¿Ser o no ser 'influencer'? He ahí la cuestión
ENREDADOS EN LAS REDES ·
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ENREDADOS EN LAS REDES ·
La nueva profesión viral se identifica con un ser humano 'ávido de conocimiento', presente en las redes sociales y que explota las nuevas tecnologíasNo hace falta volver atrás la vista muchos años para descubrirnos deseando la ropa que vestían los famosos en el ¡Hola! O para buscar por doquier el producto de moda que ellos tenían en su hogar. Su opinión siempre resonaba en nuestra cabeza ... como si fuera la verdad absoluta. Y, desde luego, era clave para que nuestra decisión de compra cambiara.
El ser humano es eso, humano. Nos gusta saber qué opinan nuestros conocidos de uno u otro restaurante. Queremos saber todos los entresijos que hay detrás de una marca o famoso. Como siempre digo en mis clases: «Somos cotillas por naturaleza». Y este afán por el 'conocimiento' sobre las vidas ajenas nos afecta a todos los niveles como consumidores. (Sólo hace falta echar un ojo a qué nos recomiendan comprar desde los programas de televisión: esa marca de colchones que todos tenemos en la cabeza, o la marca de clínicas de estética que lleva años en nuestras pantallas, son casos de éxito).
ADRIANA DEL VAL Y RUIZ
Así que la fórmula que uno tiene que hacer en su cabeza para comprender el mundo de los 'influencers' es sencilla: ser humano 'ávido de conocimiento' + redes sociales y nuevas tecnologías = 'influencer'.
Una vez explicado esto. La fórmula básica de porqué existen los 'influencers', saber qué o quiénes son ya no es tan complicado. O bueno, un poco sí. Y lo es porque, a la vez que este mundo tan maravilloso de las redes sociales nos ha abierto unas puertas enormes a otra vida, precisamente también es muy complicado separar el grano de la paja.
Según Forbes: «La Evolución del fenómeno 'influencer' está meridianamente clara. Están aquí para sustituir el 'statu quo' anterior, con una auténtica revolución disruptiva».
Cuando uno abre Instagram (TikTok, YouTube o cualquier otra red social) por primera vez, y empieza a explorar, es como si un agujero negro le absorbiera y el espacio tiempo ya no existiera más. Empezamos a ver a personas mostrándonos su vida, sus eventos, sus looks, los productos que compran, lo que comen, lo que aman, lo que odian… ¡Y es muy, pero que muy complicado formarse una opinión veraz! Pero hay que hacerlo. Como persona, y como marca/empresa.
ADRIANA DEL VAL Y RUIZ
Y es que claro, hace años famoso era el que salía en la tele, en las revistas… En definitiva, alguien mediático. Solía venir de una familia concreta, estar relacionado con alguna empresa muy relevante, o también del mundo de la 'farándula'. Hoy ya no. 'Influencer' puedes ser tú, tu vecina de arriba o el chaval que todavía va en patinete al colegio. ¡Y esto es maravilloso! Podemos aprender todos los días de mucha gente, encontrar lugares que jamás conoceríamos, artículos revolucionarios y, sobre todo, pensar que nuestra voz es importante y que también podemos dar que hablar. Las redes sociales nos ayudan a ser únicos y poder gritarlo a los cuatro vientos.
¡Pero, cuidado! Al igual que lo bueno se potencia a un 500%, lo malo también. No hace falta más que echar un ojo, un poco más crítico, a las cuentas que seguimos en nuestras redes. Como personas individuales tenemos que tener criterio y evaluar, pero tampoco nos hace excesivo daño que una cuenta sea más o menos fidedigna. Ahora, desde el punto de empresa es más complicado: fallar a la hora de contactar/contratar a un 'influencer' puede suponer la pérdida de una campaña y de mucho dinero. Además del daño que hace a la hora de confiar en un nuevo prescriptor.
La pregunta del millón
Hace unos años, la importancia estaba en el número de seguidores. Estaba claro, quién lograba atraer a cientos, miles, e incluso millones de personas era a quién había que contactar. A quién había que seguir. Pero claro, esa picardía, esa humanidad que nos caracteriza, nos hace buscar caminos alternativos para llegar al éxito, ha hecho que esto cambie.
