Cómo superar la muerte de una mascota y las fases que puede llevar el duelo
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El proyecto Vetbonds de la Fundación Affinity ofrece a las familias consejos sobre cómo gestionar de manera adecuada la pérdida de un animal de compañíaTodo aquel que ha tenido una mascota sabe lo complicado que resulta superar su pérdida. Abrir la puerta de casa y que no salga a recibirte; pasar por delante de donde tenía su plato de comida o ver vacía su 'camita' se hace duro cuando ... ya no está. El tiempo todo lo cura, pero hay heridas que no se cierran tan facilmente. Según la Fundación Affinity, este proceso emocional no es lineal para todas las personas, ni tiene un tiempo concreto de cura. El momento más intenso suele ser durante los primeros tres meses, pero los síntomas pueden alargarse hasta un año.
Sin embargo, si pasamos mucho tiempo con malestar, sufriendo una profunda tristeza, con dificultad para dormir, falta de apetito... podría indicar que no hemos aceptado la muerte de nuestro perro o gato y, por lo tanto, es posible que haya una complicación en el proceso de duelo y que necesitemos pedir ayuda a familiares, amigos o a profesionales de la salud.
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«Es natural sentir dolor cuando perdemos a un animal de compañía por el vínculo tan fuerte que se crea, y una de las claves para superarlo es expresar los sentimientos que tenemos y no reprimirlos por miedo a no ser comprendidos por nuestro entorno», explica Isabel Buil directora de dicha fundación. ¿Y cómo podemos ayudar a una persona cercana que ha perdido a su mascota? Buil asegura que muchas veces «basta simplemente con escucharle durante el tiempo que sea necesario, hacerle ver que estamos a su lado para apoyar, sin juzgarle ni minimizar su pérdida en ningún momento».
Muchos dueños de mascotas comparan el impacto de su pérdida con la de un miembro de la familia. Según un estudio de la organización benéfica y protectora de animales británica Dogstrust, «el 50% de las personas igualan este dolor o afirman que incluso es peor». Además, «un 38% reconocen que no se esperaban que la muerte de su animal les afectara tanto».
La superación del duelo de forma espontánea y natural, que es lo más habitual, se produce en el 80% de los casos ya que llega un momento en el que nuestra memoria sólo aparece el cariño, las enseñanzas y las virtudes del animal. «Esto no quiere decir que olvidemos a nuestro perro o gato». Muchas personas se sienten culpables en esta fase ya que piensan que no sentir tristeza y superar el duelo equivale al olvido, «pero no es así. Incorporamos en nuestro interior la experiencia positiva y aprendemos a vivir con ello». Al resto de personas, alrededor del 20%, les puede resultar más complicado e incluso pueden necesitar ayuda psicológica para resolverlo adecuadamente.
Sobre cuándo incorporar otro animal a la familia, «muchas personas tienden a adoptar a otro perro o gato en pleno proceso de duelo agudo con la intención de aliviar este dolor, pero no es una buena idea. Lo recomendable sería esperar a que se haya elaborado por completo este proceso antes de incorporar a un nuevo miembro al hogar. En cualquier caso, es importante que la familia en conjunto tome la decisión, pues no todos sus miembros pueden encontrarse en el mismo momento de evolución del duelo», asegura Jaume Fatjó, director de la Cátedra de Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Para ayudar a gestionar de manera adecuada este proceso, esta Cátedra de la Fundación Affinity Animales, junto a la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) con el apoyo de Vets & Clinics y Elanco han impulsado el proyecto 'Vetbonds' que, entre otras finalidades, tiene la de ofrecer consejos y recursos informativos a las familias para superar el duelo por su perro o gato.
Fase de negación o shock: Aparece cuando el animal padece una enfermedad terminal o fallece. Esta noticia puede desencadenar una reacción emocional de gran intensidad que la persona no sabe gestionar, produciendo así un bloqueo o shock psicológico.
Fase de ira o rebelión: Es el momento en el que ya no se puede seguir negando la realidad y somos incapaces de aceptar y asimilar la noticia. En este periodo aparecen sentimientos de impotencia y frustración que crean un profundo enfado.
Fase de negociación: A veces aparece después de la pérdida y es cuando mentalmente nos trasladamos al pasado y nos sentimos culpables con pensamientos como: «si hubiera hecho esto o aquello, no hubiera pasado nada».
-Fase de depresión: Empezamos a aceptar la realidad de la pérdida, lo que nos hace sentir una gran tristeza, incertidumbre y miedo.
Fase de aceptación: En el momento en el que aceptamos que nuestro animal ya no está, el dolor va desapareciendo y encontramos nuevas maneras de vivir con su recuerdo. Esto no implica que lo hayamos olvidado, sino que aceptamos su pérdida como un proceso natural de la vida y aprendemos de la experiencia.
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