La 'influencer' María Pombo cumple un deseo al pasar por el quirófano

Lo hacía a través de una historia desde la cámara de la clínica. Con esta imagen en blanco y negro, María Pombo, anunciaba en redes «la reducción de pecho tan ansiada». La 'it-girl' recostada en una cama, con los ojos cerrados y una sonrisa de oreja a oreja, informaba de que «todo súper bien, gracias por preguntar». «Os contaré todo pronto, que hoy me cuesta abrir los ojos del sueño y estoy algo incómoda», se sinceraba.

Tras pasar la noche, hoy ha sido su marido, Pablo Castaño, quien ha compartido un vídeo de su chica despierta y sentada. «¿Qué tal se encuentra usted? Aparte de estar increíblemente guapa», comenta el empresario. Ella, notablemente cansada, reconocía estar «hinchada» y resumía el «pronóstico» como «bueno». El protocolo médico apenas ha dado tiempo a que la rubia mediática echara de menos a Martín, su adorable hijo. Ya está en casa y lo sabemos porque, nuevamente, lo ha compartido en su red social favorita.

«Menos mal que no me deshice de esta almohada de la lactancia después de dar a luz a Martín, porque me está viniendo de locos. Bueno, parece que tengo más pecho con el que me fui, pero me han dicho que es completamente normal que ahora esté inflamado y de aquí a tres semanas veré la luz al final del túnel. Y de aquí a seis meses ya veré el resultado definitivo. Así que todavía queda esperar», ha explicado.

Y, cómo no, ha hecho alusión a las reacciones que recibe en su teléfono sobre este proceso. «Muchos me preguntáis que por qué me he quitado pecho, si no tenía tanto… Otros muchos, que me seguís desde hace años, me habéis dicho, por fin, has dado el paso, te has atrevido… Y me hace mucha ilusión, las que ya habéis pasado por esto, que ha sido la mejor decisión de vuestra vida», expone en una sucesión de 'historias' de Instagram.

En su opinión, «tener mucho pecho, a veces, es muy bonito, a mí me encanta… Llevo teniendo pecho desde los 13 años, pero ha llegado un punto que se ha sobrepasado. Sobre todo, después del embarazo de Martín, que aparte de que me creciera, se me vació por arriba. Al haber menos músculo y más piel, más peso que tiene que controlar mi cuello y más dolor de cabeza».

Así que «por comodidad» ha dado el paso y decidió someterse a la reducción en enero «porque tengo menos trabajo e iba a estar más tranquila. Al quedar otros seis meses para ir a la playa y que no me diera el sol directo a las cicatrices» consideró que era el momento perfecto. Anuncia seguir relatando su experiencia, pero dice sentirse «estupenda. Ayer estaba algo más incómoda, pero hoy lo único que siento es como agujetas muy fuertes en el pecho». Hasta lanzará un preguntas y respuestas para completar este momento con la complicidad de sus 'fans'. Lo más importante es que ya se ha reencontrado con su pequeño, del dice da «mimos a mamá».