey portugués. Entre estas, no se encontraba el Toisón de Oro, la máxima distinción de España, que le fue concedida por su tío, el rey Alfonso XIII, ya que sus símbolos deben devolverse a la Casa Real tras el fallecimiento de su propietario.

El lote más valioso, con un precio estimado de entre 8.000 y 12.000 libras, consistía en una insignia del Gran Cordón Japonés de la Orden del Crisantemo, la más alta distinción nipona. Además de su valor y simbolismo, este objeto encierra un misterio, ya que no se sabe cómo llegó a manos de Manuel II. Su concesión no consta en ninguno de los listados oficiales, ni siquiera a título póstumo.

Conocido con los sobrenombres de 'el Patriota' y 'el Desventurado', Manuel II nació en el Palacio de Belém en noviembre de 1889, precisamente el último año de reinado de su abuelo Luis I. Entre los invitados a su bautizo, celebrado pocos días después de su nacimiento, estaba Pedro II de Brasil, quien fue depuesto el mismo día de la ceremonia.

Como segundo hijo del rey Carlos I de Portugal, Manuel no estaba destinado a heredar la corona. Sin embargo, en 1908, cuando tenía 19 años, dos francotiradores radicales republicanos atacaron la comitiva real. Su padre, el rey Carlos I, murió en el acto, mientras que su hermano mayor, Luis Felipe, resultó gravemente herido y falleció poco después. En el incidente, Manuel también recibió un disparo en un brazo, pero sobrevivió y, días después de la muerte de su padre y su hermano, fue proclamado rey de Portugal.

No obstante, su reinado apenas duró dos años. El 4 de octubre de 1910, una pequeña revuelta militar en Lisboa desencadenó la revolución republicana y provocó la huida del monarca a Gibraltar. Desde allí, se exilió en Gran Bretaña, donde murió inesperadamente en julio de 1932 a causa de un edema de garganta.

Casado en 1913 con la princesa alemana Augusta Victoria, no tuvo descendencia, por lo que algunos de sus objetos se repartieron entre su séquito. Más de nueve décadas después, aquellos artículos han vuelto a ver la luz, despertando una gran curiosidad.

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