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ROSSEL APARICIO
Martes, 3 de enero 2023, 15:39
Mamen Jiménez se licenció en Psicología para después especializarse en Sexología y terapia de pareja, profesión que ejerce en Madrid donde reside con su pareja y sus dos hijos. Hace ocho años, coincidiendo con su primera maternidad, se aventuró a aunar su experiencia profesional con ... otra de sus grandes pasiones: la ilustración. Nacía entonces su blog, la psicomami.com, donde comenzó a divulgar viñetas cargadas de humor y situaciones cotidianas que comenzaron a despertar el interés del público. «El humor es un estilo de vida y una forma efectiva de hacer llegar cualquier mensaje», explica Mamen Jiménez, que a día de hoy tiene en el mercado cuatro libros ilustrados (Yo te lo explico', 'Amor con ojeras', '50 sombras de mami' y 'Gustirrinín'). Advierte que la maternidad/paternidad provoca un tsunami en la pareja que puede hacer tambalear sus cimientos: «Es clave entender que, porque un día decidimos estar juntos, eso no va a hacer que nuestro amor perdure: hay que trabajar la relación». La especialista ofrece consejos prácticos para reflotar la intimidad de la pareja al tiempo que defiende una educación sexual aposta y consciente desde pequeños. «No se trata de incitarles al sexo, es acompañar y dar contexto para favorecer un desarrollo saludable», puntualiza.
- ¿Cómo cuidar la salud de las madres?
- Hay varios niveles. Deberíamos empezar a trabajar el cuidado a nivel social y para ello hay que cambiar dinámicas generales. A nivel de pareja, también hacen falta avances, ya que en muchos casos los dos no se ocupan de todo: el peso sigue recayendo en ellas. Y, por último, en un nivel más personal, es necesario mantener espacios mínimos de autocuidados, buscar esos ratitos para cada uno. El rol de madre es muy potente, con una dedicación de 24 horas al día, pero seguimos siendo individuos. Hay que cuidarse, quitarse la culpa y echar fuera modelos de presión y de idealismo que arrastramos. Somos humanas y tenemos un soporte biológico que necesita comer y dormir y tener ocio.
- Una sexóloga haciendo viñetas sobre maternidad... ¿llega así mejor el mensaje?
- (Ríe) Sí, eso creo. En psicología lo que hemos hecho mal hasta ahora ha sido precisamente el no saber divulgar lo que hacemos de una manera accesible. Se habla de una manera muy técnica y no hemos sabido llegar a la gente. El humor es mi estilo de vida, no sé hacer las cosas de otra forma. Lo uso en consulta y ayuda a separarnos de los problemas, a tomar perspectiva. Cuando me quedé embaraza fue una revolución y tenía ganas de escribir y hacer algo creativo. Entonces abrí un blog. Mi marido es ilustrador y me ayudó. Ahí empezó todo.
- ¿Hasta qué punto afecta tener hijos a la salud de la pareja?
- Afecta mucho porque es un cambio grande. Pasamos del rol del individuo y de pareja al de padre/madre que no sueltas nunca. Tienes una carga que es preciosa, pero que te mete en un contexto muy demandante, con falta de sueño además que lo complica todo. Hay menos tiempo a nivel individual para ser pareja y tenemos la idea que viene de los mitos del amor romántico de que con el amor basta para superarlo todo y no es verdad. Las relaciones hay que trabajarlas y eso se hace básicamente dedicando tiempo y cuidados. Ahí está la dificultad. Lo importante es abordarlo desde ser equipo. Es la clave para que la experiencia sirva para unirnos más: si hacemos frente juntos saldremos reforzados.
- Tener descendencia nos pone a prueba como pareja...
- Claro y ojo, esa creencia de tener hijos para ver si mejora la cosa es un tiro en el pie, eso que no se haga, por favor.
- Si no hay base sólida, el asunto se nos va al garete, ¿no?
- Por supuesto. La maternidad nos expone a negociar mogollón de cosas. La crianza no es 'ten al peque y tira'. Hay infinidad de asuntos que hay que plantearse como la alimentación, educación religiosa o la educación afectivo sexual. Muchas parejas no piensan que tienen que enfrentarse a eso y no siempre sabemos negociar. Es importante escuchar al otro, mi postura no tiene por qué ser la mejor.
- ¿Y qué pasa con la intimidad de la pareja?
- Influye mucho. Sobre todo porque tenemos un modelo sexual muy, muy, muy coitocentrista. Vivimos el paso de tener hijos como un corte de nuestra vida sexual porque, además de estar sobrepasados, cansados; como no podemos tener coito, pues no hay sexo. Chimpún. Desde un punto de vista social, al ser padres, se acaba el sexo y no debe ser así: la sexualidad humana es riquísima. Hay millones de cosas que se pueden hacer. No tenemos que ir siempre a sota, caballo y rey. Y ojo: si no me siento cuidada por ti que eres mi pareja, si no te implicas, no tengo ganas de intimidad sexual, no tengo necesidad de proximidad contigo, podemos tener problemas.
RUTINA
HIJOS
- En su libro 'Amor con ojeras' ofrece claves para mantener a flote la relación...
