Pipper, el perro 'influencer', de vacaciones en Cantabria

Pipper disfrutó de la icónica playa de El Puntal, en Somo, que contempla el acceso de perros sueltos durante todo el año. «El inmejorable estado de sus aguas, el amplio e impoluto arenal, así como su ubicación y las vistas que ofrece la convierten, sin duda, en una de las mejores playas caninas de España», asegura Pablo Muñoz Gabilondo, dueño de este mediático parson russell terrier. También descubrió otras playas cántabras como la de Langre o Liencres que, si bien no son propiamente caninas, sí admiten la entrada de perros en verano fuera del horario de baño.

Su hoja de ruta no podía olvidar el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde los perros son bienvenidos. La visita supuso «todo un descubrimiento para nuestro perro viajero, prácticamente ajeno a la existencia de animales salvajes», comenta su responsable. Pipper casi se mimetizó con este recinto natural y conoció al más del centenar de especies que viven en él. Destaca que «la cantidad de zonas de recreo, miradores y sendas convierten a Cabárceno en un lugar perfecto para visitar con mascota».

Otro de los hallazgos 'dog friendly' de su viaje fue la Casa del Oso, en Potes, «un lugar tan amigo de la mascotas que hasta la guía de las visitas va acompañada de dos preciosos galgos», añade. En el corazón de Liébana encontró, además, «uno de los mejores restaurantes para ir con perro en Cantabria: el Cenador del Capitán, donde reciben a los perretes con los brazos abiertos y su propio bebedero». Pipper aprovechó al máximo su estancia en la región y también visitó Bárcena Mayor, el Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal o la Fuentona de Ruente.

El perro 'influencer' ha constatado, además, que «en torno al 20% de los alojamientos de Cantabria ya son 'dog friendly'. Por el contrario, hay pocos restaurantes que permitan la entrada de clientes con perro y los que lo hacen han de salvar la restricción de entrada que imponen muchos municipios, admitiendo su estancia únicamente en las terrazas», explica el periodista Pablo Muñoz Gabilondo.

Según el responsable de la gira de Pipper, «Cantabria es una de las pocas comunidades autónomas en las que no hay una norma autonómica que dé seguridad a los empresarios de bares, cafés y restaurantes para decidir si admiten o no clientes acompañados de mascotas, una traba que frena la llegada de este tipo de turista durante la temporada baja. Si no tienen la posibilidad de comer o cenar en un interior, el viaje se complica y eligen otros lugares que visitar». Otros destinos del norte de España, como Asturias, el País Vasco, Galicia o Cataluña «sí han eliminado trabas en su legislación autonómica y en las ordenanzas municipales, con lo que se encuentran en una situación más ventajosa para atraer este tipo de turismo», asegura Muñoz Gabilondo.

Dada su experiencia, señala que «el otro freno al desarrollo de este turismo que hay en Cantabria es la legislación de transportes, que impide que el turista con perro acceda a lugares como el funicular de Fuente Dé o las telecabinas de Cabárceno. Esta cuestión está superada en otros lugares, lo que posibilita que el turista pueda coger el funicular de Bulnes, en Asturias; los autobuses urbanos en San Sebastián, el Metro en Bilbao; o el tranvía en Barcelona».

La aventura del perro más viajero del país comenzó en mayo de 2018 y se puede seguir a través de vídeos, fotos y reportajes que cuelga en su blog y redes sociales (@pipperontour), donde ya tiene cerca de 100.000 compañeros de viaje. Esta particular misión va más allá del mundo digital, ya que en noviembre pasado saltó al cómic para protagonizar 'Las aventuras de Pipper'. Se trata de una intrigante y divertida historia para lectores de cualquier edad cuyo propósito es educar a niños y mayores en valores como el amor por los animales, su cuidado, la responsabilidad de tener una mascota y la integración de los perros educados en el día a día de las personas. Es un granito de arena más en la lucha contra los 100.000 abandonos que se producen en España cada año, una de las mayores tasas de la Unión Europea.

Se calcula que en España hay unos 4 millones de hogares donde los perros (más de 5 millones) son uno más de la familia. El censo de animales de compañía crece (los hay en el 40% de los hogares) debido a los beneficios psicológicos y sociales que aportan, el aumento de la longevidad de la población y del número de personas que viven solas. Y quienes conviven con un perro, también quieren viajar con él. Reflejo de esta realidad es el creciente número de hoteles, restaurantes, medios de transporte, etcétera que admiten clientes acompañados de sus mascotas, e incluso ofrecen una atención especial a sus invitados de cuatro patas (con bebederos, camas caninas, alimentos adecuados…). Por ellos Pipper seguirá 'pateando' el país hasta encontrar los rincones más especiales. Y ladrará de enfado o alegría, según corresponda.