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Hace más de quince años que el ingeniero estadounidense Alan Adler, amante del café, se propuso inventar la cafetera perfecta para sus necesidades. Buscaba así una máquina rápida, que le permitiera elaborar un café menos amargo. Tras varios bocetos y prototipos, fue en 2005 ... cuando se presentó la Aeropress. Desde entonces, tal ha sido el furor que ha causado su invento que este artefacto, del que se obtiene un café de filtro, cuenta con su propio campeonato a nivel mundial.
Un concurso que ha arrancado ya en España con el primer escalón: las competiciones regionales. Así, el pasado sábado, Café Dromedario, organizador del encuentro en Cantabria, reunía en sus instalaciones de la Recta de Heras, a los once participantes que aspiraban a demostrar al jurado que su manejo de esta cafetera era de tal exquisitez que les convertiría en Campeón de Cantabria de Aeropress 2021.
Pero solo uno de todos ellos podía hacerse con tal distinción y fue la receta de Javier Zurita la que cautivó a los jueces. Por detrás de él, Sheila Martín, ganadora en el año 2020 de la chaquetilla de Maitre Cantabria, y Roberto Trueba conseguían por su parte el segundo y tercer puesto, respectivamente.
En esta edición, Begoña Baqué, directora de Calidad de Café Dromedario y campeona nacional de cata de café; Fernando Franco, director de Producción de Café Dromedario, campeón de España de cata en tres ocasiones y séptimo en el mundial de 2013; y Gabriel Céspedes, bicampeón del mundo de catadores de café, fueron los encargados de degustar las elaboraciones e ir eligiendo, a través de distintas degustaciones a ciegas, el ranking final.
La convocatoria de este campeonato no solo se destinaba a profesionales del café sino que estaba abierta cualquier persona, «incluso a aficionados que no tuvieran ningún vínculo con la materia», explica Karen Quiroga, coordinadora del evento y barista y formadora de Café Dromedario. El concurso venía acompañado, además, de una formación previa específica y gratuita, «para quien quisiera prepararse un poco más».
Ya el sábado, una vez metidos en materia, las reglas del juego estaban sobre la mesa. Los concursantes debían ir preparando su propia receta de café Aeropress que les permitiría, o no, ir avanzando a través de las distintas fases eliminatorias, hasta el duelo final. Los únicos requisitos, que fuera una taza de 150 mililitros utilizando como máximo 18 gramos de producto. «Les hemos proporcionado un café de Nicaragua, de proceso natural, procedente de la finca 'Las Morenitas', situada a 1.300 metros de altura».
El punto de molienda, la temperatura del agua y la forma de preparar el café -la Aeropress permite hacerlo invertido o tradicional- aportarían el factor diferenciador entre una elaboración y otra. «Aquí no solo es el café, sino que según el método, la temperatura y el tiempo de extracción que lleve va a tener un sabor u otro y eso es lo que califican los jueces». Unos matices que permiten determinar cuál es esa taza equilibrada, «con cuerpo, con acidez al principio pero muy dulce al final», merecedora de alzarse con el premio final.
El siguiente paso ahora es el campeonato nacional que se prevé celebrar en octubre en Madrid. Este año serán dos, Javier Zurita y Sheila Martín, los representantes cántabros. De allí, saldrá el campeón de España que luchará por convertirse en ganador del mundial de Aeropress en Australia.
Lo que comenzó como una especie de «necesidad» para llevar el negocio familiar, se fue convirtiendo en «una gran pasión» que le lleva a ponerle un poco más de «cariño» a lo que antes era el simple hecho de hacer un café. Con 25 años, la vocación como barista de Javier Zurita le viene un poco impuesta por la trayectoria de su familia, propietaria de Gómez Fusión. «Cuando abrieron la cafetería me fui metiendo poco a poco en el mundo del café. Por allí pasaron prestigiosos baristas en cuyo trabajo me iba fijando hasta que me acabé enamorando de esto».
Desde entonces, ha ido completando su curriculum con distintas formaciones en la materia que han contribuido a que Javier se haya proclamado campeón de Cantabria de Aeropress 2021. «Me alegra haber ganado sobre todo por saber que lo estoy haciendo bien y que todo lo que aprendo va por buen camino». Al equilibrio perfecto entre dulzura y acidez de su taza, que los hechos demuestran convenció al jurado, Javier suma la experiencia que ya contaba en este concurso como punto a su favor. Y es que el barista ya había hecho pódium en 2019, llevándose en aquella ocasión la medalla de bronce. «Tengo la sensación de que, frente al resto de mis compañeros, yo ya sabía cómo era la competición, lo que me hizo trabajar con más calma que el resto y, quieras o no, en una competición como esta los nervios te puede jugar una mala pasada».
Avalado con el oro, ahora toca esperar «con calma», la llegada del nacional, «una oportunidad de seguir disfrutando y aprendiendo». Allí coincidirá «con gente muy buena y con mucho ánimo de ganar, así que me toca aprender, hacerlo lo mejor posible y, si ganamos, otra alegría que nos llevamos».
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