- Ser equipo es fundamental. No entrar en modo competición, siempre en modo colaborativo. Debemos tener una máxima: cuanto mejor esté mi pareja, mejor estoy yo. Tenemos que cuidar y comunicar de manera efectiva; escuchar al otro sin decir todo lo que se nos pasa por la cabeza. Prestar atención cuando sea importante. Y cuando no sepas qué hacer pregunta: «¿Qué necesitas?», esa cuestión vale oro y desactiva el 90% de los conflictos. Por otro lado, también es importante cuidar a la pareja en términos de conquista. Cuando pasa el tiempo tenemos que volver a conquistarnos y no dar por sentado que porque estáis juntos y habéis procreado el amor es invencible. Piensa en cómo lo/la enamoraste y ponlo en práctica. Seduce y muestra lo mejor de ti.
- Hay que seguir cultivando la relación y recuperar la chispa...
- Exacto: recuperar ese deseo. Y esto va no solo para las parejas que tengan hijos, es para todas. Es clave entender que porque un día decidimos estar juntos eso no va a hacer que nuestro amor perdure en el tiempo. Perdura si trabajamos y actualizamos la relación. Confundimos coexistir con cuidarnos.
- ¿Cómo recuperar el deseo?
- Los seres humanos necesitamos cierto factor de novedad y diversidad. Si usas una colonia mucho tiempo, llega un momento en que no la hueles. ¿Qué hacer? Explorar cosas nuevas. No ir siempre al cine, cena y cama. También podemos buscar tiempo por separado para echarnos de menos y explorar lo que nos gusta. Yo trabajo con una tabla sexual para actualizar a las parejas: en una columna les pido que escriban cosas que les gustan, en otra cosas que les gustaría probar y, por último, cosas que ni de coña. Cada uno escribe su tabla y después cruzan las ideas. Este ejercicio es gloria bendita. Otra opción fácil es hacernos un masaje desnudos. Además de venirnos bien es un momento de intimidad. Es piel, es sensual, erótico. La vida sexual a lo largo de un ser humano va pasando por distintas etapas y entender eso es clave, por que así no lo vives desde la renuncia o la pérdida, que es cuando llegamos a terrenos más feos.
MIMAR A LA PAREJA
RECUPERAR EL DESEO
- Entonces, si el sexo no va bien, ¿tenemos un problema gordo?
- No necesariamente. Depende de cuánto sea de importante para cada miembro de la pareja. Hay parejas que no tienen nada de sexo y están genial y otras lo hacen dos veces al día y siguen teniendo dificultades.
- El tiempo, la rutina y la crianza, ¿apagan siempre la chispa?
- Es que, con el tiempo, pasamos a convertirnos en zapatillas cómodas de andar por casa. Que están muy bien pero, ojo, de vez en cuando viene bien otro tipo de calzado. Si con hijos no hay tiempo u ocasión de salir fuera, podemos convertir lo ordinario en extraordinario. Vamos a hacer una cena más especial en casa en lugar de hacerlo en pijama. Quitar la tele y poner música y hablar. De todas formas tienes que cenar, así que mejor que de vez en cuando sea diferente. Así inviertes tiempo en hacer algo distinto. En ese momento, de nuevo somos tú y yo. Y después, si nos toqueteamos y nos hacemos unos masajes, pasaremos un buen ratito juntos.
- ¿Qué pistas deben hacer saltar las alarmas de una crisis?
- La mayoría de las veces vienen a consulta como última bala y ojalá muchos vinieran antes. Cada pareja tiene sus reglas y sus forma de funcionar pero, por ejemplo, una pista puede ser sentir indiferencia por mi pareja. Cuando entra por la puerta y piensas: ya está este aquí, en lugar de alegrarte. También cuando no te sientes entendida, atendida o escuchada. O cuando dejamos de hacer cosas que antes hacíamos como el beso de la mañana antes de empezar el día. La falta de comunicación es un factor importante. Tener conflictos o desacuerdos en pareja es absolutamente normal, el tema es saber cómo gestionarlos: salimos reforzados si lo hacemos bien o muy erosionados si lo hacemos mal.
- ¿Por qué nos cuesta reaccionar cuando vemos que algo no marcha bien entre los dos?
- Porque estamos sumergidos en la vorágine del día a día. A veces perdemos detalles hasta que llega un conflicto gordo. Hacemos malabares con siete pelotas y nunca nos va a venir bien abrir ese melón de cuestionarnos la relación de pareja. Esta sería una pelota más que añadir y, además, con fuego. Por eso no hacemos nada: porque enfrentarte a esta situación supone un coste tan elevado que tal vez no podemos asumir en el momento que estamos.
- Entonces, ¿priorizamos hijos, pareja o familia?
- Lo preciosísimo sería un equilibrio. Hay que pensar en el ser humano como si fuera una mesa con sus cuatro patitas. Para que esté solida y estable cada uno necesita diferentes patas: desarrollo personal, aspecto social, la familia, la pareja, por ejemplo. Depende de cada uno. Lo ideal es cuidar todas las esferas de lo que para mí es relevante.
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