Verdeliss quema zapatilla en Santander

Al verle correr, elegante, ligera, casi flotando sobre el suelo, parece que no le exigiera esfuerzo; pero la realidad es bien diferente. «Los primeros cincuenta kilómetros fueron sobre ruedas». Se sentía bien. Funcionaban las piernas y la mente. «Después, a partir de ese momento, todo se vino abajo». Con una humedad ambiente disparada y con la cabeza vuelta del revés por la rutina de la carrera: «Teníamos que dar 54 vueltas al parque de Las Llamas», algo empezó a ir mal. «Comencé a sentir mareos, ganas de vomitar y descomposición. Pensé que tendría que parar pero aguanté porque tenía a mi familia viéndome y no podía decepcionarlos».

Cuando habla de familia, lo hace con todas las letras. Sus padres, su marido y sus ocho hijos. Después tíos, primos... «Todos vinieron a apoyarme». «Fíjate cómo será la cosa que el día que vinimos no encontramos un sitio donde comer y tuvimos que ir a un centro comercial porque era el único lugar en el que cabíamos todos», relata entre risas esta mujer que es una rara avis en redes sociales, pues ha triunfado por ser algo más que una cara bonita, por ir más allá del chiste fácil o la vacuidad que la mayoría de las veces impera en estos mundos virtuales de fantasía que nada tienen que ver con la realidad. Este caso es diferente. El suyo es un perfil que habla de esfuerzo, de lucha por objetivos, de superación personal. Por eso todos en su familia sabían que, pese a todo lo malo, no iba a abandonar.

Noticia relacionada

Cantabria DModa

Verdeliss, la influencer que tiene ocho hijos y ahora es también campeona de España de 100 km

A. Mateos | L. Mena

Era el ecuador de la carrera y pensó que tal vez fuera el calor, «o la gestión de los geles que tomé, o la hidratación; pero algo había ido mal». Pudo recuperar en el kilómetro 80. «Fui al baño un segundo y ya pude terminar más o menos bien». Y en el palmarés guardará una medalla más. La de la victoria de los 100 kilómetros de Santander, una prueba con 44 ediciones, de las más conocidas del país. «También me llevo los aprendizajes. De todas las carreras aprendes algo», sentencia.

Entrenamientos en cinta

Estefanía tiene 39 años, es navarra y es conocida como una de las influencers más fuertes de España y por haber entrado en la sexta edición de 'Gran Hermano VIP 6'. Está casada con el abogado Aritz Seminario, con quien ha formado una familia numerosa. En Instagram muestra numerosas fotografías donde aparece con todos ellos. «Mi marido y yo nos repartimos el trabajo familiar porque es una corresponsabilidad. Y cuando me queda tiempo, me dedico a entrenar», cuenta. Lo hace a primera hora de la mañana, o a última de la noche. «Normalmente no me queda más remedio que ponerme en la cinta. Subo a la planta de arriba y estoy una hora cada día».

Comenzó a hacer deporte cuando era muy pequeña. Sus padres, Fernando Unzu y Marta Ripoll, se lo inculcaron a sus siete hijos y ella lo practicó hasta que fue madre. «Cuando me embaracé tuve un tiempo de parón. Hasta que llegó la pandemia». Su marido, también aficionado a las largas distancias, le invitó a intentarlo. «Sentía que necesitaba retomarlo y corrí mi primera maratón virtual, porque por aquel entonces tenía que ser virtual. Corrías tus kilómetros y te los convalidaban». Pero tan pronto como regresó la normalidad, retomó los desafíos.

El pasado mes de abril culminó la promesa de correr 13 maratones en un solo año. «Es duro pero si te programas bien, lo logras». Programación le hace falta para ser una mujer orquesta, algo que pudo verse en Santander. «He disfrutado de la ciudad aunque no hemos estado mucho tiempo. Fuimos por el centro dando paseos y es estupenda. Quiero volver», asegura.