Ya no se trata de tener seguidores, sino de que estos generen 'engagement'. Este 'palabro' tan llamativo, y que seguro habéis escuchado más de una vez y de dos, no significa otra cosa que generar sentimiento y reconocimiento entre tus seguidores. Que estos realmente te escuchen y te den su apoyo en forma de 'likes', comentarios, compartiendo…
Este 'engagement' es la parte 'práctica'. Son los datos, lo que se puede medir (cada vez con más cuidado porque incluso esto se puede falsificar hoy en día).
Pero desde una empresa, o a nivel particular, tenemos que mirar con otra lupa. Con la del corazón. ¿Es esa persona la idónea para nosotros? Es sencillo verlo contestando a unas preguntas básicas:
1.¿Habla de una forma que sea acorde a mi marca o persona?
2.¿Creo 100% en todo lo que me cuenta?
3.Aporta y muestra unos valores con los que yo también estoy de acuerdo?
4.¿Me genera c-o-n-f-i-a-n-z-a? (He aquí la madre de dragones…).
En definitiva, y para no profundizar mucho más, el 'influencer' ideal para tu persona o para tu empresa es aquel que sabes, que tu intuición te dice, que va a conectar contigo de la mejor manera. Tenga 100K o 1.000 seguidores… Porque de verdad os digo, que no se trata de cantidad sino de calidad.
Hoy os dejo comentarios de algunas de las 'influencers' de moda que más confianza me generan a mí hoy en día. Ellas responden a la pregunta clave... ¿Qué o quién es un 'influencer'?
10,2 mil seguidores
«Para mí es compartir mi estilo, gustos y aficiones con gente que tenga más o menos mis mismos intereses y compartir y enseñar marcas que me gustan y que así más gente pueda conocerlas».
94,3 mil seguidores
«Tener una comunidad definida que se identifica con tus gustos y confía en ti. Comunicar de forma atractiva tus pasiones y conseguir que la gente se enganche a ellas. Trabajar 24/7, los fines de semana sigues siendo 'influencer'».
102 mil seguidores
«Creo, sinceramente, que el término 'influencer' se está denostando cada día un poco más. Las redes sociales conforman un mundo nuevo en el que todavía hace falta mucha profesionalización. Prefiero usar términos como prescriptora o embajadora (también por defender un poquito el castellano) para definir a aquellas personas que con su opinión y experiencia pueden generar conductas no sólo de venta sino también de estilo de vida. Igualmente, en defensa de aquellos 'influencers' profesionales diré que es un trabajo muy sacrificado, mucho más de lo que a simple vista se ve. No es oro todo lo que reluce».
74,9 mil seguidores
«Es alguien que ha logrado destacar en las redes sociales por tratar un tema específico o varios y que cuenta con cierta credibilidad entre sus seguidores. Eso también conlleva cierta responsabilidad, tienes que ser consciente de tu posición, de la influencia que tienes y de intentar que siempre se utilice para cosas positivas».️
24,3 mil seguidores
«Es abrir una ventana a mi vida a otras personas y que estas conecten conmigo, en algunos casos yo las inspiro a ellas vistiendo, visitando lugares, dando ideas, pero al final son ellos y sus peticiones los que te marcan el camino. Estas pequeñas comunidades que se crean son lo mejor de Instagram, que a mí me ha dado amigos y risas para una vida».
7532 seguidores
«Es compartir y recibir, crear comunidad y dar visibilidad, es mostrarte tal cual eres guardando tu estilo... Es sentirse apoyado y acompañado de gente que no conoces, pero acabas conociendo».
42,8 mil seguidores
«Compartimos experiencias, gustos, opiniones, planes y damos a conocer lugares, marcas, prendas, pero con un trabajo de fotografía, vídeo, edición...y nuestro toque y estilo personal detrás. Luego ya la gente decide. En base a todo esto, se crea una comunidad de personas a nuestro alrededor afines a nosotras que confían en nuestra credibilidad».
Espero haber arrojado algo de luz a esta nueva profesión tan polémica e interesante, a la vez, para las marcas. Os espero con más contenido en mi Instagram dedicado al Marketing Digital (@tengosincio), mi otra mitad... Ya conocéis la cuenta más personal con mis artículos y universo propio (@adrianadelvalyruiz). ¡Hasta pronto!
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